Totana continúa promocionando la cultura argárica. La Concejalía de Yacimientos Arqueológicos de la localidad tiene previsto promover, tras el verano, un encuentro de municipios que están relacionados con la investigación y promoción de la cultural argárica para que, a través de sus respectivas comunidades, se haga frente común para solicitar a la Unesco que ésta sea declarada patrimonio de la humanidad, según informa su titular, el primer teniente de alcalde, Juan José Cánovas.

Los espacios y municipios convocados serán en las provincias de Almería (Gatas en Turre, el Oficio en Cuevas de Almanzora); Alicante (Cabezo Redondo en Villena e Illeta dels Banyets en Alicante); Jaén (Cuesta del Negro en Purullena, Peñalosa en Jaén); y en la Región de Murcia (Cerro del Castillo de Lorca, Cerro de Las Viñas en Coy, Ifre en Mazarrón, La Almoloya en Pliego, parque arqueológico Los Cipreses en Lorca, Puntarrón Chico en Beniaján y El Rincón de Almendricos).

La Comunidad Autónoma viene colaborando en varios proyectos que tienen como objetivo promover el conocimiento de la cultura de El Argar (inicio de la edad del Bronce, entre el 2200 y 1550 a.C.) en el Noroeste de la Región y consolidar los yacimientos de La Bastida y La Tira del Lienzo, en Totana. Los primeros siglos de la Edad del Bronce en las provincias de Almería, Jaén, Granada, Alicante y Murcia, aproximadamente entre los años 2200 y 1550 antes de nuestra era, se conocen con el nombre de 'grupo arqueológico argárico' o, más comúnmente, 'cultura de El Argar'.

Grandes poblados ubicados en cerros, numerosas tumbas excavadas bajo el suelo de las viviendas y una extensa gama de objetos metálicos, la mayoría de cobre, bronce, y plata, así como útiles de piedra, hueso y recipientes cerámicos constituyen la combinación original que ha dado renombre a la arqueología argárica.Es amplia la presencia de yacimientos de esta cultura en nuestra región. Sin embargo, el de La Bastida de Totana es, sin duda, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Europa Occidental. Se encuentra a 6 kilómetros del casco urbano de Totana, en la zona de Viñas-Carivete; y ocupa un cerro empinado en la confluencia entre la rambla de Lebor y el barranco Salado.