El tradicional encierro de Blanca de agosto suele desarrollarse con mucho calor y buen tiempo, pero en el que tuvo lugar este sábado, programado por primera vez en el marco de la Feria Villa del Toro, llovió e hizo mucho frío.

Todo se preparó de manera impecable, como suele ser habitual en los festejos taurinos que programa este municipio de la Vega Alta.

Grandes medidas de seguridad y calles distintas a las que albergan el encierro del verano, pero igualmente abarrotadas de público.

Primeramente, los ´cabestros´ recorrieron el trazado a la inversa hasta llegar donde estaban los toros bravos, que por primera vez serán lidiados en la corrida que tiene lugar en la tarde de este domingo. Al llegar al corral habilitado al efecto, miuras y novillos mansos protagonizaron un encierro muy rápido, limpio y sin ningún tipo de incidentes. En algunos tramos del trayecto, los animales resbalaron debido a la lluvia.

Casi 4.000 personas, entre vecinos de Blanca y visitantes de diferentes municipios de la Región, no quisieron perderse un acontecimiento que pretende perpetuarse cada año en vísperas de la primavera blanqueña.

La alcaldesa de Blanca, Esther Hortelano, ha valorado muy positivamente la celebración de esta Feria, ya que, a su juicio, proporciona muchos visitantes que abarrotan el pueblo y sus locales de restauración. Además, se congratuló de la buena acogida de este primer encierro con toros bravos.