Lleva apenas un mes en su puesto como representante público y ya es protagonista de un escándalo. En noviembre, Carlos Alajarín tomaba posesión de su cargo como concejal del Grupo Municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Calasparra, en el transcurso de un Pleno Extraordinario. Alajarín sustituyó en el cargo a Juan Fajardo Olivares, que presentó su dimisión por incompatibilidad con el desempeño de su nuevo puesto de trabajo, tras aprobar una oposición.

Y la Guardia Civil se presentaba la semana pasada en el domicilio de Carlos Alajarín. Lo hacía para incautarse de varias piezas de procedencia sospechosa; en concreto, de una colección de monedas antiguas. Este registro domiciliario, en el que participaron numerosos agentes de la V Zona de la Benemérita, está vinculado con la operación que arrancaba en el mes de marzo: la relacionada con el coleccionista de arte Benito Amor.

Fue bautizada como operación Lignum. El Instituto Armado recuperaba entonces 10.000 piezas de valor histórico y cultural, entre ellas un ejemplar único de un libro de salmos manuscrito, datado entre finales del siglo XIV y principios del siglo XV. Benito Amor era entonces detenido, acusado de los delitos de hurto, receptación y apropiación indebida. El titular del Juzgado Nº 1 de Mula (que asumió las investigaciones) lo dejaba libre, con cargos, a la espera de juicio.

Ahora, la Guardia Civil investiga los vínculos entre el concejal de C's y Benito Amor. Esa misma semana, además, hubo otros registros en distintas viviendas de Calasparra, donde se encontraron distintas obras de arte cuya procedencia también se está tratando de esclarecer.

El alcalde de Calasparra, el socialista José Vélez, admitió ayer a LA OPINIÓN estar al tanto de este asunto, aunque dijo que, por el momento, no pedirá la dimisión de Alajarín. «Vamos a tener la prudencia que ellos no han tenido con nosotros», aseveró. El regidor abogó por «dejar que la Justicia actúe». «Tras ser juzgado, en el momento se le valorará», apuntó.