En el sexto toro de la primera novillada de las Fiestas de Calasparra, el novillero Lagartijo sufría una cogida a la hora de entrar a matar.

Aunque primeramente se pensaba que había sido una cornada en el pecho, tras su traslado a la enfermería de la plaza y posterior examen médico, se confirmaba que tan sólo había sido un golpe.