La congregación Hermanitas Desamparadas de ancianos Santa Teresa Jornet ha confirmado que se marchará de Jumilla el próximo 30 de junio. Esta acción conllevará el cierre definitivo del asilo de ancianos de la localidad, a menos que un acuerdo entre el Obispado y la Comunidad Autónoma lo remedie. Aunque el edificio pertenece al Obispado, ante la ausencia de religiosas, pasa a ser competencia de la Comunidad mantener este servicio de asistencia a las personas mayores.

La congregación ya advirtió hace semanas de la posibilidad de abandonar el municipio ante la falta de vocación religiosa. En el centro actualmente residen 40 ancianos, y su cierre conllevaría el despido de quince trabajadores.

Las reacciones no se han hecho de esperar y el pasado viernes por la noche tuvo lugar una concentración pacífica a las puertas de la residencia de ancianos, una protesta convocada por la Asociación de Vecinos del Barrio de San Antón, en la que participaron cerca de medio millar de personas.

Enrique Jiménez Sánchez, alcalde en funciones del municipio, indicó que «entre todos, Ayuntamiento, Obispado y Comunidad Autónoma, debemos de trabajar para evitar el cierre del asilo, una institución con 130 años de historia en la ciudad de Jumilla».

Por su parte, la portavoz de Izquierda Unida Verdes en la localidad, Ana López, estuvo presente en la concentración reivindicando que las plazas de la residencia de ancianos son competencia de la Comunidad Autónoma, que es la que debe asumir que no se cierre el asilo de Jumilla.

Asimismo, la futura alcaldesa de Jumilla, Juana Guardiola Verdú, se mostró optimista en este asunto, aunque se quejó de la falta de información por parte del Gobierno del Partido Popular. Verdú tiene plena confianza en que la residencia de ancianos de Jumilla no cierre sus puertas a partir de julio.

Además de la falta de vocación religiosa, que impide un relevo en la asistencia a los mayores, la situación actual del edificio también ha influido en la toma de esta decisión. Los alrededor de 40 ancianos que actualmente se encuentran en el centro serán repartidos por residencias de Cieza y Yecla.

«He remitido un escrito al papa Francisco para que intervenga en el asunto. Este asilo siempre ha acogido a los más pobres de Jumilla y es una pena que desaparezca», dice Luisa, una de las vecinas.

«Tenía que estar todo el pueblo a favor, ya que es una institución centenaria. Soy optimista y espero que el Obispado y la Comunidad lleguen a un acuerdo», apostilla Pepita.