Alrededor de medio centenar de damnificados por los terremotos del pasado 11 de mayo en Lorca, residentes todos en el campamento de La Torrecilla, se manifestaron ayer en la Plaza de España, frente al Ayuntamiento, para exigir soluciones a los problemas que origina el calor en las tiendas de campaña, una mejor alimentación, asistencia sanitaria y que se solucione cuanto antes el problema sobre la falta de viviendas de alquiler.

Los manifestantes, entre quienes había mujeres, hombres y niños de corta edad, se desplazaron a pie desde el campamento, manifestando su temor porque no les dejaran entrar de nuevo después de haberse manifestado, según expresó Josefa Jiménez, una de las afectadas.

En la Plaza de España permanecieron durante más de una hora portando pancartas en las que se podía leer: «Queremos ayudas, ya. Hay mucho dinero». «Somos personas, no animales» y «No más atún con pan duro». Entre los manifestantes había lorquinos, búlgaros, rumanos, marroquíes, ecuatorianos y nigerianos. Todos vivían en el barrio de San Fernando, de La Viña o en el resto de barriadas donde no han podido entrar a sus casas después del terremoto. Josefa Jiménez asegura que «cobro una ayuda de 350 euros mensuales y hasta que me queda dinero salgo a comer fuera, aunque luego regreso a dormir al campamento».

Aseguran que son muchas las entidades y empresas que han aportado gran cantidad de alimentos que, según ellos, «no llegan al campamento», añadiendo que «son comidas sin sabor, con garbanzos duros, lentejas malas, macarrones sin tomate, alimentos sin sal, comidas que ni los perros se las comen». Josefa asegura también que «la comida siempre es la misma, zumos y atún con pan duro, pese a que los panaderos nos dicen que vienen todos los días, pero prefieren congelar el pan antes de repartirlo». Echan también en falta el agua fresca y aseguran que les dicen que si la quieren así salgan a la calle a comprarla. Añade que «solo un día que estuvieron aquí las cámaras de televisión nos dieron a cada uno un litro de zumo fresco». Su petición es clara: «Lo que queremos es que nos traten como personas y así todavía tenemos que aguantar aquí otro mes, moriremos antes porque la alimentación es mala y hay gente enferma».