La ciudad de Lorca vivió en todo su esplendor el día más grande del año, su Viernes Santo. A las 10 de la mañana abrieron sus puertas las exposiciones del patrimonio artístico de los pasos Blanco, Azul, Encarnado y Morado. Las visitas se prolongaron hasta las 15 horas. Durante ese periodo de tiempo, las calles fueron un hervidero de personas ansiosas por contemplar de cerca tanto los bordados como las imágenes que iban a procesionar por la tarde. Tras la recogida de banderas se inició el Cortejo Bíblico Pasional de la Historia de la Salvación presidido por el paso Blanco.

Inició su recorrido en la capilla del Rosario. El Cortejo del Viernes Santo, concebido como un gigantesco auto sacramental, es la culminación de los desfiles lorquinos. Desfilaron los grupos bíblicos y los cortejos penitenciales. Los más de 10.000 asientos de la avenida Juan Carlos I estaban al completo de público, lorquinos y visitantes que un año más no quisieron perderse el espectáculo.

Durante casi tres horas pasaron ante los ojos del espectador figuras a pie y a caballo, bigas, trigas, cuadrigas, sigas, carrozas alegóricas de reyes y emperadores, civilizaciones asirias, babilónicas, hebrea, romana, egipcias, dioses mitológicos y grupos sacados del Antiguo Testamento y del Historicismo. El Cortejo del Viernes Santo demostró una vez más, el acercamiento al pueblo de los textos bíblicos intentando hacer catequesis popular mediante el espectáculo.

No faltaron los 'vivas' a uno y otro paso y el ondear de pañuelos con los colores blanco y azul. El paso Azul finalizó su desfile con el trono que portaba a su titular, la virgen de los Dolores, mientras que el Blanco, que cerró la procesión, lo hizo con su titular, la virgen de la Amargura en el nuevo trono que ha estrenado este año de 1.500 kilos de peso, realizado con oro, plata y marfil y portado por 133 portapasos. Por su parte, el paso Azul estrenó su nuevo trono en el año 2007 y en él se incluyen 250 kilos de plata. La avenida Juan Carlos I se llenó un año más de pétalos al paso de las imágenes titulares de los blancos y azules.

El triunfo del Cristianismo

La procesión azul estuvo compuesta por dos partes diferenciadas con un nexo de unión: el Triunfo del Cristianismo componiendo una visión única y espectacular de la Historia de la Salvación, el Cortejo Bíblico y el religioso, cada uno de ellos con identidad propia y originalidad absoluta.

El cortejo bíblico lo formaban el estandarte guión, los exploradores a la tierra de promisión, la infantería romana, la bandera, Antioco IV Epífanes, Ptolomeo IV, los etiopes, Moisés, Meiamén, las profetisas egipcias, el emperador Julio César, Cleopatra, la caballería egipcia, Marco Antonio, Nerón, las cuadrigas, el emperador Tiberio César, el triunfo del Cristianismo, la caballería de los dioses mitológicos y la carroza del triunfo del Cristianismo. A continuación, desfiló el cortejo religioso.

El paso blanco comenzó su desfile con el estandarte guión. Más tarde desfilaron la caballería romana, infantería romana, Octavio César Augusto, Todosio I, Flavio Valerio Constantino, Marco Licinio Liciniano, Marco Aurelio Valerio, el grupo de Santa Elena, la caballería imperial, el grupo de Nabucodonosor, las tribus de Israel, el grupo del rey Salomón, el grupo de la reina de Saba, el cisma de las Tribus, la Visión Apocalíptica de San Juan, los nazarenos, la carroza de la Visión de San Juan, la Salvación, el estandarte de la Santa Faz, el trono de la Verónica, el estandarte de la Oración en el Huerto, la bandera, el estandarte de la Virgen de la Amargura, el trono con la imagen y sus mayordomos.

Junto a los pasos Azul y Blanco desfilaron también la archicofradía del Santísimo Cristo de la Sangre, Paso Encarnado, la Cofradía del Santísimo Cristo del Perdón, Paso Morado y la hermandad de la Curia, paso Negro con estandartes, banderas y nazarenos.

Al finalizar la procesión del Viernes Santo, blancos y azules abandonaron las tribunas y se dirigieron a las iglesias de Santo Domingo y San Francisco para ver entrar a las titulares, la Virgen de la Amargura y de los Dolores.