La segunda entrega del familiar medio de la marca sueca ha recibido todos los avances tecnológicos y el elegante estilo de diseño de los Volvo más recientes. Esto último se confirma al acercarnos al V60, que puede pasar por su hermano mayor, el V90, aunque tenga 18 centímetros menos de longitud (un total de 4,76 metros de largo). Así, nuestro protagonista es un familiar ya de cierto tamaño, cuyo interior permite mucha comodidad y espacio a sus ocupantes y su vano de carga de 529 litros es de lo mejor de su clase.

La configuración del salpicadero también corre pareja a la de los nuevos modelos de Volvo, con la llamativa pantalla vertical de 9 pulgadas del sistema multimedia y de navegación Sensus, que aglutina la mayoría de las funciones disponibles. Esto hace que el resto de la consola aparezca prácticamente libre de botones físicos. La instrumentación puede ser mostrada a través de otra pantalla de 12,3 pulgadas, muy visual y configurable. Huelga decir que la calidad sigue siendo formidable, con unos ajustes muy precisos y un tacto que nada envidia al de muchos modelos exclusivos alemanes.

Desde el inicio de su comercialización, el V60 está disponible con dos motores diésel (D3 con 150 CV y D4 con 190 CV) y otros dos de gasolina (T5 con 254 CV y T6 con 310 CV). Hay dos híbridos (T6 Twin Engine AWD de 340 CV y T8 Twin Engine AWD con 390 CV). Las variantes diésel y el gasolina T5 tienen tracción delantera, mientras que el resto cuenta con tracción total. En todos los casos, la caja de cambios es automática de convertidor de par con ocho relaciones y en los de gasóleo se puede prescindir de ésta en favor de una manual de seis velocidades.

Nosotros hemos contado con una unidad de gasóleo D4, equilibrada, ahorrativa y con prestaciones suficientes para cualquier uso. Es bastante silencioso, incluso a altas vueltas y mueve los más de 1.800 kg del V60 con mucha soltura: 220 km/h de punta de velocidad y 7,9 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado. La caja de cambios automática de ocho relaciones supone un sobreprecio de unos 2.000 euros, pero bien vale la pena por su comodidad de uso y además es muy apropiada teniendo en cuenta el ´caché´ del vehículo. Que homologue una media de 4,6 litros por cada 100 km da una idea de lo ajustado de su consumo, aunque suba algo más en condiciones reales.

Como no podía ser de otra manera, el nuevo V60 porta o tiene disponibles un sinfín de dispositivos de asistencia y seguridad. El renovado Pilot Assist actúa sobre la dirección, la aceleración y el frenado en carreteras bien señalizadas hasta 130 km/h. Se rodea de más soluciones de seguridad, como la atenuación de salidas de la calzada involuntarias o la de colisiones con vehículos del carril contrario. La alerta de cruce opcional con frenada automática se completa con el City Safety, que utiliza la detección y el frenado inteligentes para ayudar al conductor a evitar posibles colisiones. Este es el único sistema del mercado que reconoce peatones, ciclistas y animales grandes.

En resumen, un familiar de bandera, tan exclusivo como su hermano mayor, el formidable V90, pero a un precio más ajustado sin que por ello pierda en tecnología. Ademas su diseño entra muy bien por los ojos (como el resto de modelos nuevos de la compañía sueca) y, con esta combinación mecánica de 190 CV diésel, más decidida que la de 150 CV del mismo combustible, nos ha convencido plenamente por su capacidad para rodar a ritmos muy altos sin que por ello se resienta el consumo.

Si lo queremos con el acabado Momentum, que representa el inicio de la gama, hay que pagar 42.280 euros; con el acabado intermedio Inscription (nuestro caso), el coste de partida es de 46.155 euros y con el acabado R-Design (estética y puesta a punto algo más deportiva), el precio parte desde los 46.630 euros.