Elecciones EEUU 2024

Biden y Trump pelean por el voto sindical en medio de la huelga del motor

El presidente demócrata hace historia sumándose a un piquete de trabajadores en Michigan

El republicano visita el estado el miércoles, evitando participar en el segundo debate

Biden se une a un piquete de huelguistas en Detroit

Agencia ATLAS

Idoya Noain

El título de presidente más pro-sindicatos de la historia de Estados Unidos que le gusta arrogarse a Joe Biden puede discutirse, pero el demócrata ha dado este martes un paso para el que los estudiosos del movimiento laboral no encuentran precedentes. Al acudir a Michigan para dar su apoyo a los trabajadores de United Auto Workers (UAW por sus siglas en inglés), que desde el 15 de septiembre están en un paro también histórico que afecta simultáneamente a decenas de plantas de los tres principales gigantes del motor (Ford, General Motors y Stellantis), el demócrata se ha convertido en el primer ocupante del Despacho Oval en activo que se suma al piquete de una huelga.

Se trata de algo más que un gesto cargado de simbolismo. Biden ha organizado su viaje al condado de Wayne en la víspera de una visita al mismo estado de Donald Trump, a día de hoy el candidato republicano con más potencial de reeditar el duelo de 2020 en las elecciones presidenciales de noviembre del año que viene. El expresidente ha organizado su discurso en Detroit, en el condado vecino a Wayne, el miércoles a la vez que siete de sus rivales de primarias se miden en un segundo debate (en el primero tampoco participó).

Tanto Biden como Trump escenifican la intensa lucha por el voto de la clase trabajadora en estados bisagra clave, un electorado que ya ha sido fundamental en las dos últimas elecciones presidenciales y se augura de nuevo vital en 2024. Porque Trump ganó a Hillary Clinton Michigan en 2016 por menos de 11.000 papeleyas, sumando los votos del colegio electoral que habían ido para el candidato demócrata ininterrumpidamente desde 1988, pero en 2020 volvió a perder el estado ante Biden, que no solo cosechó 150.000 votos de ventaja sino que mejoró de nuevo los resultados en el sufragio sindical, con el 62% de los votos frente al 37% de Trump.

"Solidaridad"

Biden ha llegado a Michigan cogiendo el guante de una invitación pública que lanzó Shawn Fain, presidente del UAW. Abandonando el papel de mediador entre trabajadores y empresas que tradicionalmente adoptan los presidentes, ha intensificado su alineamiento con los primeros, asegurando que busca “mostrar solidaridad con hombres y mujeres de UAW conforme luchan por una parte justa del valor que ayudan a generar”. Y aunque públicamente no entra en detalles de las negociaciones, ha recordado que tras la crisis de 2008 fueron los trabajadores los que hicieron enormes sacrificios cuando caía la industria.

“Hicieron muchos sacrificios, dieron mucho cuando las compañías estaban en problemas. Ahora (a las empresas) les va increíblemente bien. ¿Saben qué? A ustedes les debería ir increíblemente bien también", ha dicho en una planta de redistribución de General Motors, donde se construyó el bombardero B-24 Liberator que se usó durante la segunda guerra mundial.

Biden ha hablado a través de un megáfono, vestido con un jersey azul, una gorra de béisbol y zapatos marrones. En su intervención también ha asegurado que los trabajadores en huelga merecen "un aumento significativo (de sueldos) y otras prestaciones". Ha recordado que "Wall Street no construyó el país, la clase media construyó el país". Y ha subrayado también que "es un hecho que los sindicatos construyeron la clase media".

Su discurso se puede englobar en la defensa de su agenda económica. Y resuena en un momento de desigualdad creciente y cuando el movimiento sindical recupera fuerza, aunque siga débil, con encuestas que muestran a cerca del 60% de los estadounidenses apoyando la huelga de los trabajadores del motor. La paga de los consejeros de los gigantes automovilísticos han subido un 40% desde 2013, mientras que los trabajadores han perdido un 19,3% de su capacidad adquisitiva desde 2008.

Recelos

Biden, no obstante, también enfrenta recelosUAW aún no ha dado el respaldo a su candidatura presidencial, algo que sí han hecho otras organizaciones sindicales. Se cuestionan algunas acciones del demócrata, que por ejemplo en diciembre firmó legislación que impuso un acuerdo a trabajadores ferroviarios que amenazaban con una huelga conforme peleaban por conseguir bajas pagadas y tiempo descanso garantizado. Y su plan de transición verde, que pretende elevar la cuota de vehículos eléctricos del 5,8% actual a dos tercios para 2032, plantea temores a los sindicatos, que ven peligro de que la producción vaya a plantas del sur del país donde los sindicatos son más débiles y que se pague menos a los trabajadores que producen baterías eléctricas que los que fabrican motores de combustión.

Trump explota esos recelos. Ha asegurado que la visita de Biden es una mera búsqueda "de una foto barata” publicitaria y ha cuestionado ese plan de transición verde, asegurando en un mensaje en redes sociales que el demócrata “quiere quitarles los empleos y dárselos a China y otros países extranjeros”. Sin embargo, es él quien más problemas tiene con los líderes sindicales. Fain, el presidente de UAW, que ha recibido a Biden en el aeropuerto al aterrizar junto a políticos demócratas locales, ha criticado el viaje del republicano y advertía hace unos días contra “seguir eligiendo a milmillonarios que no entienden en absoluto que es vivir sueldo a sueldo y pasar apuros y esperar que resuelvan los problemas de la clase trabajadora”.

Trump no tiene previsto sumarse este miércoles a ningún piquete. De hecho, aunque a su discurso ha invitado a trabajadores que han formado o forman parte de un sindicato, incluyendo UAW, lo ofrecerá en una planta de producción donde no hay organización sindical.