La aprobación a través de un decretazo de la reforma de las pensiones ha dado un nuevo empujón en Francia a las movilizaciones contra la impopular medida y el Gobierno de Emmanuel Macron. Entre 3,5 millones de personas, según los sindicatos, y 1,08 millones, según la policía, se manifestaron este jueves en el conjunto del territorio galo. Fue una de las huelgas generales más multitudinarias y tensas, con numerosos disturbios, de la actual oleada de indignación contra el aumento de la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años (con 42 o 43 años cotizados para recibir una pensión completa).

París, Lyon, Metz... En varias ciudades se batieron récords de manifestantes, según datos de los sindicatos y las fuerzas de seguridad. Después de que las protestas mostraran la semana pasada los primeros síntomas de fatiga —con la huelga general del 15 de marzo, la víspera del anuncio del decreto—, el recurso al artículo 49.3 de la Constitución tuvo un efecto movilizador. Los sindicatos y la marea popular que los empuja dieron otro golpe sobre la mesa. Demostraron que no quieren bajar los brazos tras haber protagonizado la oleada de protestas más multitudinaria en el siglo XXI en Francia.

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Las imágenes de la novena jornada de huelga en Francia contra la reforma de las pensiones Agencias

"Al haber intentado imponerse por la fuerza, Macron ha cometido un error y renovado la motivación del movimiento social. En lugar de insultar a los franceses con su entrevista (del miércoles al mediodía), debería escucharnos", dijo a este diario Manès Nadel, líder del sindicato estudiantil Voie Lycéenne y uno de los rostros mediáticos de estas protestas a pesar de tener solo 15 años.

Disturbios y manifestantes y policías heridos

"Queremos mostrar nuestro desacuerdo con la manera en que ha sido aprobada esta ley (...). Quizás el 49.3 es una herramienta constitucional, pero no me parece legítima la manera en que ha sido utilzada, teniendo en cuenta la fuerte oposición al texto", aseguró Laure Pallas, de 22 años, una estudiante de Ciencias Políticas presente en la manifestación parisina. Según los sondeos, más del 65% de los franceses rechazan el aumento de la edad mínima de jubilación, que empezará a aplicarse de manera progresiva a partir del verano.

En la capital, protestaron entre 800.000 personas, según los sindicatos, y 119.000, según el Ministerio del Interior. Una de las novedades de esta movilización ha sido la importante presencia de jóvenes, desde los estudiantes de secundaria hasta los jóvenes activos, pasando por los universitarios. Estos sectores de la población ya habían protagonizado en los últimos días protestas espontáneas con disturbios durante la noche, también conocidas como manifestations sauvages.

La huelga general de este jueves representó la primera jornada de paros laborales y grandes manifestaciones en todo el país desde la aprobación de la medida a través del polémico decreto. Esa decisión, anunciada el 16 de marzo, hizo subir la temperatura social y desembocó en disturbios urbanos casi todas las noches desde entonces. Tampoco calmaron los ánimos las palabras en los últimos días de Macron, quien tachó a los manifestantes de "muchedumbre" "sin legitimidad" y acusó a los sindicatos de vivir "alejados de la realidad". El 70% de los franceses, según los sondeos, aseguran haberse sentido decepcionados por la entrevista del dirigente centrista, en que evitó la autocrítica y defendió que "entre los sondeos a corto plazo y el interés general, elijo el interés general".

Este clima social tenso se notó en las protestas de este jueves. Los clásicos enfrentamientos entre jóvenes manifestantes y policías en el inicio del cortejo resultaron bastante más numerosos que en las precedentes huelgas. Decenas de manifestantes lanzaron adoquines contra los antidisturbios, quienes respondieron con múltiples cargas y el lanzamiento de gases lacrimógenos. Las fuerzas de seguridad informaron esta tarde de 80 detenidos en el país, 58 de ellos en la capital. También hubo vitrinas de comercios destrozadas y quioscos en llamas. Centenares de jóvenes manifestantes continuaron protestando durante la noche incendiando bolsas de basura y otros objetos del mobiliario urbano en varios puntos de la capital.

Estos disturbios se repitieron en otras localidades del oeste de Francia, como Rennes, Lorient o Rouen, donde una manifestante perdió el dedo de una mano debido a una granada policial. Un antidisturbio también resultó herido en la cabeza. Un grupo de agitadores provocó un incendio en la puerta del Ayuntamiento de Burdeos, en el suroeste del país.

"Debemos canalizar la cólera"

"¿El presidente de la República tuvo un discurso tranquilizador? No", lamentó el secretario general de la CFDT, Laurent Berger, quien fue criticado personalmente por el mismo Macron en su entrevista la víspera en las cadenas de televisión France 2 y TF1. "Hay una forma de cólera que existe y debemos canalizarla", añadió este sindicalista moderado en una entrevista para la emisora de radio RMC, en la que condenó los disturbios y las "imágenes chocantes" de agentes antidisturbios haciendo un uso desproporcionado de la fuerza. 

"Empecé a mirar la entrevista de Macron y apagué rápidamente el televisor. Sus palabras fueron puro menosprecio", lamentaba Vanessa, de 40 años, una maestra de escuela de la periferia este de París. "Sentimos que el ambiente es más tenso. No sabemos cómo evolucionará la situación", reconocía su compañero Romain, de 44 años, también presente en el cortejo parisino. Allí los centenares de manifestante violentos fueron seperados del resto de la manifestación que avanzó bajo un ambiente festivo y pacífico. Muchos de los asistentes llevaban pancartas caseras con mensajes del estilo: "Macron, el despectivo de la República", ¿Qué tenemos que hacer para que nos escuchen?" o "Que bajen la edad de jubilación a 49.3".

Además de las manifestaciones, las huelgas se hicieron notar en sectores tradicionalmente movilizados, como el ferroviario —más del 50% de los trenes quedaron cancelados—, pero también en la recogida de la basura y las refinerías de combustible. En París, donde se acumulan montañas de basura desde hace más de 10 días, empiezan a haber gasolineras con escasez de suministro. Las autoridades aeroportuarias pidieron al aeropuerto parisino de Orly que cancele el 30% de los vuelos ante los problemas incipientes de combustible para los aviones.

Incluso algunas figuras de la cultura han exigido al dirigente centrista que retire la medida de "manera inmediata". "No queremos lamentar víctimas de heridas graves o en el peor de los casos muertos en las manifestaciones", aseguran el director de cine Michel Haznavicius y Cédric Klapisch o las actrices Juliette Binoche y Laure Calamy en una tribuna, publicada en el diario progresista 'Libération' y firmada por unas 300 personalidades del sector.

A pesar de que la reforma fue aprobada por decreto, el intenso pulso por las pensiones continúa en el país vecino bajo un clima social cada vez más crispado. En lugar de favorecer la resignación, la posición inflexible de Macron alimenta la indignación y la rabia.