En una declaración distribuida por la Casa Blanca, Obama sostuvo que esas resoluciones "violan los principios universales de los derechos humanos y contradicen los compromisos de Birmania como miembro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático".

"Me uno a la comunidad internacional para pedir la liberación inmediata e incondicional de Aung Suu Kyi", agregó el presidente estadounidense.

"La decisión injusta de hoy hace que recordemos a los miles de presos políticos en Birmania que, como Aung San Suu Kyi, han sido privados de su libertad porque buscan un gobierno que respete la voluntad, los derechos y las aspiraciones de todos los ciudadanos birmanos", continúa la declaración.

"Ellos también deben ser liberados", dijo Obama.

En el mismo sentido se manifestó desde África la secretaria de Estado, Hillary Clinton, quien criticó la sentencia de otros 18 meses de arresto domiciliario impuesta a Suu Kyi, quien ha pasado 14 de los últimos 20 años en prisión o confinada en su residencia.

En declaraciones a la prensa en Goma, en la República Democrática de Congo (RDC), Clinton dijo que Suu Kyi "no debería haber sido condenada", según un comunicado difundido en Washington por el Departamento de Estado.

Por ello, la jefa de la diplomacia estadounidense renovó su llamamiento a la Junta Militar birmana para que libere a la líder del movimiento demócrata birmano. "Seguimos instando a que la liberen del continuado arresto domiciliario", señaló Clinton.

Suu Kyi fue condenada a tres años de trabajos forzados por el tribunal especial que le declaró hoy culpable de quebrantar el arresto domiciliario. Después de que los jueces anunciaran el veredicto, la Junta Militar conmutó la pena impuesta a la Nobel de la Paz y ordenó que fuera trasladada a su residencia para cumplir otros 18 meses de arresto domiciliario.

Suu Kyi fue acusada de violar los términos del arresto domiciliario, al dar cobijo durante dos noches en su casa al estadounidense John Willian Yettaw, juzgado en paralelo por infringir la ley de seguridad nacional, y condenado a siete años de prisión, incluidos cuatro de trabajos forzados.

Yettaw, de 54 años y quien padece de diabetes, fue dado de alta anoche en el Hospital General de Rangún, donde estuvo ingresado una semana para recibir cuidado contra los ataques de epilepsia que sufre desde hace años.

En este contexto, la secretaria de Estado de EEUU también pidió a la Junta birmana que libere los más de 2.000 presos políticos del país, incluido al estadounidense John Yettaw. "Nos preocupa la dura sentencia impuesta a él, especialmente a la luz de su condición médica", señaló Clinton.

Exigió además al régimen birmano que "termine inmediatamente su represión contra tantas personas en ese país, y empiece un diálogo con la oposición y los grupos étnicos" de Birmania. "De otra manera, las elecciones fijadas para el próximo año no tendrán legitimidad alguna", concluyó.