A los cuarenta minutos de su discurso, dirigido contra el actual primer ministro italiano Romano Prodi y su Gobierno de centro-izquierda, Berlusconi dejó de hablar y se inclinó sobre los micrófonos mientras sus ayudantes intentaban enderezarle, según se pudo observar en las imágenes televisadas por los medios italianos.

Su compañero, el senador y eurodiputado Marcello Dell´Utri, ordenó a la multitud que conservara la calma hasta que el ex primer ministro recuperara el hilo del discurso, mientras la ex presidenta de la Cámara de Diputados Irene Pivetti, explicó a sus partidarios que el político se "encontraba enfermo por la tensión y la emoción" de su discurso.