Las Fuerzas Armadas aportan 450 efectivos al plan de prevención y protección antiterrorista que el Gobierno activó en su nivel de alerta el pasado jueves ante los atentados perpetrados en Londres, en un plan operativo específico de apoyo que ha recibido el nombre de "operación Romeo-Mike" y que tiene como misión la protección de las grandes infraestructuras de transportes y de objetivos estratégicos, incluido el reconocimiento aéreo de los mismos y el control del espacio aéreo.

Las Fuerzas Armadas comenzaron ayer por la noche a vigilar líneas de cercanías españolas, tanto estaciones como vías, en las ciudades de Madrid, Valencia o Málaga.

Además, los militares también se ocuparán de reconocer y vigilar objetivos sensibles tales como centros de almacenamiento de hidrocarburos y estaciones de bombeo, centrales térmicas y depósitos de residuos radiactivos, plantas de regasificación y subestaciones eléctricas. Por otra parte, también se han intensificado las tareas de vigilancia en puertos y costas.