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Consejos de viaje para pacientes con diabetes

Hablamos con la Dra. Laura Tuneu, jefa del servicio de Endocrinología del Hospital Universitari Sagrat Cor

Dra. Laura Tuneu

jefa del servicio de Endocrinología del Hospital Universitari Sagrat Cor

La doctora Laura Tuneu, del servicio de Endocrinología del Hospital Universitari Sagrat Cor, nos ha preparado unas recomendaciones de gran utilidad destinadas a los pacientes con diabetes que tengan pensado realizar un viaje, sobre todo si es al extranjero. Uno de los principales apuntes es que "conviene planificar muy bien el viaje y el control que se seguirá de la diabetes".

Una persona con diabetes, ¿puede viajar?

Sí, por supuesto, pero debe planear muy bien su desplazamiento, conviene consultar al equipo médico unos 2 meses antes de viajar con el objetivo de comentar la duración del viaje, estación del año, países a visitar… Antes de iniciar un viaje se debe consultar al especialista habitual, para valorar posibles precauciones y la posibilidad de necesitar ajustar la pauta de tratamiento. Concretamente, en pacientes con Diabetis tipo 1, uno de los factores principales a tener en cuenta es examinar que la ratio insulina/carbohidratos esté bien ajustada.

También, se debe solicitar una carta para el viaje redactada por el facultativo que lleva al paciente dónde se especifique el tratamiento (nombre genérico y dosis) y material habitual que precisa llevar: insulina, fungibles de ISCI, glucómetro, lancetas, tiras, zumos o similares para corregir hipoglucemias, glucagón, pilas de recambio en el caso de que use bomba de insulina.... También deben incluirse datos del centro y un número de teléfono dónde dirigirse en caso de necesitar contactar con el equipo médico. En la carta debe constar que el paciente debe llevar este material en su equipaje de mano. Es aconsejable llevar el informe traducido al inglés o al idioma del país que se va a visitar.

Para los consejos específicos respecto al viaje, es importante acudir a un CENTRO DE VACUNACIÓN INTERNACIONAL.

¿Si viajo en avión debo tener alguna precaución más?

El avión es el medio de transporte más indicado para largas distancias y puede ser utilizado sin problemas por viajeros con diabetes, que sólo deben tener en cuenta algunos puntos añadidos a los considerados por un viajero sin la enfermedad:

  • Llevar en el equipaje de mano toda la medicación, los instrumentos de medición de la glucemia capilar y tiras reactivas. No se debe facturar la medicación, ni siquiera en parte, ya que las bajas temperaturas de la bodega del avión, donde va el equipaje, pueden estropear la insulina y/o los instrumentos de medición.

  • Los rayos X de los controles aéreos no alteran la composición de la insulina, pero pueden alterar el funcionamiento de algunos modelos de bombas de insulina. Hay que contactar con el fabricante para asegurarse y, en caso de ser posible una alteración, no pasar por el escáner (algunos aeropuertos pueden no aceptar esta posibilidad, es recomendable pedir información específica antes de viajar).

  • Llevar algunos alimentos ricos en carbohidratos como tostadas, galletas sencillas o fruta, para poder improvisar una comida en caso de necesidad.

  • Es muy recomendable avisar por adelantado a la compañía aérea de que se padece diabetes, pues la mayoría pueden ofrecer un menú adecuado.

  • Si se utiliza bomba de insulina, debe conocerse que durante el período de despegue y aterrizaje puede afectar mínimamente al funcionamiento del dispositivo debido a los cambios de presión ambiental. Esto puede afectar a los pacientes con diabetes “lábil” llevándolos a tener hipoglucemias o hiperglucemias transitorias, por lo que se recomienda desconectar transitoriamente la bomba durante el período de despegue y aterrizaje.

  • Los medicamentos, incluidos los líquidos, como la insulina está permitido llevarlos en el equipaje de mano para su uso durante el viaje (el término "viaje" implica el vuelo de ida, el tiempo trascurrido en destino y el vuelo de vuelta).

  • Los medicamentos deberán identificarse separadamente en los controles de seguridad, no siendo necesario que se transporten dentro de una bolsa de plástico trasparente.

  • Se recomienda que vayan acompañados de la receta o un informe médico. Es también aconsejable contactar con las compañías aéreas ya que cada una tiene sus propios procedimientos para el trasporte de estos artículos dentro del avión.

¿Y si mi medio de viaje es un barco?

Los viajes en barcos de crucero en general son cómodos y seguros, pero presentan una mayor posibilidad de padecer mareo (cinetosis) que otros medios de transporte, con el consiguiente riesgo de vómitos y problemas para seguir una alimentación adecuada. Si un viajero con diabetes es propenso a esto se puede utilizar medicación preventiva (antihistamínicos) al inicio del viaje o ante la aparición de los primeros síntomas. En caso de que el viajero tenga una alta probabilidad de marearse y vomitar, sería recomendable evitar este medio de transporte.

Para minimizar estas molestias es mejor viajar en barcos grandes (más de 600 pasajeros) ya que son más estables y soportan mejor las adversidades meteorológicas. También deben evitarse, en lo posible, los camarotes muy a proa y/o popa, pues se mueven más, siendo las zonas más céntricas las menos sensibles a los balanceos. Además, todos los barcos con más de 100 pasajeros y en travesías de más de tres días de duración cuentan, obligatoriamente, con un doctor/a, así como un enfermero/a a bordo, lo que es una garantía adicional pero no un servicio gratuito, la mayoría de los barcos cobran los servicios médicos.

Tanto si se utilizan antidiabéticos orales o insulina para tratar la diabetes, cuando se producen vómitos a causa del mareo, pueden aparecer hipoglucemias. Para prevenir esta complicación se recomienda comprobar la glucemia capilar tras el/los vómitos y,

  • Si el valor es inferior a 80 mg/dl, tomar agua con azúcar enseguida a pequeños sorbos.

  • Si el valor es superior a 80 mg/dl, esperar 15-30 minutos para poder ingerir sin vomitar algún alimento con hidratos de carbono: infusión con azúcar, zumo de fruta, tostada, etc.

Si la situación continúa, no olvide asegurase que sus compañeros de viaje, o los profesionales del barco, puedan actuar inyectando el glucagón en caso de ser necesario (pérdida de conocimiento por hipoglucemia).

¿Y por tierra?

  • El tren es un medio de transporte muy recomendable y tiene ventajas sobre el automóvil y el autobús, ya que en muchos casos disponen de vagón restaurante que se puede utilizar en cualquier momento del viaje. Asegúrese antes de viajar de si dispone de este servicio y del horario de apertura y cierre. En caso de que no haya un vagón cafetería o si surgen problemas inesperados, es importante llevar siempre alimentos como tostadas, galletas, fruta,…

  • El autobús es un medio de transporte seguro, pero las paradas en los viajes organizados quizá no se adapten a los horarios de comida. Recuerde llevar a mano alimentos para improvisar una comida (tostadas, galletas, fruta…)

  • El automóvil suele ser una buena opción, aunque requiere un cierto control extra de la enfermedad si se ejerce de conductor, ya que es fundamental prevenir el riesgo de padecer hipoglucemias durante la conducción. Insistimos en que hay que llevar siempre alimentos o bebidas ricas en azúcares (azúcar, zumo, caramelos) para poder tratar una hipoglucemia en cualquier lugar. Y también galletas, tostadas o pan para poder sustituir una comida en caso de atasco de tráfico, retrasos, etc. Se debe comprobar la glucemia capilar antes de conducir y hacer controles frecuentes, sobre todo en viajes largos. Si aparecen hipoglucemias leves, se deben tratar en la forma habitual y mantener el control exhaustivo de las glucemias. Si son más intensas se debe recuperar la normoglucemia con azúcar, zumo o caramelos y no empezar a conducir hasta comprobar que la glucemia capilar está por encima de 100 mg/dl. La capacidad de reacción tras tener una hipoglucemia no se recupera totalmente hasta pasadas unas horas. En cuanto a la medicación, hay que tener en cuenta que cuando un vehículo queda aparcado al sol en verano, la temperatura puede alcanzar valores muy altos que pueden deteriorar la insulina. Asimismo, en invierno, si viaja a lugares muy fríos, la temperatura puede ser muy baja, inferior a 0º C y la insulina puede estropearse por congelación. Por tanto, no se debe dejar nunca la insulina dentro del coche. Como en la población general, se recomienda parar cada dos horas como mínimo para descansar, estirar las piernas, ir al lavabo y caminar durante diez minutos.

¿Cómo afectan los lugares fríos y de altura a mi diabetes?

Las personas con diabetes pueden, en general, viajar con seguridad a grandes alturas, pero deben estar acostumbrados a hacer ejercicio y controlar cuidadosamente su glucosa en sangre, conociendo que no todos los medidores de glucosa leen con precisión a gran altitud.

Las temperaturas muy bajas disminuyen la absorción de insulina, pero si después de un frío intenso se produce un calentamiento rápido (acercarse al fuego) la insulina se absorberá rápidamente, situación que debe preverse para no sufrir una hipoglucemia grave por esta causa.

¿Es importante el calzado?

Es fundamental, en general, durante los viajes se suele caminar más de lo habitual, bien sea en ciudad o en el campo, por lo que es recomendable llevar más de un par de zapatos adecuados y que ya se hayan utilizado durante un tiempo. El calzado deportivo de buena calidad es una excelente opción.

No se debe caminar nunca sin zapatos, pero aún es más importante si se tiene alto riesgo de padecer lesiones en los pies por pérdida de sensibilidad al dolor (neuropatía) o problemas vasculares (vasculopatía). En estos casos hay que extremar el cuidado de los pies:

  • Lavar, secar, hidratar y observar los pies cada día, con la ayuda de un espejo si fuera necesario, para detectar la aparición de pequeñas lesiones como rozaduras, grietas, etc.

    Consultar siempre a un médico ante la aparición de cualquier pequeña lesión, aunque no duela.

  • Revisar el calzado cada día antes de ponérselo, introduciendo la mano en el interior para asegurar la ausencia de cualquier cuerpo extraño (descosido, piedra…).

  • El calzado ha de ser, preferentemente, de piel suave, flexible, forrado, sin costuras interiores y que pueda adaptarse a la forma anatómica del pie. El tacón será ancho, entre 1 y 4 cm. Evitar los zapatos totalmente planos, sin contrafuerte y los descubiertos.

¿Que otros consejos?

  • La correcta conservación de la insulina es responsabilidad del viajero con diabetes. Recuerde que un bolígrafo de insulina no debe de estar más de 30 días fuera de la nevera a temperatura ambiente, y que lo recomendable es conservarlos a una temperatura de entre 4 y 8ºC.

  • En caso de utilizar bomba de insulina, es importante llevar siempre bolígrafos de insulina (lenta y rápida) para poder usarlos en caso de que por algún motivo la bomba fallase. También debe tener prevista una pauta de uso con horarios y unidades (coméntelo con su equipo médico antes de viajar).

  • Se deben tener a mano los números de contacto sanitarios en caso de emergencia. Si fuera necesario, ¿sabría cómo conseguir insulina en la zona donde viaja? Tenga en cuenta que los nombres comerciales pueden variar de un país a otro, para largas estancias deberá llevar encima una receta médica para poder comprar insulina en el país donde esté.

  • Es muy recomendable tener contratado un buen seguro de asistencia médica durante el viaje. Piense que en algunos países carecen de sanidad pública.

  • En caso de viajar en grupo es recomendable que las personas que viajan con usted sepan cómo actuar en caso de que no se encuentre bien o sufra una hipoglucemia grave.

  • Recuerde que en los viajes se come distinto, a diferentes horas y se anda más. Tenga eso en cuenta y coméntele a su equipo de endocrinología esos cambios antes de partir.