Economía

Fertilizante para plantas: la otra vida del pelo que cortan en las peluquerías

El proyecto de una ingeniera agrónoma será presentado la próxima semana en el congreso de economía circular ICITY que acogerá Murcia

Carmen García Onsurbe, con el concejal de Proyectos Europeos de Murcia. | A.M.

Carmen García Onsurbe, con el concejal de Proyectos Europeos de Murcia. | A.M. / M.J.GIL

María José Gil

María José Gil

El pelo que retiran las peluquerías después de cortárselo a sus clientes tendrá a partir de ahora una nueva vida como fertilizante para las plantas. Una ingeniera agrónoma ha desarrollado una fórmula de reciclaje del cabello humano que permite aprovechar la queratina presente en la hebra para que sea utilizada como abono de origen natural, que evita la contaminación del suelo.

Carmen García Onsurbe, que cuenta con el reconocimiento del Centro de Iniciativas Municipales de Murcia (CIMM), presentará su proyecto en el congreso de tecnologías aplicadas a la economía circular ICITY, que se celebrará en la capital la próxima semana.

La pretensión de la emprendedora es establecer una red de recogida de la materia prima en peluquerías dispuestas a sumarse al proyecto, a las que les suministrará «bidones de cartón para que depositen el pelo que ahora tiran a la basura». Añade que también puede emplearse pelo de perro.

García Onsurbe explica que «la reutilización para la elaboración de postizos solo permite usar cabellos sin teñir, pero en el reciclaje de la queratina el tinte no interfiere. «Lo que hacemos es extraer la queratina del cabello y mezclarla con un vehículo de origen orgánico también para conseguir el fertilizante».

La ingeniera agrónoma destaca que el producto resultante tiene propiedades que lo distinguen de otros fertilizantes, dado que «aporta a las plantas más resistencia frente a los ataques de los insectos y las plagas». También las dota de «una mayor resistencia en los suelos salinos», por lo que el uso de un fertilizante orgánico elaborado con la queratina extraída del pelo podría ser utilizado en los terrenos más vulnerables, como el entorno del Mar Menor.

Además, la producción de la materia prima está asegurada, porque las peluquerías pueden grantizar un suministro constante.

La emprendedora explica que ha desarrollado la iniciativa junto con los alumnos del CIFEA de Molina que estudian Química y Salud Ambiental. El objetivo, según cuenta, es llegar a crear una fundación dedicada a la producción del fertilizante orgánico que dé empleo a personas vulnerables con discapacidad. «Ahora estamos esperando tener un inversor o alguien que aporte la financiación para producirlo», indica.

Fuera de la Región el pelo también está empleándose ya en la elaboración de barreras para contener vertidos en el agua, dado que la fibra capilar absorbe los hidrocarburos y actúa como aislante.