Saxofonistas y trompetistas que sean al tiempo cantantes y compositores han existido en el jazz, pero son novedad en el flamenco. De todas formas, Antonio Lizana (San Fernando, 1983) toca tanto con conjuntos más flamencos de guitarra, cajón y voz -a los que él aporta el sonido del saxo para acercarlos al jazz- como con grupos jazzísticos donde él pone su toque más flamenco. En esta ocasión, será encabezando un sextete de brillantes músicos que desplegarán todo su arte mañana en La Almazara de Bullas, toda una oportunidad para disfrutar con los temas de su tercer álbum, Oriente (2017), y de sus colaboraciones como cantaor y saxofonista con la Afro-Latin Jazz Orchestra, los últimos hitos del gaditano.

Su pasión por la música surgió a los 8 o 9 años, gracias a los vinilos que su padre tenía en casa: tras escuchar un disco de Deep Purple de los setenta, algo se le encendió. También destaca entre sus influencias a Paco de Lucía, por supuesto, a quien dedicó La soleá de Paco.

«¡Todo es inquietante en Antonio! Su cante, su toque con el saxo, sus composiciones y su banda, y lo mejor es que a su arte no se le ven los límites». Así se refiere el mítico Jorge Pardo a Antonio Lizana, que, desde la publicación de De viento (2012), ha recorrido innumerables festivales de jazz, ofreciendo siempre un directo que es más que un concierto; es un espectáculo vibrante y lleno de intensidad, que viaja desde lo solemne a la fiesta, de la meditación al baile y de Cádiz a Nueva York. El mísimo Marcus Miller, a su paso por el festival Cultura Inquieta, le coronó como el nuevo rey del Jazz Flamenco, y mañana su reino se levanta en la Región.