Cada 2 de febrero celebramos el Día Internacional de los Humedales desde el año 1997. En esta ocasión, el lema sobre el que se trabajará a nivel mundial será: 'Humedales y Cambio Climático'.

En territorio español, hay reconocidos un total de 74 humedales, recogidos en el listado Ramsar, que hace honor a la ciudad iraní en la que en 1971 se llevó a cabo el famoso Convenio sobre los Humedales. En él encontramos la Bahía de Cádiz, el Complejo Lagunar de la Albufera, las Lagunas de Ruidera, el Delta del Ebro, las Salinas de Santa Pola, las Salinas de la Mata-Torrevieja, el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel, Doñana... Pero también algunos puntos de interés localizados en nuestra Región, como el Mar Menor, por lo que es importantes educar desde ya a nuestros niños en el respeto al Medio Ambiente y las bondades de estos espacios naturales que tenemos tan cerca.

En concreto, por estas tierras tenemos dos zonas en las que vamos a poder disfrutar de una programación específica dedicada a este Día Internacional de los Humedales. Por un lado, en el Parque Regional de las Salinas de San Pedro del Pinatar contamos con una actividad llamada 'Humedales, la sal de la vida'. Se trata de poder disfrutar del entorno que nos depara este maravilloso enclave natural con un juego enfocado a la supervivencia y el desarrollo sostenible. Con una inscripción previa en el teléfono 968 178 139, haremos una ruta de unos cinco kilómetros acompañados de un guía que nos llevará hasta las famosas montañas de sal. Además, no es una ruta de una gran dificultad, y puede hacerse en poco tiempo: dará comienzo a las diez de la mañana y finalizará a eso de la una y media de la tarde.

Pero si lo que más nos apetece es centrarnos en la fauna que hay por la zona, os recomiendo otra actividad que también se llevará a cabo mañana en la Salinas: 'Avistamiento de aves'. Para ello contaremos con una serie de telescopios instalados en un puesto de observación ideado para la ocasión. Además, esta vez no necesitamos inscribirnos previamente, simplemente acudir por allí -en la zona de las primeras charcas salineras, situándonos muy cerca de la rotonda que hay al entrar al mismo Parque Regional de las Salinas de San Pedro- entre las diez de la mañana y la una.

Hay otra oferta, en la Reserva Natural de Cañaverosa, con una ruta muy interesante: 'Humedales: solución natural'. Se trata de un recorrido guiado que seguirá el tramo de la Senda de la Huertecica. En él podremos aprender la importancia que tienen estos ecosistemas a la hora de combatir el cambio climático, pero para ello los interesados tendrán que superar los seis años y realizar una inscripción previa en el 968 847 510. En este caso estamos ante una ruta de dificultad media-baja, y el trayecto a recorrer es de unos 4,4 kilómetros desde las diez y media de la mañana hasta la una y media de la tarde, aproximadamente.

Es importante que tengamos en cuenta que cuando se hacen las reservas por vía telefónica solo se pueden apuntar un máximo de cinco personas por reserva. También que, para este tipo de actividades, es conveniente llevar ropa cómoda, con un calzado adecuado y una pequeña mochila con agua y algo de comer. El uso de la gorra también es fundamental para evitar insolaciones, y nunca está de más echarse protector solar. ¡Ah! Y para el avistamiento de aves, e incluso en la ruta hasta las montañas de sal, si tienes por casa unos prismáticos puede ser una buena idea echarlos al bolso, porque seguro que les vas a dar un muy buen uso.

Recordar por tanto que tenemos en la Región de Murcia las Salinas de San Pedro del Pinatar, las Salinas del Rasall en el parque Calblanque, y las Salinas de Marchamalo que se encuentran en Playa Paraíso, a la entrada a La Manga del Mar Menor.

Quiero destacar el valor de estos espacios naturales, y que se los transmitamos a los niños del modo con el que mejor aprenden todo en esta vida: a través de las salidas vivenciales.

Por último, quiero señalar que, para las fotos del reportaje de hoy, nos fuimos a Las Salinas de Marchamalo. No están tan protegidas como las zonas de Calblanque y de San Pedro, pero no por ello la belleza es menor. La pena es que al no haber una empresa que se haga cargo de la extracción de la sal, hay un desajuste entre las especies autóctonas de este lugar. Ojalá la construcción no engulla esta zona, y las personas que se encarguen de su protección respeten el medio en el que se encuentra. No abandonemos a su suerte espacios tan bellos como éste.