El pasado lunes día 27 de agosto se celebró la primera boda hindú realizada en La Manga del Mar Menor. Vallisa Rani Chauhan y Mittal Patel fueron los protagonistas de esta historia al ser los primeros hindúes en casarse a pie de mar en nuestra Región, un hito nunca antes visto en nuestras playas. Rodeados de su gente más cercana y sus familias, ambas llegadas desde diversos países como la India, Reino Unido, EE UU y Zimbaue, los novios disfrutaron de una ceremonia que duró alrededor de dos horas, pero que completó un festejo de cuatro días.

Y es que cada vez es más común realizar estas bodas hindúes en España, con lo que supone para las familias en relación a la economía, cercanía y el buen clima. Para estas familias es más cómodo casarse aquí que, por ejemplo, en playas como Cancún o la Riviera Maya (México), lugares habituales para la realización de este tipo de enlances, pero que pueden conllevar una serie de problemas adicionales por el desplazamiento, la lejanía y los precios, además de la peligrosidad. Estas bodas impulsan el movimiento turístico y la ocupación de hoteles -esta, por ejemplo, superaba los cien invitados-, ya que las ceremonias hindúes suelen durar varios días.

Encantados con la boda

Encantados con la bodaCuando preguntamos a los novios acerca de qué les ha parecido la boda, el lugar y la manera de realizarse, nos aseguran sentirse completamente felices y encantados de haber celebrado este enlace en la misma playa de La Manga: «La boda ha sido increíble, no nos esperábamos que fuese a salir tan bien. Estamos muy contentos de haberla podido celebrar aquí, con nuestras familias y seres queridos, cerca del mar y cumpliendo con nuestras tradiciones», aseguraban Vallisa y Mittal. Y es que las tradiciones de los hindúes son peculiares. Implican la unión entre dos familias, además de la de los cónyuges, donde acontecimientos repletos de simbolismo, colorido y rituales sagrados forman parte de esta celebración.

El novio durante el enlace, atendiendo a las indicaciones del brahmán. A. TORTOSA

Los rituales ceremoniales comienzan en el mismo momento en que los padres de la novia eligen un marido para su hija. Entonces, los novios y sus familias visitan juntos al sacerdote, conocido como ´brahmán´,que deberá dar el visto bueno al casamiento y elegir la fecha y la hora de la boda en función de la posición de las estrellas. La importancia de la unión familiar vuelve a simbolizarse en un curioso ritual llamado Barat, que se produce el día previo a la boda, y en el que el novio, junto con sus familiares y amigos, realiza una procesión a caballo hasta la casa de su futura esposa demostrando el respeto y unión que existirá entre ambas familias.

Durante la ceremonia, los asistentes se sientan alrededor de un altar con fuego y se suceden tres rituales: el primero es el Homade, ofrenda de fuego; el segundo, el Panigrahena, de unión entre los novios, y el tercero, el Saptapadien, en el que los novios dan siete vueltas en torno al fuego, cantan mantras y leen textos sagrados. Para concluir la ceremonia, el novio ata un collar de flores en el cuello de su nueva esposa como muestra de aceptación y rocía sobre su pelo polvo de color rojo, indicando que ya es una mujer casada. Unas costumbres que pudieron realizar sin problemas con los ojos de varios turistas que se acercaron a ver la ceremonia en plena playa y que dejó muy buen sabor de boca. Y es que, gracias a la colaboración de todos los involucrados -desde invitados hasta ayudantes y demás asistentes-, todo pudo salir como Vallisa Rani Chauhan y Mittal Patel esperaban, sin ningun altercado y dejando a todo el mundo satisfecho y contento. Quién sabe, quizá esta sea la primera de muchas bodas similares.

Invitados y familiares acuden eufóricos a la boda. A. TORTOSA