La delantera del FC Cartagena, a la espera de un salto de calidad

En un torneo tan igualado como la Segunda División Española, el gol es el factor más diferencial y, por tanto, el más complicado de obtener. Que la pelota entre o no lo haga termina suponiendo una diferencia abismal para los equipos de LaLiga Hypermotion. El gol puede dar al traste con tus mayores ambciones aunque los demás ámbitos del juego sean impecables o salvarte del descenso aunque el resto de aspectos sean muy precarios. Así ha sucedido históricamente y así le ha ocurrido al Fútbol Club Cartagena desde su regreso al fútbol profesional. Gracias a los goles se ha permitido soñar la escuadra albinegra y sin ellos ha sufrido hasta el límite. Tras una campaña poco brillante en este apartado, el Cartagena necesita un salto de calidad para seguir creciendo.

Rubén Castro es el nombre propio en este asunto. Desde su llegada en 2020 al Cartagonova para la vuelta a Segunda, el canario se convirtió el pilar que sostuvo a un equipo repleto de carencias en su primera temporada y también el que llevó al club a su segundo mejor registro histórico. Con 19 y 20 goles en cada una de las temporadas que defendió la elástica albinegra, Castro se coló entre los mejores delanteros de la categoría, aportó una gran cantidad de puntos a su equipo y le permitió cumplir con sus objetivos.

En su aventura por las áreas, Rubén estuvo acompañado por Elady, que logró 8 tantos a su lado, Dauda, que hizo 9 y Ortuño, que logró 10. Sin embargo, su controvertida salida el pasado verano dejó un vacío que el Cartagena no supo llenar ni con otro delantero centro ni con los escuderos desde los extremos.

Se fue Rubén Castro tras un desentendimiento con la directiva y el Cartagena lo suplió con Armando Sadiku, además de ofrecer la titularidad a un Alfredo Ortuño que la pedía desde el banquillo. También llegaron para completar la delantera David Ferreiro, Isak Jansson, Franchu, Óscar Arribas, Jaime Romero y Borja Valle. Ni los delanteros ni los extremos suplieron con garantías la pérdida de calidad y goles sufrida con la marcha del canario.

Sadiku sorprendió al inicio, haciendo como suplente los goles que se le resistieron a Ortuño de titular. Despertó el yeclano y se turnaron el protagonismo, no obstante, la buena dinámica no llegó al ecuador de la temporada y ambos dejaron su marca muy por debajo de la de Rubén Castro con 10 y 8 goles. Ni si quiera los dos juntos -18- pudieron igualar al anterior punta albinegro. Ni el yeclano ni el albanés se colaron entre los mejores goleadores, muy lejos de los Uzuni -23- o Raúl García -19- y con un pobre porcentaje de 0,24 y 0,26 goles por partido respectivamente.

También estuvieron lejos los extremos de la aportación ofensiva que necesitaba la escuadra cartagenera. Arribas, Jansson y Franchu disfrutaron de las primeras oportunidades, aunque no cumplieron con las expectativas mientras David Ferreiro sufría con las lesiones. Tampoco lo hizo Jaime Romero, apuesta de Luis Carrión que salió mal. Entre todos ellos sólo sumaron 6 tantos en toda la temporada, un registro muy bajo que salvó Valle con otros 6 y Jairo reconvertido aportando 2 goles más. Los fichajes de invierno, con mucho menos tiempo para maniobrar, trataron de solucionar la falta de gol, pero sólo Darío Poveda, con 3 dianas, pudo aportar a la causa.

Ahora, a tan sólo un mes de comenzar de nuevo la competición en LaLiga Hypermotion, el Cartagena debe encontrar ese factor tan diferencial que supone el gol en una figura que se acerque un poco más a los números de Rubén Castro. La marcha de Valle y Poveda, a los que el club pretendía retener como apoyo a la delantera, dificulta la tarea y aumenta el rango de búsqueda a perfiles de todo tipo, pero principalmente es el puesto del delantero centro el que debe completar el Cartagena con un punta que marque diferencias como lo hizo Rubén. Si lo logra, el equipo de Víctor Sánchez puede dar un gran salto en cuanto a sus expectativas en la liga.