«Molo reúne todas las características que buscamos en nuestro perfil. Una persona joven, con ambición proactiva, un líder como entrenador o gestor. Va en sintonía con lo que intentamos transmitir: energía, ganas e ilusión por seguir creciendo». Solo tres meses después de que Miguel Linares, director deportivo del UCAM Murcia, lanzase todo tipo de elogios a Molo, el técnico almeriense ya es historia en el club universitario.

Ayer mismo, tras cinco jornadas de liga disputadas, era fulminado por los gestores del club murciano. Los malos resultados, cinco puntos de veinticinco posibles, no ayudaban a apostar por su continuidad, pero tampoco las diferencias cada vez más evidentes con el director deportivo de la entidad universitaria.

Porque la relación entre Miguel Linares y Molo no estaba siendo la esperada. Porque entre ambos habían abierto una especie de ‘guerra’ que ayer acababa de un plumazo con el técnico como perdedor. Porque desde que el domingo se empatase en el campo del Mancha Real, la destitución de Molo ya era un secreto a voces en La Condomina. Sin embargo, el lunes, el técnico almeriense seguía dirigiendo al equipo aún sospechando lo que iba a suceder. Fue ayer martes cuando, tras una reunión de la directiva, se le comunicó el despido. Y es que, a la ya habitual poca paciencia que se tiene en La Condomina con los entrenadores, se sumó que Molo no contó ni con el apoyo de un director deportivo que incluso ya tenía cerrado a otro entrenador.

De hecho, si a las 12.35 se anunciaba la destitución del almeriense; a las 19.00 se informaba de la llegada de Jorge Romero al banquillo de La Condomina.

Jorge Romero tomará hoy mismo las riendas de una plantilla confeccionada para ascender a Primera RFEF y afrontará su debut en el banquillo el próximo domingo ante el Utrera. Este será el primero de los dos enfrentamientos que el UCAM Murcia tiene en La Condomina, porque el 16 de octubre recibirá al Yeclano.

El técnico andaluz, que llega con el respaldo de un Miguel Linares que le conoce de su etapa en la dirección deportiva del Córdoba, tendrá la complicada tarea de responder a la ambición de los universitarios, que no se pueden permitir otro fracaso después de su descenso a Segunda RFEF. Estará en las manos del ex del Alcorcón que lleguen los buenos resultados, aunque en las últimas semanas la crisis del UCAM va más allá de lo que ocurre en el terreno de juego. Y es que las desavenencias entre Miguel Linares y Molo, que no han dudado en lanzarse reproches de puertas para adentro sobre jugadores que estaban dando poco rendimiento y que fueron fichados por uno o por otro, habían convertido La Condomina en una caldera.

Al final, con Miguel Linares contando con el respaldo de la directiva, encabezada por el vicepresidente José Luis Mendoza García, la cuerda se rompió por el lado de Molo, que solo ha aguantado cinco jornadas en el banquillo. El almeriense repite así la experiencia que vivió hace un año en el Águilas, aunque en el club costero sobrevivió hasta la jornada 10.

Con la destitución de Molo y la llegada de Jorge Romero, el UCAM confirma su fama de ‘devora entrenadores’. Habrá que ver si el andaluz consigue resistir hasta final de temporada en un banquillo de lo más caliente. De momento, no es el perfil de entrenador confirmado con grandes números.

Con solo 37 años, apenas cuenta con experiencia. Ha pasado por el Córdoba, dirigiendo al filial y subiendo al primer equipo tras la salida de Juan Merino -estuvo 9 jornadas-. Posteriormente firmó por el Alcorcón B, volviendo a ascender con el despido de Anquela, pero no aprovechó la oportunidad y apenas se mantuvo en el cargo un mes. Otro de sus clubes ha sido el juvenil del Real Madrid.