El Libro de Estilo de Álex Grijelmo es una de esas primeras obras de cabecera que llega a las manos de los estudiantes de periodismo al poco de entrar en la facultad. No es el único manual de ese tipo. Cada medio de comunicación suele tener el suyo, y todo para que sus trabajadores mantengan una misma línea tanto lingüística como estilística cuando se ponen delante de una página, una cámara o un micrófono.

Luis Madrigal, que ayer debutaba como titular en el once murcianista. | LOF

Hay muchos días, como el de ayer por ejemplo, que echo de menos que esos libritos añadieran un apartado mucho más desarrollado para los que nos dedicamos a la información deportiva. Sería interesante poder homogeneizar criterios entre todo el gremio y tener claro cuántas jornadas de margen se deben dar a un equipo antes de cuestionarle, cuándo debe valorarse la calidad del juego y cuándo el marcador o si la exigencia aumenta cuando la categoría decae. Sin esos criterios aclarados, es complicado escribir una crónica de un partido de la segunda jornada en la que un pésimo Real Murcia empató a cero contra el Recreativo Granada.

Lo más sencillo, sobre todo para evitar dolores de cabeza y pitidos en los oídos, sería optar por lo fácil. Y lo fácil es explicarles que sumar un punto fuera de casa siempre es bueno. Podría, convirtiéndome en una aficionada más, hablar de ‘puntazos’, aunque en unos meses, tenga que mirar para otro lado cuando los objetivos empiecen a escaparse de las manos y muchos se prometan no celebrar jamás un empate como si fuese una victoria. También podría decir, porque eso siempre queda muy bien, que el Real Murcia necesita tiempo, porque el Real Murcia es un equipo completamente nuevo. Ayer, por ejemplo, en el once utilizado por Mario Simón no había ni un solo jugador del pasado curso, y en el fútbol como en la vida, todo es cuestión de engranaje. No me voy a olvidar, en mi deseo por ver la botella medio llena, que el punto llega después de un debut victorioso y antes de otro partido en casa donde podrá hacerse todavía más valioso.

Pero como todo esto ya lo leerán o lo escucharán en otros sitios, lo mejor será rascar un poco más o mirar un poco más lejos. No desmentiré a los que afirmen que el punto de ayer en Granada es bueno, pero rebatiré que es bueno simplemente porque el Real Murcia no pudo jugar un partido más pésimo en una categoría todavía más pésima. Incluso, tirando de generosidad, podría comprar lo de que hay muchas caras nueva y que es pronto, el problema es que llegará enero, el play off no estará cerca, y el Real Murcia, con otra docena de fichajes, volverá a ser nuevo y reclamará otra vez tiempo.

Insistamos en que no es malo el punto sumado ante el Recreativo Granada. No es malo porque fue a lo único que optó el Real Murcia. No es malo porque en noventa minutos el Real Murcia no realizó un tiro entre los tres palos de la meta de un Sarr que posiblemente no viva un partido tan tranquilo en lo que resta de temporada. Y, antes de que saquemos todos las uñas contra los delanteros, habrá que decir que fue imposible que Andrés Carrasco asediara a la defensa nazarí porque Andrés Carrasco no recibió ni un balón en condiciones de sus compañeros. Ni por el centro, ni por la izquierda, ni por la derecha... Hubo que conformarse con algún saque de esquina o alguna falta lateral.

«Podríamos haber ganado de elegir mejor nuestras opciones»

Mario Simón, técnico del Real Murcia, considera que su equipo podría haber ganado en el campo del Recreativo Granada. Según el preparador murcianista, «de haber elegido mejor en las tres o cuatro situaciones de peligro que hemos tenido podríamos haber generado ocasiones claras». El madrileño se mostró «optimista» y destacó «la dinámica» en este inicio liguero, donde al empate de ayer hay que sumar la victoria de la primera jornada frente al Marchamalo. Simón también recalcó que «no hemos encajado», subrayando «el trabajo defensivo del equipo».

«Por su forma de jugar te exigen, y lo hemos tenido que contrarrestar», decía el técnico del Real Murcia, añadiendo que «nos ha faltado elegir las situaciones correctas para tener ocasiones claras». «Hay que ser crítico y mejorar», comentaba Simón, recordando que se había hablado mucho de la falta de gol y que hace una semana se lograron tres tantos. «Nos ha faltado algún centro lateral y algún disparo, hay que seguir trabajando y creyendo», continuaba, insistiendo «en el buen trabajo» realizado ayer.

Uno de los jugadores que se quedaba fuera de la convocatoria era el centrocampista Athuman. «Queremos que esté en óptimas condiciones y por eso hemos decidido esperar», decía.

Si el partido de la primera jornada frente al Marchamalo lo endulzaron los goles, ayer ni eso. Porque quitando un disparo de Dani García que no encontró de puerta, el Real Murcia ni se enteró. Ahora que el equipo, para ahorrar, viaja en el mismo día, Fran García y Julio Gracia aprovecharon para no bajarse del autobús, y sin nadie capaz de encender la luz, el Real Murcia cayó en una oscuridad tan absoluta que durante muchos minutos de la primera parte fue sometido al juego de un filial que sí sabía llegar al área, pero que carecía de las uñas suficientes para hacer daño a Iván Casado y Alberto González, los protectores de un Serna que tampoco tuvo trabajo.

Después de una primera parte para olvidar, todas las miradas se centraron en un Garnet que parecía ser el único que entendía lo que necesitaba su equipo para quitarse la presión local y tener algunas opciones. Sin embargo, el guineano pronto renunció al verse sin apoyos. Daba igual donde mirase, porque nadie se ofrecía, y cualquier robo de balón apenas duraba un segundo en las piernas de los murcianistas.

La única vez que consiguieron encadenar dos pases seguidos se convirtió en la ocasión más clara. Y más clara por decir algo, porque Dani García no encontró ni puerta. Se precipitó en el pase Julio Gracia y se precipitó el delantero en el disparo.

Nadie se extrañaría del mal juego del Real Murcia, porque el Real Murcia hace muchos meses que no juega a nada. Da igual que esté Mario Simón en el banquillo o que esté otro. La diferencia es que Mario Simón entrena a un equipo de Segunda RFEF, y si el Real Murcia no es capaz de destacar en la cuarta categoría del fútbol español, pues apaga y vámonos.

Intentó el técnico grana buscar alternativas. Sacó al terreno de juego todas las opciones de ataque que tenía el banquillo, pero no había esperanza. La única esperanza era que el Recreativo Granada continuase desperdiciando acercamientos y, sobre todo, que el colegiado señalase el final del partido para consolarnos con que es pronto, con que hay muchas caras nuevas y con una victoria dentro de siete días que dé valor al puntazo logrado ante un filial, y no de los buenos.