El UCAM Murcia CB decidió abrir un paréntesis en la planificación para el próximo curso hasta no conocer el verdadero escenario que deberá afrontar. Después de anunciar las renovaciones de Nemanja Radovic y James Webb, el equipo universitario inició un periodo de espera hasta conocer si finalmente compaginará de nuevo los calendarios de la Liga Endesa y la Basketball Champions League el próximo curso. La competición europea comunicará a principios de esta semana el listado completo de los clubes que participarán en la campaña 2021-2022, sin embargo, parece que se han complicado las opciones que tenía el conjunto murciano de regresar a Europa tras formalizar su inscripción al concluir en la duodécima posición de la ACB.

Y es que ayer se conoció que el Unicaja Málaga, que hasta ahora siempre había disputado la Eurocup, participará en la Basketball Champions League las próximas tres temporadas. Lo que significa que ocupará una de las cuatro plazas reservadas para los equipos españoles en la competición. Al equipo andaluz hay que añadir la presencia de los campeones del torneo como son el Hereda San Pablo Burgos y el Lenovo Tenerife, por lo que Casademont Zaragoza, BAXI Manresa y el propio UCAM Murcia son los clubes que se disputarían la plaza restante.

A día de hoy, todavía se desconoce el baremo para decidir quién será el ‘ganador’ del billete europeo, ya que no está claro si se tendrá en cuenta el puesto de la clasificación al término del curso en la Liga Endesa o el ránking general dentro de la Basketball Champions League. En cualquier caso, con la entrada del Unicaja Málaga, y siendo solo cuatro plazas en juego, el UCAM ha perdido gran parte de sus opciones.

A efectos clasificatorios en la ACB, el BAXI Manresa se encuentra por delante del equipo murciano, que sí que supera en este aspecto al Casademont Zaragoza. Sin embargo, en el ránking de la Champions League, es el equipo aragonés el que aparece (5º puesto) por encima de los universitarios (25º). Por lo que el UCAM Murcia se encontraría en ‘fuera de juego’ si se adopta cualquiera de estos dos criterios.

Tan solo le abriría la puerta de nuevo a una competición que ya disputó de 2017 a 2019, consiguiendo la medalla de bronce en la Final Four de Atenas, la posibilidad de que se amplíen las plazas destinadas a los equipos españoles, dependiendo del resto de inscripciones o posibles rechazos por otros clubes. No obstante, debería disputar la fase previa al inicio de la fase de grupos (fase regular) con hasta tres posibles eliminatorias.