Hace solo unos días parecía imposible, pero esto es fútbol y nunca se puede decir que algo no va a suceder. El Cartagena sale del descenso y se coloca en 16ª posición después de vencer al Castellón con un gol de Rubén Castro para aprovechar el pinchazo de todos los rivales de abajo. Los albinegros dan un golpe encima de la mesa y cogen aire a falta de cuatro finales por delante. Sabiendo lo que había en juego, no era momento para reservar ninguna bala en el banquillo. Por eso, Luis Carrión alineó desde el inicio a Álex Gallar junto a Elady, Rubén Castro y Nacho Gil. El catalán volvía al once después de mucho tiempo. En el centro del campo, volvía Aburjania para acompañar a De Blasis, mientras que en la defensa solo fue novedad la presencia de Delmás en el lateral derecho en detrimento de Antoñito.

Partido trascendental

Se llevaba hablando toda la semana y en el día de partido no iba a ser menos. El encuentro había recibido la etiqueta de ‘decisivo’ y ni la intensidad ni el ambiente defraudaron. Incluso antes del pitido inicial. Y es que en torno a un centenar de aficionados se reunieron en la explanada exterior del estadio para recibir al equipo y darles el aliento necesario en una cita tan importante.

Pareció trasladarse esa intensidad sobre el terreno de juego en los primeros minutos. Ninguno de los dos equipos quería ceder ni un centímetro y mucho menos un balón. Comenzó el conjunto visitante tratando de lanzar rápidas combinaciones para pillar desprevenida a la zaga albinegra.

Sin embargo, poco a poco fue el Cartagena cogiendo el timón del balón y empezó a crear peligro sobre la portería de Óscar. La primera ocasión fue para Aburjania con un disparo desde fuera del área al que reaccionó el arquero del Castellón desviando a saque de esquina. Un córner en el que Nacho Gil estuvo cerca de enganchar y dirigir a puerta el envío de Gallar. Poco después, el propio Gallar cabeceó arriba un centro de Delmás desde la derecha.

No eran especialmente peligrosas, pero eran varias seguidas las que había conseguido generar el equipo cartagenero, dejando síntomas de las intenciones que tenía. A pesar de ello, el encuentro se fue calmando y la posesión se repartía mientras el Castellón buscaba acciones de ataque a balón parado. Una de ellas culminó con un remate por encima del travesaño y la otra con una buena mano de Marc en el envío directo de Lapeña desde el pico del área.

No tenían, sin embargo, las cosas demasiado claras ninguno de los de equipos y se demostró con la falta de ideas durante el último tramo que hizo que el encuentro se marchara igualado al descanso.

Tras el paso por vestuarios, la película cambió de forma radical. El Castellón salió mejor plantado en el terreno de juego y fue en busca del gol que le pusiera por delante. De hecho, estuvo a punto de conseguirlo en un par de ocasiones. Ortuño no alcanzó un envío lateral que se paseó por el área pequeña y Forniés tuvo que sacar el esférico cuando el delantero se disponía a rematar en la siguiente acción.

Oro puro

No obstante, y a pesar de haber salido peor que el rival, quien iba a golpear iba a ser el Cartagena. Y lo hizo a través del de siempre. Todo nació en las botas de Álex Gallar. El extremo se deshizo de dos contrarios en el centro del campo dándose la vuelta y rompiendo la línea de presión del Castellón para encarar la defensa a campo abierto. Su apertura a la izquierda fue recogida por Nacho Gil que, después de recortar, vio como Óscar detenía su disparo. Pero dentro del área anduvo atento el delantero canario para cazar el rechace y enviar el balón al fondo de las mallas con una diana más en su cuenta particular.

El Cartagena se ponía por delante y sacaba petróleo cuando peor se encontraba. El tanto había sido un mazazo para el Castellón y tocaba administrar la ventaja de la forma más inteligente posible. Carrión movió el banquillo para buscar consistencia y frescura con José Ángel y Cayarga.

Resistencia y aplomo

En esas, el equipo albinegro supo mantener la cabeza fría e incluso ir en ciertos momentos a por el segundo. Lo intentó Delmás con una gran jugada individual que culminó con un disparo elevado. También, una acción de este en la que combinó con Rubén Castro, terminó en un centro que repelió la zaga visitante. El lateral fue uno de los más activos del Cartagena y estuvo incansable en la banda, aportando tanto en defensa como en ataque.

El Castellón, por su parte, no encontró la forma de inquietar sobre la portería de un Marc Martínez que no tuvo más trabajo que a algún centro lateral aislado. Ni siquiera, cuando Garrido movió el banquillo para poner sobre el tablero toda la artillería que tenía en el banquillo. La entrada de Andújar para reforzar el eje de la zaga hizo que el partido acabara sin más ocasiones y con un Cartagena que, a diferencia de otras ocasiones, no dio síntomas de debilidad.

De esta forma, el conjunto de Carrión logra culminar una jornada redonda en la que todos los equipos de abajo han pinchado –a excepción del Lugo, que juega en el día de hoy- y da un salto de cuatro puestos en la tabla. Se sitúa un punto por encima del descenso a falta de cuatro partidos y encara el choque con el Espanyol que ya es de Primera División y que recibirá al Cartagena teniendo los deberes hechos. Lo que está claro es que quedan cuatro jornadas de infarto en las que el Cartagena se juega la vida.

No era una cita sencilla la que tenía entre manos el Cartagena y supo solventarla. Quizá más en el resultado que en el juego, pero la realidad es que el equipo da un paso importante en el arduo camino de la permanencia. Así lo reflejaba Luis Carrión tras el encuentro consciente de que no quedaba otra que vencer: Era importante ganar. «Hoy era todo o nada y lo hemos conseguido», comentaba.

Salía el técnico catalán con un once ofensivo en el que volvía a estar Gallar y en que Rubén Castro, Elady, Nacho Gil y De Blasis estuvieron acompañándole. Mensaje de ir a por el partido para tratar de conseguir tres puntos vitales ante un rival directo como el Castellón: «Gente más ofensiva no puedo poner. Es verdad que no hemos estado lúcidos en esa faceta, pero hemos puesto una alineación valiente. Mi equipo lo ha sido. Jugando desde atrás y atrayendo al rival. Pero tenemos la sensación de que hemos estado imprecisos, aunque a la vez hemos sido muy compactos atrás», asegura el preparador albinegro.

Sin duda, la acción del gol cambia completamente el partido, como el propio Carrión reconocía. De nuevo, Rubén Castro salió al rescate de un equipo en el que aporta mucho gol pero también mucho trabajo: «Rubén lleva muchos goles en un equipo que está en la parte de abajo. Pero para mí lo más importante es lo que ha hecho después del gol. Se ha esforzado por el equipo, lo ha disputado todo con centrales enorme y se lo ha dejado todo. Los goles nos están dando la vida, pero ese trabajo también», afirma.

No obstante, todo gira en torno a un equipo que cree más en conseguir el objetivo después de este magnífico resultado que le pone en posición privilegiada para mirar el descenso desde arriba:» Tengo una plantilla amplia en la que está todo el mundo al cien por cien. Esto te permite que todos puedan jugar. Delmás ha hecho un buen partido, al igual que Antoñito cuando ha entrado. Seguramente cada uno tenga su opinión de quién es mejor y yo también tengo la mía. Por eso para mí el once de hoy era el más adecuado», manifiesta.

Palabras tenía también el técnico para la afición, que recibió y apoyó al equipo antes del encuentro: «Me ha puesto los pelos de punta desde que he salido del autobús hasta que he entrado. En la situación que atravesamos estamos responsabilizados, pero ver a tanta gente con tanto ilusión y apoyando al equipo es un motivo más que importante para dejarlo todo en el campo cada día. Lo hemos agradecido porque además ha estado todo muy ordenado. Ojalá puedan estar pronto en el campo», comentaba.

Ahora, encara el partido del Espanyol con fe e ilusión: «Creo que podemos ganar al Espanyol y se verá en la alineación. No voy a recular ni a esperarles. El equipo va a ir a por ellos y a por la victoria. Si luego no van bien las cosas, ya veremos la valoración, pero tengo claro que podemos ganar», sentenciaba.