Un padre o una madre siempre perdona a su hijo. Eso debían pensar los jugadores del Real Murcia cuando en el minuto 89 salvaban los muebles gracias a un gol del canterano Rognny. Un zapatazo del venezolano acababa con un Cádiz B muy peleón y que estuvo muy cerca de sumarse al club de equipos que han pintado la cara a los murcianistas en esta temporada. Iban por ese camino los de Alberto Cifuentes cuando los de Loreto, en un último intento por agarrarse a la vida, lograban esa deseada victoria que parece llegar muy tarde. Y como tiene pinta que estos tres puntos servirán de poco o nada, y como es de sobra conocido que el Real Murcia lleva tres meses y medio de batacazo en batacazo, los aficionados que se dieron cita en Nueva Condomina mandaron un mensaje a sus jugadores: ‘No hay consuelo para los malvados’. Y es que, pese a que Rognny hizo saltar a las tres mil personas que acudieron al estadio pese a las decepciones continuas, cuando el colegiado pitó el final del encuentro y la plantilla de Loreto se acercó a la grada, la respuesta posiblemente no fue la esperada. Demostrando que no olvidan, confirmando que lo que ha ocurrido en este curso duele demasiado, una buena parte de los asistentes no dudaron en pitar a unos jugadores que en los últimos meses no han dado la talla.

Porque aunque Rognny salvó los muebles, los tres puntos dan poco consuelo cuando abres la clasificación de este subgrupo D del Grupo IV de Segunda B. Porque aunque el Real Murcia ganó después de cuatro jornadas, los murcianistas siguen a seis puntos del segundo puesto, o lo que es lo mismo, a seis puntos de poder lograr un billete para la Primera RFEF.

Lo único que consiguió Rognny con su gol es dar un margen a Loreto y al consejo de administración, que tendrán unos días más para seguir defendiendo que mientras hay vida, hay esperanza. Pero esa esperanza, que posiblemente hoy vuelva al corazón de los aficionados, no apareció ayer cuando el colegiado señaló el final del partido. Solo 2.800 espectadores acudieron a las gradas. Demasiados para lo que ofreció el Real Murcia, y eso que los primeros minutos hacían presagiar algo mejor. Porque los granas, con la novedad del canterano Guille Lozano en el once, se sintieron cómodos en el terreno de juego. Intentando combinar, y con un tridente en ataque que dejaba detalles, las ocasiones no tardaron en llegar. Tampoco se hizo de esperar el gol. No pudo batir Abenza a Garrancho. Tampoco Toril, que se estrelló con el larguero. Pero cuando los aficionados lamentaba el fallo del delantero, Carrillo sacó la varita mágica, o el compás y los lápices de colores, para dibujar un arcoíris con un golpeo que hizo que el balón se colase por toda la escuadra.

Daba la impresión que el Real Murcia quería purgar sus pecados. Pero pronto se descubrió que una cosa son las intenciones y otra la realidad. El 1-0 no pudo sentar peor a los de Loreto. De ser más o menos dominadores, de presionar para ir a por la victoria, se pasó a un tramo del encuentro en el que los murcianistas solo fueron un juguete roto en manos de un Cádiz B demasiado imberbe.

Cuando lo tenían todo a favor para sacar la rabia y hacer que el filial gaditano pagara los platos rotos de la crisis deportiva que vive el equipo, los granas se fueron diluyendo, permitiendo a los visitantes ir haciéndose con el control del balón a la vez que avanzaban metros. Buscando sobre todo las bandas, donde el Real Murcia transmite debilidad, los de Alberto Cifuentes fueron acumulando ocasiones, aunque la mayoría sin apenas peligro.

No tenía que esforzarse Champagne, que veía cómo todos los tiros se marchaban muy desviados. No eran peligrosos los amarillos, pero sí insistentes, haciendo recordar a los presentes esa frase popular que dice algo así como «cuando el cántaro va tanto a la fuente, al final se rompe». Y el Cádiz B tuvo hasta cinco acercamientos en los últimos diez minutos de la primera parte. El Real Murcia, por su parte, solo tuvo una acción en la que Fuentes cruzó demasiado.

El descanso es lo mejor que pudo pasar a un Real Murcia que comenzó presionando y que ofreció buenos minutos, con Carrillo, Fuentes y Toril combinando, y con el canterano Guille Lozano, novedad en el once de Loreto, sintiéndose cómodo por la derecha, pero que perdió iniciativa y atrevimiento cuando se vio por delante en el marcador.

Si alguien pensaba que el paso por vestuarios, acompañado de un buen tirón de orejas de Loreto, iba a cambiar algo, se equivocaba. A los cuatro minutos de la segunda parte el Cádiz B aumentaba los nervios de la escasa afición grana que había acudido al estadio. El palo salvaba al Real Murcia después de un misil de Carrasco. El cántaro seguía acercándose a la fuente y cada vez con más peligro.

Con el panorama negro, pese a que el sol se filtraba entre las nubes y que el arcoíris que aparecía en el cielo no quería marcharse del todo, Loreto demostró pronto que no le gustaba nada lo que estaba viendo. Y siguiendo la línea de su equipo, decidió ponérselo más fácil al Cádiz. Youness saltaba al centro del campo a la vez que Fuentes se marchaba a la grada.

Colocó Loreto el trivote en el minuto 61, y en el 68 el empate ya aparecía en el marcador. Pudo ser antes, tras un gran centro de Baró que Nieto envió por encima del larguero, pero llegó justo después. Una acción a balón parado era rematada por un Saturday que se disfrazó de Gulliver para sorprender a una defensa grana que prefirió el papel de liliputienses, especialmente Edu Luna, que esta semana debería verse repetida la jugada varias veces para entender lo que no debería repetir si quiere seguir defendiendo la camiseta grana.

No reaccionó el Real Murcia lo que se dice rápido. Diez minutos pasaron entre el gol del empate del Cádiz B y el siguiente acercamiento de los granas. Fue Abenza desde fuera del área el que probó a un Garrancho que atrapó sin problemas. Con Toril muy vigilado y sin poder rematar con claridad, Carrillo intentaba dibujar otro arcoíris, pero esta vez el pulso no le acompañó.

Con el partido convertido en un correcalles y los técnicos agotando poco a poco los cambios cualquier cosa podía pasar. Ni a granas ni a amarillos les servía de nada el empate. Y como ya era tarde, las prisas llevaban el balón de una a otra área.

La volvió a tener Carrillo en el 86, pero los dedos de Garrancho evitaron que el balón acabara en la red. Y cuando parecía que al Real Murcia ya se le había hecho tarde, un canterano salió al rescate. Rognny, con un zapatazo en el que puso toda su alma, levantó de sus butacas a la grada, pero solo fue la emoción del momento. Con las pulsaciones de nuevo en su sitio, con el partido ya acabado, los aficionados no dudaron en demostrar que no olvidan, como tampoco se va a olvidar la pitada que recibieron los jugadores pese a la victoria.

Loreto: «Los jugadores del filial nos dan más alternativas»

«Creo que el equipo se lo merecía, hemos merecido ganar algunos partidos anteriores. Era un partido complicado, en la primera parte hemos entrado bien, dominando y poniéndonos por delante. En la segunda parte nos ha entrado un poco la ansiedad y los nervios, y nos han hecho un gol muy fácil a balón parado. Los cambios nos han dado la frescura suficiente para sacar el partido adelante», explicaba José Luis Loreto a la conclusión del encuentro. El técnico grana también se refirió al bajón que dio el equipo cuando se puso por delante en el marcador: «El aspecto mental en el fútbol existe, el murmullo del público, las ocasiones del rival, la presión… todo eso afecta a los jugadores. Llega un momento que pierdes el sentido, te entran los nervios, te entra la ansiedad y no dominas. El que no ha jugado al fútbol no sabe lo que se siente ahí. Los cambios nos han dado esa frescura mental que los jugadores de dentro no tenían en ese momento».

El técnico sevillano apostó por el canterano Guille Lozano, novedad en el once titular. Otro jugador del filial, Rognny, fue el gran protagonista, logrando el gol del triunfo. Sobre la presencia de jugadores del B, Loreto indicó que «hemos ido buscando soluciones desde el primer día que llegamos. Guille Lozano y Rognny se han adaptado bien y han dado el nivel. Felicito a los dos, vamos a seguir en esa dinámica, si tengo que buscar jugadores para que me sumen y están en el Imperial serán uno más del primer equipo. Ahora tenemos más alternativas y así vamos a seguir». En estos momentos los canteranos están por delante de futbolistas como Mendes y Ripoll.