Se hizo de rogar. Costó más de lo esperado, pero por fin está aquí. El Cartagena volvió a probar el dulce sabor de la victoria tras vencer al Oviedo. Dos meses después, el conjunto albinegro termina un partido con los tres puntos en el bolsillo gracias a los goles de Rubén Castro y de Cayarga logrando, además, dejar la portería a cero por segundo encuentro consecutivo y sumando una victoria que le hace dormir fuera del descenso.

Era el tercer partido de Luis Carrión al frente del banquillo y el primero después de que se cerrara el mercado de fichajes, lo que se notó en el once inicial. El técnico catalán se reafirmaba en su drástico cambio con la titularidad de hasta seis recién llegados. De Blasis, Raúl Navas, Datkovic y Chichizola repitieron en la partida después del encuentro en Gijón, siendo las novedades Antoñito -que entraba por un David Simón sancionado- y Aburjania -que hacía que José Ángel Jurado se quedara en el banco-.

El mal pie para entrar

No comenzó el partido como le hubiera gustado al Cartagena. Primeros minutos donde el rival lleva la iniciativa y el conjunto albinegro no termina de sentirse cómodo sobre el terreno de juego. Más que falta de ideas, parecía que volvía a cundir en los jugadores la falta de seguridad.

Nada más comenzar, el conjunto de Ziganda dispuso de dos faltas laterales cometidas por un De la Bella que estaba hasta el momento representando las sensaciones anteriormente descritas. Ninguna de ellas acabó, eso sí, en remate sobre la portería albinegra. Más peligro llevó la pérdida que entre Raúl Navas y Datkovic estuvo a punto de costarle el gol. En la salida de balón, el envío del sevillano era interceptado por Gustavo Blanco, que enfilaba portería y en el mano a mano no era capaz de batir a un Chichizola que se hacía grande para evitar el primer tanto.

Le costó mucho al Cartagena meterse en el partido y empezar a generar peligro. En la mayoría de ocasiones cuando esto sucedía era a cargo de un incansable Antoñito por banda derecha, cuyas llegadas eran constantes. En una de ellas, su centro era cazado por Elady dentro del área, que enganchando el balón de volea no era capaz de dirigirlo hacia portería.

Premio y susto

Poco a poco se fueron igualando las fuerzas sobre el césped y los acercamientos a ambas porterías eran casi inexistentes. Cuando se llegaba a la media hora de juego, Rubén Castro lograba rematar una falta lateral botada por Gallar, pero no pudo imprimirle potencia al envío y fue atajado por Femenías. Era el aviso de la que iba a ser la jugada que daría lugar al gol que abría el marcador. De Blasis sacaba un córner al segundo palo, donde aparecía el delantero canario para, después de anticiparse, meter el pie y enviar el balón al fondo de las mallas y poner por delante al Cartagena.

Era quizá un botín excesivo para lo que se había visto hasta el momento sobre el terreno de juego, pero que a punto estuvo de perder el conjunto de Carrión solo dos minutos después de conseguirlo. Un futbolista del Oviedo caía dentro del área en una disputa con Carrasquilla y el colegiado señalaba penalti al instante. Sin embargo, desde el VAR le aconsejaban que fuera a revisarlo y este terminó cambiando su decisión inicial.

Otra cara

Distinto al de la primera parte fue el arranque tras el paso por vestuarios. El Cartagena fue un equipo mucho más asentado y seguro con el marcador a favor. Supo controlar los tiempos y evitar todas esas acciones que en otros partidos les han llevado a pegarse un tiro en el pie. Comenzó con un disparo alto de un Gallar que se iba a tener que marchar lesionado y sustituido por Cayarga, que a la postre terminaría siendo protagonista. Trataba, eso sí, de reaccionar el Real Oviedo, que mostraría sus debilidades y su falta de mordiente durante toda la segunda mitad. Tejera pudo hacer el empate después de un robo sobre Aburjania, pero su disparo no encontró portería.

A partir de ahí, estuvo más cerca de llegar el segundo gol albinegro que la igualada. El primero que pudo lograrlo fue Elady Zorrilla después de una gran acción individual casó un disparo que buscaba la escuadra y que se marchó rozando el palo.

Con el movimiento en los banquillos en ambos equipos, tanto Cristian López como Azeez entraron al campo, dándose la circunstancia de que durante varios minutos estuvieron sobre el terreno de juego los ocho fichajes de este mercado de invierno. E iba a ser precisamente en esos momentos cuando mejor se iba a encontrar el Cartagena, minutos en los que consiguió casi matar el encuentro. De Blasis robaba el balón al central del Oviedo y se plantaba solo delante de Femenías, pero su disparo se marchaba rozando el palo, perdonando la sentencia.

Sin embargo, en la siguiente jugada iba a llegar el segunda. Galopada de De la Bella por la izquierda que ponía el centro sal segundo palo, De Blasis conseguía engancharla con un fallido remate que le caía a Cayarga y este ponía el pie para enviar el balón al fondo de la portería y poner el gol de la tranquilidad para el conjunto albinegro.

No se le fue la cabeza al conjunto de Luis Carrión en los veinte minutos restantes. El equipo supo contemporizar y dominar el balón, pudiendo incluso haber hecho el tercero. El Oviedo no mostró ni intención ni coraje de ir a por un empate en el que ni Ziganda parecía creer, lo que puso las cosas más sencillas a un equipo que se hizo fuerte para mantener el resultado hasta el final.

De esta forma, el Cartagena vuelve a ganar y recupera la ilusión y la fe en la salvación. El equipo ha dormido fuera de descenso y sonríe por haber recuperado la confianza en sí mismo. El cambio en el banquillo, en la mentalidad y en la plantilla reengancha a un equipo que está vivo y más convencido que nunca de que puede mantener la categoría. Restan 18 jornadas para ello.