Julio Algar, director deportivo del Real Murcia, vivió hace un año un verano de lo más movido. Su principal preocupación no fueron los fichajes. Su mayor tarea consistió en conseguir rebajar la masa salarial de los jugadores que continuaban en el club tras el paso por Nueva Condomina de Víctor Gálvez y Toni Hernández. Los contratos firmados por el oriolano eran inasumibles para la entidad, de ahí que los actuales gestores sacaran todas la artillería para presionar a los futbolistas con el fin de que se rebajasen los sueldos, como fueron los casos de Chumbi, Armando, Curto o Tanis, o que aceptasen una rescisión gratuita. Hugo Álvarez y Charlie Dean, cuyas fichas rondaban los 100.000 euros, fueron de los más perjudicados, marchándose finalmente perdonando gran parte del dinero.

Un año después, las tornas han cambiado en Nueva Condomina. Si el pasado verano los responsables granas intentaron dar a los contratos el mismo valor que el papel mojado, en esta ocasión, en defensa de los intereses de la entidad, se están agarrando a lo firmado para sacar el mayor beneficio posible ante la decisión de marcharse de futbolistas como Víctor Meseguer, Armando y Josema. Pese a tener más años firmados, ninguno de los tres quiere seguir vistiendo la elástica murcianista, pero, en las oficinas del club, sabedores de que es complicado retener a un futbolista que no ve con buenos ojos la continuidad, trabajan para que las operaciones sean rentables.

Del 'gratis total' del pasado verano para presionar a los futbolistas a renunciar a sus contratos, en la actualidad la frase más repetida es 'hay que pasar por caja'. El tira y afloja más importante que ahora mismo se está llevando a cabo es el de la venta de Víctor Meseguer. El centrocampista murciano, que sigue recordando que cuando pidió un aumento de sueldo de 100 euros el club se lo negó, no ha querido renovar. A ese malestar se une que tiene varias ofertas de equipos del fútbol profesional, siendo el Mirandés el que está pujando más fuerte.

Meseguer, que se incorporaba en 2017 procedente del Ranero y que el pasado curso se hizo un hueco en el primer equipo pese a empezar la temporada con ficha del filial, no quiere desperdiciar la oportunidad que tiene en sus manos. Además del dinero -en Segunda División el salario mínimo es de 77.000 euros-, también tiene ante sí la opción de progresar en una carrera que acaba de empezar.

Si el jugador mira por sus intereses, el Real Murcia trabaja en los suyos. Sabedor de que el contrato firmado se extiende hasta junio de 2021 y de que la cláusula establecida es de 300.000 euros, en Nueva Condomina consideran que no darán el visto bueno a la operación mientras no se pongan sobre la mesa como mínimo 150.000 euros. Y ahí está ahora mismo el tira y afloja. Según las últimas informaciones, el Mirandés ofrece 100.000 euros más algunas variables por un traspaso futuro o por rendimiento deportivo. También se habla de la opción de que entre en la operación algún jugador de la actual plantilla de los de Miranda del Ebro.

No es el único frente abierto que tiene el Real Murcia. En la misma situación que Meseguer también se encuentra Josema. El muleño, que el pasado verano ya se quedó con las ganas de marcharse, no quiere seguir jugando en Nueva Condomina. Su contrato también acaba en 2021, por lo que en un año se marchará gratis. Así los responsables granas también se agarran a lo firmado para poder sacar algún beneficio este mismo verano. De momento, no hay ninguna oferta interesante por el atacante de Mula.

El que más está viviendo el cambio de discurso en Nueva Condomina cuando toca hablar de contratos es Armando. El murciano, que en 2019 se tuvo que bajar hasta dos veces el salario, ha pedido marcharse al Hércules. Los granas no han puesto ningún impedimento a su salida, de hecho, en las oficinas la dan por cerrada. Pero para llevarse a cabo definitivamente, Yeray, futbolista de los alicantinos, deberá pasar a formar parte de la plantilla de Adrián Hernández.

Aunque ambas entidades están de acuerdo con los términos de la operación, el alto salario del canario ha provocado que todavía no se haya llevado a cabo. El centrocampista de 32 años tiene una ficha de unos 130.000 euros. Como el Real Murcia solo asumiría unos 60.000 -los mismos que ahora paga a Armando-, el conflicto está en qué ocurre con lo restante. Hasta que Hércules y Yeray no se pongan de acuerdo, el trueque no se cerrará oficialmente.