Son apenas cinco los días que restan para que el Cartagena se juegue el ascenso en Málaga frente al Atlético Baleares. Si hay alguien que sabe lo que es estar sentado en una situación así en el banquillo del Cartagena es Alberto Monteagudo. El técnico de Valdeganga es el hombre que más cerca ha dejado a los albinegros de Segunda División. Poco más de 20 segundos le separaron de ser recordado como el entrenador del ascenso: «Me sale la conversación de Majadahonda cada dos días. Porque me pregunta alguien, porque se acerca otro play off del Cartagena y todo el mundo me lo recuerda... Es difícil quitar esa imagen», comenta.

La suya en el Cartagena es una historia unida inevitablemente a ese recuerdo, aunque considera que se hizo lo correcto: «Yo creo que no cambiaría nada. Había gente que decía que habíamos salido a empatar y yo me pongo a recordar y pienso en Hugo de lateral derecho, Cordero y Chavero en el medio, y arriba Aketxe, Rubén Cruz y Ruibal, que está en primera. Creo que eso no es salir a empatar. Ni siquiera nos tiraron a puerta y pudimos matar el partido, pero no lo hicimos», recuerda. Tuvo, sin embargo, una segunda opción un mes después frente al Extremadura, pero cayó también del lado contrario.

Este domingo el Cartagena se enfrenta por primera vez desde que él salió del club a un partido en el que está a noventa minutos de ascender y Monteagudo, desde la distancia, ve preparado al equipo para conseguirlo: «Yo veo al equipo muy bien. Es una plantilla peligrosa con futbolistas determinantes. Elady, que el año pasado fue el máximo goleador, jugadores míticos y con la importancia de Cordero, Marc en la portería, y un jugador diferencial como Carrasquilla. Por lo que genera, por lo que juega, por la capacidad que tiene de hacer fútbol y de destruir me parece un lujo para la categoría. Y muchos más que me dejo, porque para mí está seguro entre las dos o tres mejores de la categoría. Ahí estuvieron finos Paco y Manolo», asegura.

Precisamente con presidente y mánager general le une una amistad más allá del fútbol. A ellos, les desea todas las suertes: «No he hablado aún con Paco y Manolo, pero les escribiré conforme avance un poco más la semana. Les desearé lo mejor, por supuesto. Al final yo me considero un poco parte de ellos. Fueron dos años y medio muy buenos en los que crecimos juntos -ellos como club y yo como entrenador-. Cartagena es parte de mi historia y deseo que ascienda al cien por cien porque he estado en muchos clubes y sé diferenciar cuándo las cosas se hacen bien. Y yo quiero que a ellos les vaya bien», resalta.

Quien esta vez estará dirigiendo al equipo desde el banquillo será Borja Jiménez, de quien el manchego destaca su forma de entender el fútbol a pesar de no conocerlo personalmente: «Un día estaba hablando con Paco por teléfono mientras él estaba allí y cruzamos dos palabras. Lo poco que conozco de él es que es un entrenador joven, con muchas ganas de triunfar y que es sobre todo un entrenador moderno. Tiene una visión del fútbol actual y le deseo lo mejor porque sé que es un tío trabajador y que está ahí porque lo merece», comenta.

Tampoco se olvida de Munúa, que ha sido el otro gran artífice de que el Cartagena esté a solo un partido de llegar a Segunda: «Entendí la marcha de Munúa. Nacional es el equipo de su vida. Lo que yo veía desde la distancia es que era un equipo fuerte. Paco decidió cambiar la filosofía del equipo y Gustavo se encontró un equipo más armado, que se plantaba bien en el campo. No generaba una barbaridad de oportunidades, pero era efectivo y apenas encajaba. Tiene mucha culpa él de ese liderato», asegura.

Monteagudo tambén mira a 2ª

El técnico que dirigió al Cartagena durante dos años y medio se encuentra actualmente sin equipo al haber prescindido el Recreativo de Huelva de sus servicios en el mes de febrero. Antes, probó suerte en Grecia, donde apenas estuvo unos meses, y en el Lugo, que fue su primera experiencia en Segunda División como entrenador. Ahora espera encontrar de nuevo una oportunidad en la categoría de plata: «Estoy esperando que salgo una oferta para ir al fútbol profesional. Si no, esperamos que se abra la puerta de un proyecto importante en Segunda B. Hace unos quince días recibí una llamada para preguntar cómo estaba mi situación. A día de hoy ellos siguen sin entrenador y estamos esperando a ver cómo se desarrolla la situación», comenta.

En el fútbol profesional o no, siempre está pendiente de uno de los equipos que más le han marcado en su carrera. Espera que el Cartagena logre lo que tanto tiempo lleva buscando: «Es la historia de un club que ha tenido momentos complicados y reveses difíciles de asumir para la afición. Yo pienso que ya le toca disfrutar del fútbol profesional y de una liga tan bonita como es la Segunda División. El club y la afición lo merecen», sentencia.