La ampliación de capital con la que el Real Murcia pretende ingresar 2,3 millones de euros acabará a finales de mayo. Pero un mes y medio antes de lo previsto, en el consejo de administración ya dan por finiquitado el proceso. Los 350.000 euros recaudados en las dos primeras fases, las más importantes, han llevado a los responsables granas a dar prácticamente la estocada a una campaña de venta de acciones que está muy lejos de los 1,3 millones que se consiguieron en 2018. Quedan dos fases, sin embargo ya nadie confía en la remontada. El consejo de administración ha señalado a la crisis económica abierta por la incertidumbre que ha surgido con la expansión del coronavirus como la culpable del fracaso. Nadie duda de que la situación excepcional que vive el mundo no ayuda, aunque hay otras señales que también han provocado que no hayan llegado los resultados esperados.

01. Incertidumbre económica ante la expansión del coronavirus

Ha tenido la mala suerte el Real Murcia de que la ampliación de capital se esté desarrollando justo al mismo tiempo que la crisis sanitaria provocada por el coronavirus haya traído el caos a España y al resto del mundo. La paralización de la actividad empresarial, los ERTES llevados a cabos y que han dejado a miles de personas en el paro y la incertidumbre no ayudan a que los aficionados ni las empresas inviertan en la ampliación de capital de un club de fútbol. Pocos empresarios se atreverían a comprar acciones cuando están cortando contratos a sus trabajadores. Los mismos aficionados tampoco están para muchos esfuerzos.

02. Desgaste de una afición que siempre tira del carro

Más de 26.000 aficionados compraron acciones en 2018. Ellos, sabedores de las necesidades económicas del club, fueron los culpables del éxito de un proceso al que luego se sumaron algunas empresas. Se recaudaron 1,3 millones, una cifra que nadie esperaba cuando comenzó la venta de acciones. Fue el primer paso de una afición que, después de ver al Real Murcia prácticamente muerto, ha tirado del carro. Lo hicieron el pasado curso y lo han hecho este. Once mil personas sacaron su abono. Y unas seis mil han sido fijas hasta en los partidos de pago. Pese a tener su carné, han acudido a las taquillas hasta en seis ocasiones entre Liga, Copa Federación y Copa del Rey. Al final los bolsillos han acabado desgastándose y muchos de ellos, que no han querido perderse ningún partido, ahora no han tenido los recursos para volver a invertir en la ampliación. Y es que la soga económica del club siempre acaba ajustándose en el mismo cuello, el de los aficionados.

03. Sin grito de SOS

La ampliación de capital del 2008 resurgió de sus cenizas cuando los aficionados vieron que el Real Murcia iba camino de la desaparición. Por primera vez en este siglo, los jugadores granas protestaban por los impagos. Hasta cinco nómicas llegaron a acumular los futbolistas. Víctor Gálvez dejaba al club al borde de la liquidación. La entrada de PARMU y la reacción de los seguidores, lanzándose a la calle a recaudar fondos, llegó a todos los rincones del país. Esas urgencias para salvar a la entidad hicieron que aficionados de todo el mundo se animaran a echar un cable, comprando acciones en una ampliación que hasta ese instante era un fracaso. Ese mensaje de SOS que en 2018 se convirtió en vital no existe en este momento. El Real Murcia, que sigue teniendo necesidades económicas, ha encontrado estabilidad. Sin SOS, no hay tanta publicidad y visibilidad, y sin ruido, no hay venta de acciones.

04. Todos pendientes de los 'peces gordos'

No debe quedarse el consejo de administración en la crisis provocada por el coronavirus. Tocará en Nueva Condomina hacer un análisis profundo de lo ocurrido en esta ampliación para descubrir qué ha pasado, sobre todo si se siguen manteniendo fieles a su ideal de club sin un accionista mayoritario.

Lleva ya Tornel haciéndonos creer que hay empresarios dispuestos a poner varios miles de euros todos los años para sacar adelante al Real Murcia, pero cada ocasión que surge, por unas cosas u otras, esos salvadores no aparecen. Y esta idea también ha provocado que el consejo se haya equivocado, posiblemente porque estaban convencidos de que el baile llegaría en la segunda fase, que era cuando los 'pretendientes' iban a echar el resto por lograr poder.

Lo ocurrido en diciembre, cuando una serie de empresas pusieron sobre la mesa 800.000 euros, contribuía a fortalecer esa idea, llegando a pensar incluso que ese segundo plazo se agotarían los 2,3 millones de euros. El ruido provocado por Enrique Roca y cia hizo que se dejara de lado a los aficionados, que no se les insistiera en lo importantes que eran, que se dejase pasar la primera fase sin mover el árbol. Pero una vez más se ha demostrado que los empresarios no están, o por lo menos de la forma que quiere el club. Siempre han sido los aficionados los que han respondido, y esta vez los responsables no han hecho todo lo posible para intentar convencerles de que se les necesita.

05. Se desperdiciaron un par de semanas de la primera fase

Nadie podía pensar cuando a finales de febrero comenzaba la ampliación, que a mitad de marzo en España se habría declarado un estado de alarma y que los ciudadanos verían cortada de raiz su libertad de movimiento. Posiblemente si en NC hubieran tenido una bola de cristal que les hubiera avisado del coronavirus, no habrían desperdiciado casi dos semanas de la primera fase, a la que posteriormente tampoco se hizo mucho caso. Porque la web de venta de acciones no se puso en marcha de forma inmediata. Durante los primeros días, solo era posible comprar títulos a través de transferencia, y esa forma ya se ha demostrado que no es la favorita de los aficionados. Una vez iniciada la crisis del coronavirus, ya nadie en el club ha utilizado las redes sociales para dar publicidad al proceso o para motivar a unos aficionados que están pendientes del móvil.

06. Bajada de brazos a las primeras de cambio

Esa falta de mensajes promocionando la ampliación y la ausencia de ruido a través de redes sociales confirman la decepción de un consejo que estaba muy convencido de conseguir los objetivos y de que al primer revés se ha venido abajo. De hecho, aunque todavía resta un mes y medio para la conclusión, ya nadie en el club confía en la ampliación. No recuerdan que en 2018, después de las dos primeras fases apenas se habían recaudado 200.000 euros, y fue durante el tercer plazo cuando se recaudó un millón de euros. La situación se ha complicado mucho por la crisis económica y sanitaria, pero nadie lo ha intentado hasta el final.

07. Muchos condicionantes para los inversores

Muchos aficionados que en 2018 compraban unas pocas acciones para hacer al Real Murcia un club de todos han expresado su malestar porque al final los que deciden son los que mandan. Eso ha provocado que muchos decidan que no vale la pena seguir gastando dinero en acciones. En cuanto a los inversores, de existir alguno, el modelo defendido desde NC de un club sin un accionista mayoritario tampoco ayuda, y es que los cambios en los estatutos impiden que alguien pueda tener más del 50%. Incluso con el 49% solo tendrían una representación de voto del 20%.