El Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) planea sobre muchas empresas. Los clubes deportivos también lo son y se pueden acoger a esta figura para poder aliviar sus economías en tiempos donde tienen suspendidas las competiciones y, por tanto, cerrada una vía de ingresos.

El primer club en anunciar un ERTE en el baloncesto español ha sido el B the travel brand Mallorca Palma, que milita en la LEB Oro. «Ante la situación de emergencia que vivimos actualmente y la suspensión temporal de la competición LEB Oro, el B the travel brand Mallorca ha decidido poner en marcha un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) con el fin de garantizar la viabilidad económica del proyecto. Esta decisión afecta a la plantilla y empleados del equipo», decía el comunicado lanzado por la entidad balear.

Entre los componentes de la plantilla de jugadores se encuentra un murciano del barrio del Infante, Álex Hernández, quien ingresará en los próximos días en las listas del paro. «El club va a hacer un ERTE mientras que llega una decisión final de la Federación Española de Baloncesto. Si se cancela la competición, sí que estamos jodidos», explica a esta Redacción el base, que militó, entre otros equipos, en el Barcelona y el Manresa. Uno de los principales problemas que tiene este club mallorquín es que sus patrocinadores están vinculados al sector turístico «y ya sabemos cómo va a afectar toda esta situación a esas empresas», comenta. «El club ya está enviando a los jugadores con su familias. En cualquier caso, todos hemos estado esperando a ver qué pasaba. Excepto uno, al que le dieron permiso, todos estamos en Palma de Mallorca, aunque ya están buscando vuelos para que los americanos regresen a su país», dice. No quiere pensar mucho en qué pasará en el futuro, sobre todo en la segunda categoría del baloncesto español, donde los presupuestos se habían reducido considerablemente en los últimos años. «Las consecuencias van a ser duras, obviamente, y nos veremos afectados los jugadores y el resto de ciudadanos, pero a nosotros nos va a pasar como a cualquier otra empresa o sector, que tendremos que ajustarnos, aunque será menos duro que otras situaciones que vivieron generaciones anteriores a la nuestra», afirma con sensatez.

Álex Hernández sigue en Palma con su mujer, exjugadora de baloncesto, y su hijo, de solo dos años. «Estamos en casa, sin salir, como todo el mundo. Entretenemos al niño con una pequeña canasta que tenemos y pintando, al margen de aprovechar mi mujer y yo para hacer deporte aquí. Estoy intentando mantener la forma como se puede y aprovechando para hacer otras cosas que durante la temporada no podemos hacer», termina diciendo.