El 26 de febrero el Real Murcia daba el pistoletazo de salida a una ampliación de capital en la que tenía puestas muchas esperanzas. Pocos días después la palabra coronavirus empezaba a estar en boca de todos. Tanto, que el pasado 14 de marzo, el Gobierno español decretaba el estado de alarma. España vive inmersa actualmente en una crisis sanitaria sin precedentes, y el Real Murcia no es ajeno a ella. Sus oficinas permanecen cerradas al público, el estadio no recibe visitas de aficionados los fines de semana y los jugadores entrenan en casa ante el aplazamiento de la competición.

Al igual que en todas las empresas, el frenazo de la actividad ha hecho que los consejeros del club murcianista anden estudiando fórmulas para salvar lo que resta de curso y las obligaciones comprometidas con otros acreedores. Y es que la venta de acciones no está yendo como se esperaba. «Tememos que esta crisis tenga un efecto devastador en la ampliación de capital», indicaba Francisco Miró, consejero del Real Murcia, a esta redacción.

Con la gente en sus casas, con el tejido empresarial casi paralizado y con la incertidumbre de qué ocurrirá, la prioridad ahora del murcianismo, como de cualquier ciudadano del país, no está en la compra de acciones. De hecho en la primera fase, que acabará en una semana, apenas se han recaudado 150.000 euros de los 1,3 millones que se podrían ingresar.

Saben en el consejo de administración del Real Murcia que las cosas no van tal y como se esperaba. Que el dinero no está entrando al ritmo que creían. Y ello ha hecho que surjan las preocupaciones, porque con lo ingresado en este proceso se quería cerrar la temporada y hacer pagos sobre todo a administraciones públicas. Ante esta parálisis, los responsables murcianistas están manejando «distintas medidas».

Explica Francisco Miró a este diario que «hemos estudiado ampliar las fases, porque el consejo tiene potestad para hacerlo, pero eso llevaría tiempo al tener que ser publicado por el Boletín del Registro Mercantil y necesitaríamos unos días. Al final creemos que no vamos a tocar nada, que vamos a dejar el proceso tal cual está. Más que tocar la actual ampliación lo que estamos pensando es poner en marcha otra cuando pase toda esta crisis. Siempre hemos dicho que nuestro objetivo es pagar toda la deuda, especialmente cumplir con la Agencia Tributaria, y necesitamos que entre dinero».

Actualmente, después de 23 días de venta de acciones, el Real Murcia ha recaudado unos 150.000 euros de los 1,3 millones que se podrían ingresar en esta fase. De esa cantidad, 64.000 los ha desembolsado Francisco Tornel, máximo accionista de la entidad.

Ni el presidente, que en esta primera fase podría invertir hasta 210.000 euros, ha echado toda la leña al fuego, posiblemente a la espera de ver qué ocurre y de si alguien llega en el segundo plazo tirando de billetera para quitarle el primer puesto en el libro de socios. Apenas una pequeña compra en esta primera fase ha realizado Tornel pese a que había señalado en varios medios de comunicación que iba a repetir el esfuerzo que hizo a finales de 2018 para doblar las acciones que ya tiene.

Queda todavía una semana para la conclusión de esta primera fase y dos meses para que concluya un proceso que en total cuenta de cuatro fases. Aunque ahora mismo solo pueden comprar títulos los ya accionistas, el Real Murcia ha permitido que cualquiera pueda hacer su reserva que será oficializada cuando se abra el tercer plazo siempre y cuando los 2,2 millones de euros de acciones no se hayan vendido antes. Por ello, explica Francisco Miró, «ese dinero que se adelanta no puede ser utilizado. Tenemos que tener mucho cuidado, por si luego hay que devolverlo».