­

No es ni mucho menos una situación que estuviera dentro de los planes establecidos por el Fútbol Club Cartagena. No lo era, al menos, hace unas semanas, en las que todo marchaba sobre ruedas y en las que el conjunto albinegro lideraba de forma contundente la clasificación del Grupo IV de Segunda División B y en las que la sensación de dominio y de solidez hacían que las previsiones de cara a la segunda vuelta fueran prácticamente inmejorables.

Sin embargo, en muchas ocasiones es necesario alejarse un poco y mirar con perspectiva a la vez que se contextualiza cada momento para darse cuenta de que lo que le sucede al Cartagena actualmente está muy lejos de ser una catástrofe. Si a principios de temporada nos hubieran dicho que cerca de finalizar el mes de enero los albinegros iban a estar a solo un punto del líder, pocos se hubieran extrañado. Y lo que es más importante, pocos hubieran visto con malos ojos una situación que a día de hoy parece una debacle.

No obstante, no deja de ser cierto el hecho de que la tendencia mostrada por el equipo en las últimas semanas es cuanto menos preocupante. A pesar de que un cambio de la envergadura del que ha habido en el banquillo siempre supone y hace moverse los cimientos de un bloque por sólido que sea, no debe dejar de exigírsele de forma acorde a sus objetivos finales.

La llegada de Borja Jiménez al banquillo fue aplaudida de manera casi unánime tanto dentro como en el entorno del club. Todos, incluidos los ajenos a la entidad, coincidían en que el abulense era la persona indicada -o al menos una de las que mejor podían adaptarse- para ponerse a los mandos de un proyecto construido por Gustavo Munúa durante un año y medio. Sin embargo, esas previsiones no están siendo por el momento acertadas, y lo que parecía que iba a continuar suponiendo un dominio del Fútbol Club Cartagena en el grupo, se ha tornado en una situación completamente distinta.

Los errores están detectados

Una buena forma de analizar lo que le está sucediendo ahora mismo al conjunto albinegro es escuchar las declaraciones del propio técnico en el día de ayer tras finalizar el encuentro. El abulense destacó la falta de fluidez de su equipo con balón y la debilidad que mostró sin él: «Hemos estado muy espesos durante todo el encuentro. No hemos sabido encontrar soluciones en ningún momento para desatascar y llegar con la profundidad necesaria para crear un volumen de oportunidades que nos acercara a los puntos. Además, hemos tenido la sensación de que en cualquier momento podía llegar el segundo tanto de ellos. Nos han tirado varias contras muy peligrosas que nos han hecho sufrir mucho. Tenemos mucho trabajo por delante», señaló.

Los números no acompañan

Pero sin duda, una de las frases de Borja que más marcan el momento que atraviesa el Cartagena es la referente a los puntos conseguidos hasta la fecha: «Desde que yo estoy aquí hemos sacado solo 4 de los 12 puntos que estaban en juego. Es un bagaje muy pobre para un equipo que aspira a ser campeón de grupo y ascender a final de temporada», aseguraba. Y no le falta razón al abulense. Es evidente que desde su llegada el equipo ha perdido ese carácter que le caracterizó y por el que era temido en la primera vuelta. Producto de ello, unos resultados que han tenido una consecuencia inmediata. Primero en la clasificación, donde el Cartagena ha pasado de ser líder con una renta de puntos considerable a ser tercero por detrás de Marbella -nuevo líder- y de Yeclano. Después, en lo anímico. Y es que el equipo no se siente tan ganador como antes. En los cinco partidos que llevamos de 2020, el Cartagena ha encajado 8 goles y ha anotado 5. Números que le han servido para lograr una sola victoria, un empate y tres derrotas -una de ellas supuso la eliminación en Copa del Rey ante el Girona-.

Si nos fijamos únicamente en la liga, los goles en contra se reducen considerablemente. 4 goles en cuatro encuentros, que acompañados de los tres tantos a favor solo le han bastado para hacerse con un tercio de los puntos que estaban en juego. No obstante, el mejor partido en lo que a juego se refiere fue ante una de las mejores plantillas de la categoría de plata. Frente al Girona se pudo ver a un equipo capacitado para luchar por todo y que es, sin duda, el Cartagena más parecido al que Borja pretende que se vea sobre el terreno de juego. No sabemos si ese Cartagena aparecerá de nuevo, pero lo que está claro es que el técnico abulense está capacitado para hacerlo. Así lo ha demostrado en esos buenos tramos y así lo demostró la temporada pasada llevando al Mirandés a la gloria.