Hace menos de un año, cuando se preparaba cargado de ilusión para participar en los Juegos Olímpicos de la Juventud, Pablo Francisco Sánchez Palacios se tiró dos semanas en urgencias por culpa de una mononucleosis, una enfermedad que sufren muchos adolescentes y cuyos síntomas son fiebres altas, dolor de garganta y ganglios linfáticos inflamados. Menos de 365 días después, en Rumanía, este pinatarense criado en la Escuela Piragüismo Mar Menor, de Santiago de la Ribera, se convertía en el mejor júnior de primer año del mundo -categoría sub-17- y conquistaba la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo en la prueba de K1 1.000 metros -distancia olímpica-. Entre la enfermedad que a punto estuvo de acabar con su corta carrera deportiva, a la confirmación como una de las más firmes promesas del piragüismo mundial, hay un espacio tan corto de tiempo, que ese tercer puesto sabe a oro.

Pablo Sánchez, que está entrenado por Nemesio Mariño Albal en el club sanjaviereño, se ganó la plaza para el Mundial en el selectivo que llevó a cabo en el Embalse de Verducido, en Galicia, donde ganó tanto en K1 1.000 como en K1 500. Después de pasar toda la semana pasada concentrado en Pontevedra y de ganar dos oros y un bronce en los Campeonatos de España que se disputaron a principios de julio, el jueves ya demostró en los clasificatorios para la final A del campeonato celebrado en la localidad rumana de Pitesti que estaba en un momento de forma espectacular. Superó las eliminatorias previas sin dificultades y en las semifinales que se disputaron ayer a primera hora de la mañana, logró el segundo puesto en una serie donde se encontró como rivales al campeón y subcampeón de Europa. En la final volvió a exhibir un gran ritmo de palada, concluyendo tercero a cuatro décimas de segundo de la plata, que fue para el checo Tomas Sobisek. El oro se lo quedó el húngaro Andras Redl. El pinatarense, al margen de estre bronce, fue el mejor sub-17 de toda la competición.

Pablo Sánchez optó en febrero pasado por abandonar la concentración permanente de la Española en Asturias y volver a entrenar en el club de toda la vida, al que llegó gracias a un amigo de su padre, el veterano palista José Antonio Lucas Albaladejo. El bronce logrado por Pablo Sánchez le convierte en el primer kayakista murciano medallista en una distancia olímpica en un Mundial.

El murciano afirmó tras concluir la competición que «no me esperaba sacar tan buen resultado siendo júnior de primer año», para añadir que «conseguir la primera medalla murciana en un campeonato internacional da mucha alegría y supongo que seré un referente para los niños que practican el piragüismo en el Mar Menor».

El palista de San Pedro del Pinatar recordó sobre la prueba que «en los primeros 500 metros iba quinto o sexto, muy cansando, pero escuché a mi entrenador desde la grada y subí de palada», terminó diciendo.