Munúa, entrenador del FC Cartagena, ha conseguido que su equipo se proclame por tercera temporada consecutiva Campeón de Invierno en el Grupo IV de Segunda División B. La victoria cosechada en la Línea de la Concepción ante un oponente que llegaba con una intachable racha de trece encuentros consecutivos sin perder le ha hecho merecedor de ese título, que en las dos campañas anteriores conseguía Alberto Monteagudo como técnico de aquéllos dos proyectos.

Elady, que ha conseguido ver portería en las tres últimas jornadas -Marbella, Talavera y Linense-, fue el autor del tanto de la victoria ante una Balona que no había perdido hasta el momento en su campo y que arrancó el encuentro con el propósito de igualar a puntos con el conjunto albinegro y apretar un poco más los cuatro primeros puestos de la clasificación en este grupo.

Pero el bloque entrenado por el preparador uruguayo ofreció una buena primera media hora de encuentro en la que logró adelantarse y, no solo eso, consiguió maniatar a la perfección a un oponente que no fue capaz de disparar entre los tres palos en toda la primera parte.

En la segunda, con un conjunto local más adelantado y decidido, el FC Cartagena cambió su rol, se esforzó mucho más en labores defensivas y eso, además de una actuación determinante de Joao Costa, supuso la duodécima victoria en las últimas quince jornadas, que le han catapultado, dicho sea de paso, de la decimoctava posición el pasado 16 de septiembre, a la primera tres meses y medio después.

Lo cierto es que se esperaba un partido muy disputado entre ambos conjuntos, ya que el RB Linense está siendo uno de los equipos que más ha sorprendido por su fútbol y su racha. Hay que remontarse a la sexta jornada, el 30 de septiembre, para rememorar una derrota del equipo de la Línea de la Concepción. Fue frente al Melilla cuando los pupilos de Jordi Roger caían derrotados a domicilio ante el Melilla.

Después, el bloque gaditano ha sorprendido a todos con esas ocho victorias y cinco empates, que lo han catapultado hasta la cuarta posición antes de comenzar el encuentro.

El Cartagena, por su parte, sumaba tres victorias de forma consecutiva -San Fernando, Marbella y Talavera de la Reina- y se había acercado peligrosamente al UCAM Murcia -líder- y Melilla -segundo clasificado-, que no atraviesan el mejor momento de la temporada. El bloque albinegro llegó a tener una renta negativa de ocho puntos con el Melilla en la jornada octava, y en once jornadas no solo ha recuperado esos ocho puntos de menos, sino que ha logrado incluso distanciarse del conjunto norteafricano en dos puntos.

Bajo esta premisa, los futbolistas entrenados por Gustavo Munúa salieron muy metidos en el encuentro en el que eran conscientes de la posibilidad de alcanzar el liderato. Ya en la última visita a domicilio sentenciaron el partido frente al Marbella con dos goles en los cinco primeros minutos, por lo que el hecho de estar más concentrado que el oponente al inicio puede suponer la diferencia entre sumar tres puntos o no. Lo cierto es que el bloque albinegro no dio opción al Linense, que prefería ser dominado.

Munúa decidió dejar fuera de la convocatoria a Queijeiro y apostó por un once con Orfila en el lateral derecho y Luis Mata en el izquierdo. Vitolo estaba por delante de la defensa de cuatro y más arriba Elady por la izquierda, Moyita por la derecha y Julio Gracia por el medio. Arriba, Aketxe.

Gracia fue probablemente el gran protagonista de este fantástico inicio de partido. El joven jugador cedido por el Betis hizo lo que mejor se le da, driblar en un palmo de terreno de juego y buscar los espacios. Así hizo en el gol de Elady.

La acción llegó de una jugada muy trenzada por parte del Cartagena. Balón que recogen tras un balón largo del Linense, que la defensa mueve de un lado a otro. Finalmente el balón cae a la izquierda donde Luis Mata llega casi hasta la línea de fondo y cede a Julio Gracia. Éste, en el borde del área, se deshace de un oponente y filtra un pase perfecto a Elady, que define con un disparo que toca en un defensor antes de entrar al fondo de las mallas. Ponerse por delante antes de los diez primeros minutos no se le da nada mal al Cartagena y esta vez volvió a sacarle el máximo rendimiento a esta ventaja en el marcador.

Pero Moyita, ayer muy desdibujado, tuvo la oportunidad de poner el 0-2 en el marcador en la única acción en la que fue protagonista. Lanzó un duro derechazo desde fuera del área y el esférico impactó en el poste. Solo había transcurrido un minuto desde el tanto de Elady y el Cartagena estaba ofreciendo una gran imagen.

Pero antes de cumplirse el primer cuarto de hora fue Julio Gracia, en una acción personal, el que llegó al área pequeña tras sortear a todos los oponentes que le salieron por el camino. Tardó demasiado en preparar la pierna para disparar, por lo que su chut lo desvió un defensor a córner.

Del Linense a penas se sabía nada, porque andaba muy desdibujado, algo descolocado en defensa y nada fino en ataque.

Sus únicas aportaciones llegaban de balones colgados al área en los que Pirulo se peleaba con los dos centrales albinegros para tratar de cazar un balón, sin éxito.

Lo cierto es que el FC Cartagena tenía muy controlada la situación y apenas pasó apuros en una primera parte que le daba la victoria provisional.

Tras el paso por vestuarios, el RB Linense decidió meter una marcha más a ese fútbol insulso que había ofrecido hasta ese instante. El equipo local presionó un poco más y decidió pasar a ser el que mandase en el choque. Sus acercamientos eran más frecuentes, aunque tampoco daban casi nunca sensación de peligro.

Solo una acción pudo suponer el empate. Un centro al área desde la línea de fondo en el minuto 68 provocó una gran intervención de Joao Costa. El portero albinegro detuvo un remate casi a bocajarro de Kibamba y evitó el tanto local.

Luego fue Sergio Ayala quien, de acción personal, pudo hacer el 0-2, que evitó el cancerbero de la Balona.

El Cartagena se defendía con uñas y dientes. Moisés dejó su puesto, lesionado, a Antonio López y Munúa colocó una defensa de cinco en los últimos instantes para evitar que un rebote diera al traste con la victoria y el liderato.