En los doce años que ha celebrado recientemente la Nueva Condomina, nunca antes se había visto algo parecido a lo que ocurrió ayer durante la primera parte del choque ante el Ibiza, donde ni el presidente grana, Víctor Gálvez, ni ninguno de sus colaboradores, tuvieron a bien sentarse en la primera fila de la zona VIP del estadio porque, según fuentes del club, el calor y el sol eran insoportables ayer por la mañana, lo que dio lugar a una primera y una segunda fila de butacas totalmente vacías en los primeros cuarenta y cinco minutos.

En principio todo debería haber quedado en una anécdota o un capricho de los actuales dirigentes murcianistas, de no ser porque cinco minutos antes de comenzar el choque, el secretario técnico del club, Toni Hernández, tuvo sus más y sus menos con Felipe Coello, el concejal de Deportes, y con el diputado popular Juan Guillamón, quienes por sus gestos y por lo que se vio desde la grada estaban discutiendo sobre quiénes iban a sentarse en la primera fila del palco. Al final, discutieran lo que discutieran y fuera por el tema que fuera, la realidad es que el edil de Deportes y el expresidente de la entidad terminaron viendo la primera parte del encuentro ante el Ibiza en la fila superior del palco, protegidos del sol y junto a varios miembros de la Asociación de Accionistas Minoritarios, quienes también optaron por ceder sus butacas VIP con el fin también de esquivar las altas temperaturas en la medida de lo posible.

En cualquier caso, el runrun de no ver al presidente llegó a ir alcanzando poco a poco más decibelios hasta el punto de que, en los primeros diez minutos de partido, la noticia estaba más en la zona noble que en el césped, ya que ni el presidente del Murcia ni el vicepresidente ni ningún colaborador hicieron acto de presencia, ya que en una decisión que no se había vivido en el coliseo grana, Gálvez y su gente optaron por seguir el encuentro desde un palco VIP, acompañados por Amadeo Salvo, presidente del Ibiza, en un gesto que algunos interpretaron como una fórmula para luchar contra el calor, mientras otros quisieron ver un poco más allá y la presencia del concejal de Deportes, según otros, puso de los nervios a una directiva que, curiosamente, venía el pasado jueves de criticar públicamente al Ayuntamiento por el convenio de uso del estadio. Otras fuentes que también estuvieron cerca de lo ocurrido insisten en otra tesis, que el concejal de Deportes tenía cursada una invitación para la segunda fila, lugar donde se instaló primero, pero que nadie le avisó de que los dirigentes se iban a un palco privado, lo que también molestó al edil Felipe Coello.

En más de doce años de vida que tiene la Nueva Condomina, la primera fila del palco de autoridades no ha estado nunca vacía durante un partido, un hecho que desde luego no influyó en el resultado final, pero que fue comentado por los aficionados como el tema 'estrella' después, evidentemente, de la importante victoria ante el Ibiza.

El hecho de que el presidente del Murcia haya optado desde hace un tiempo por no hacer declaraciones obliga a que los aficionados tengan que pensar más de la cuenta en las polémicas que rodean al club. Y resulta que, tras una semana en la que se ha conocido que la plantilla no está al día en los cobros, nada más y nada menos que los dos primeros meses de competición, y en la que también ha salido a la luz gracias a este diario que todo el dinero ingresado por los abonos y la publicidad ha ido directamente a una sociedad gestionada por el actual director deportivo, la única realidad es que la gente no tenía muy claro si Víctor Gálvez iba a dejarse ver otra vez por el palco de Nueva Condomina, ya que hace siete días ante el Recreativo, el presidente se perdió su primer choque desde que ostenta el cargo y los últimos acontecimientos no invitan a pensar en un futuro muy esperanzador para un Gálvez que ha visto cómo se ha desinflado su «músculo financiero».

La nota emotiva del día estuvo en el respetuoso minuto de silencio que 8.000 personas le dedicaron a Juan Antonio Ruiz López, recientemente fallecido y el presidente de la peña Mucho Murcia, una persona que viera desde dónde viera el partido, seguro que notó el calor de un estadio que se niega a olvidar a los que más fieles han sido a lo largo de sus vidas como murcianistas.