«El año que viene ascenderemos a Segunda. El único objetivo que me planteo es ser primeros». Así se pronunciaba Víctor Gálvez, presidente del Real Murcia, en la rueda de prensa del pasado jueves. Y el encargado de elegir al entrenador y confeccionar y cuidar a la plantilla que cumpla el sueño del oriolano y del murcianismo se llama Toni Hernández. Como hombre fuerte en Nueva Condomina, donde compagina sus labores de director general con las de director deportivo, el valenciano tiene ante sí un reto en el que no podrá repetir los dos borrones que ha sumado a su currículum en sus aventuras en Sabadell y en Badalona.

Al club arlequinado llegaba en verano de 2016 de la mano de Hummel. José García, responsable de la firma en España, lograba mantener con vida a una entidad que estaba al borde de la desaparición por sus problemas económicos, y el valenciano era su hombre fuerte en la dirección deportiva, desde donde prometió confeccionar una plantilla que lucharía por estar en el play off.

Sin embargo, el resultado final estuvo muy lejos de lo vaticinado por la directiva y por el propio Hernández. La palabra sufrimiento no abandonó al Sabadell durante todo el campeonato liguero, en el que se vio inmerso en una irregularidad que le obligaba a mirar más abajo que arriba. No fue hasta la penúltima jornada cuando los arlequinados pudieron respirar tranquilos asegurándose la salvación en el Grupo III. Y eso que los sabadellenses contaban con jugadores de calidad como el meta Jokin Ezquieta, Juanjo Ciércoles, Gai Assulin, Diego Peláez o Paris Adot, que llegó en el mercado de invierno procedente del Real Murcia.

«Fue más un fallo de gestión desde los despachos que de confección de la plantilla», explican desde el entorno del club de la Nova Creu Alta. De hecho, a mediados de enero, el entrenador José Solivelles y todo su cuerpo técnico dimitían por desavenencias con la cúpula del club. Según publicaba el Diario de Sabadell, el despido del preparador físico (Jordi Peris) fue la gota que colmó el vaso de una situación insostenible y «agravada con la tensión por algunas decisiones de Toni Hernández».

Tras la conclusión del campeonato, el valenciano hablaba en los micrófonos de Radio Sabadell de los errores cometidos: «Nos dejamos llevar por el optimismo, queríamos levantar el ánimo de la afición. Si todo salía normal teníamos equipo para quedar entre el octavo y el duodécimo, y si algunas apuestas nos salían bien, podíamos quedar aún más arriba».

Bajo la temporada que estuvo al frente de la gestión de los arlequinados no solo falló el primer equipo, que se quedó con 46 puntos, sino que además vivió los descensos del filial y del equipo juvenil.

Aunque la directiva del Sabadell confió en su continuidad, la salida del club de José García, que no pudo completar la compra de las acciones de la entidad arlequinada, puso en el mercado a Hernández, que pronto encontró acomodo en el Badalona, donde la suerte también le fue esquiva. «El Badalona es un gigante dormido que, entre todos, conseguiremos despertar», explicaba en el Diari de Badalona tras su incorporación al club escapulado.

Con Manolo González en el banquillo, las temporadas anteriores habían sido tranquilas, no solo no sufrió sino que además el club se permitió soñar en algún momento con estar entre los cuatro primeros, sin conseguirlo finalmente. El técnico volvía a liderar el proyecto, pero esta vez con Toni Hernández en la dirección deportiva. A partir de noviembre los resultados empezaron a dar la espalda al equipo, sumando ocho partidos consecutivos sin ganar que hicieron que los pitos se escuchasen en el Municipal. Tras la derrota frente al Elche, el Badalona, con 24 puntos, tenía solo tres más que el Atlético Baleares, que estaba en play out. Eso ocurría el 14 de enero, y un día después, Toni Hernández dimitía de su cargo alegando «motivos personales».

La salida del valenciano, que permitía a Manolo González recuperar todos sus poderes, coincidió con la ascensión del Badalona en la clasificación. Siete victorias consecutivas y una derrota en once semanas permitieron a los escapulados recuperar la sonrisa y escalar posiciones hasta cerrar la liga con 55 puntos, seis menos que el Cornellá, que ocupaba la cuarta plaza del play off.

Sabadell y Badalona, los dos borrones que Toni Hernández no podrá repetir en NC si quiere hacer realidad las palabras de su 'jefe', quien ya ha dejado claro que solo le vale el ascenso a Segunda.