El Celta B es el penúltimo escollo que tiene el FC Cartagena para alcanzar la Segunda División. El año pasado el equipo albinegro se quedó en el camino, precisamente también en esta ronda, tras ser apeado por otro filial, el Barcelona B. Ahora llega al Cartagonova con el único propósito de ganar al filial celtiña y afrontar una nueva final por el ascenso.

El bloque entrenado por Alberto Monteagudo llega a este encuentro en el mejor momento de la temporada y en el mejor escenario posible. Y es que el equipo cartagenerista ha conseguido sus mejores números en el Cartagonova precisamente en este tramo final de la competición. Cinco victorias en las últimas seis jornadas dan buena prueba de ello.

Al conjunto cartagenerista le pasó factura precisamente cómo lo hizo en su campo la pasada campaña. Cuatro derrotas en el Cartagonova y seis empates (seis puntos de treinta posibles) y nueve victorias que le colocaron como el séptimo mejor local del campeonato liguero. Esa enorme rémora supuso que en la segunda vuelta solo ganara en su campo tres partidos, circunstancia que provocó que estuviera al borde del abismo y a punto de no clasificarse para la fase de ascenso.

Tal y como hemos comentado en más de una oportunidad a lo largo de esta campaña, los dirigentes albinegros supieron corregir este enorme déficit fortaleciéndose en la parte más débil: el acierto de cara a gol.

Esta campaña el bloque albinegro solo ha perdido dos enfrentamientos en su campo: un accidente sonado ante el Betis B (descendido) por 1-4 y el envite ante el Marbella con un 0-1 que no se ajustó a lo visto durante los noventa minutos de partido.

Cerca del 60% de los encuentros que ha disputado en el Carttagonova esta temporada los ha saldado con victoria y solo ha dejado de anotar en cinco partidos en casa de los 19 que ha tenido que jugar en campaña regular.

El Cartagena es un bloque ahora más fuerte arriba, con más pegada y mucha contundencia si lo comparamos con el del año pasado e incluso por muy poco con el equipo de la primera vuelta de esta campaña. En la primera parte de esta temporada ganó cinco partidos en su campo, perdió uno y empató tres. Esta segunda vuelta ha ganado seis, perdió uno y empatado tres.

El empate a cero cosechado hace una semana en el campo del Celta B supone que una derrota o un empate por un gol o más lo manden para casa y el sueño del ascenso se vuelva a quedar de nuevo en el camino.

Así pues, según los datos de esta temporada regular, en el 58% de las ocasiones hubiera superado la eliminatoria,mientras que en un 21% (cuatro empates a cero) habría tenido que ir a la prórroga y otro 21 % (dos derrotas y dos empate a uno), lo habrían eliminado.

La llegada en enero de Rubén Cruz ha supuesto una mejora más que considerable en los números del equipo, ya que se ha convertido en el complemento perfecto de Isaac Aketxe o incluso ha sabido sustituir al jugador vasco cuando éste, en el mes de enero, se lesionaba y se quedaba sin jugar más de mes y medio.

La falta de gol no ha sido, por tanto, la asignatura pendiente de este Cartagena como sí lo fue hace un año tras quedar fuera en el Mini Estadi. Ahora bien, en los tres encuentros de fase de ascenso disputados hasta el momento -dos a domicilio y uno en el Cartagonova-, los jugadores dirigidos por Monteagudo han sido capaces de anotar en uno, en el que se disputó en el Cartagonova frente al Rayo Majadahonda (2-1), anotados por Cruz y Aketxe.

Los problemas del Celta B

Los problemas del Celta BHay que recordar, por otro lado, que el Celta B no se parece en nada cuando juega en casa o cuando lo hace a domicilio. En la campaña regular solo tiene a cinco equipos que hayan perdido más encuentros lejos de su campo. Ha caído en nueve ocasiones y en la segunda vuelta ha logrado vencer en tres oportunidades en temporada regular. Además, en la pasada eliminatoria, el Marbella lo derrotó por 2-0 y conseguía igualar la eliminatoria, que posteriormente se decantó a favor de los gallegos en la tanda de penaltis.