El play off de ascenso era tan importante para los intereses del Real Murcia que Mauricio García de la Vega optó por callarse e imponerse la ley del silencio para no perjudicar a nadie. Ahora bien, con el equipo fuera de combate a las primeras de cambio y con una situación institucional muy delicada en la que actual presidente, Víctor Gálvez, no puede demostrar que sea el propietario de la entidad, el empresario mexicano ha vuelto a pasar al ataque mandando una advertencia a través de un comunicado al actual consejo de administración, ya que De la Vega, quien el 7 de marzo ejecutó la opción de compra que tenía sobre el paquete accionarial en poder en ese momento de Raúl Moro, está pendiente de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo se pronuncie a finales de junio sobre quién es el legítimo dueño de al entidad deportiva más importante de la Región, una resolución que podría hacer cambiar las tornas en Nueva Condomina.

En resumidas cuentas, la advertencia que el norteamericano le hace a Víctor Gálvez es que se espere antes de realizar ningún movimiento que pueda perjudicar a la entidad a la misma vez que en el mismo texto solicitaba literalmente que el actual consejo paralice cualquier decisión deportiva o extradeportiva hasta conocer la sentencia, algo que será clave para diseñar el proyecto de la siguiente temporada, ya que lo único claro que tiene ahora mismo la afición del club graba es que su equipo volverá a competir en Segunda B tras caer por cuarto consecutivo en el intento de regresar al fútbol profesional, esta vez a las primeras de cambio ante el Elche.

De la Vega también mencionó en su escrito los créditos participativos, una fórmula que tal y como informaba ayer martes este diario, se ha convertido en la única vía de escape, según los expertos, para que Víctor Gálvez pueda alargar su etapa al frente del Real Murcia como máxima autoridad del club. Gálvez tiene anunciada una rueda de prensa para mañana jueves en la que puede dar todo tipo de detalles y explicaciones, pero si confirma que ha ingresado los 600.000 euros de los préstamos lanzados por el club, mañana mismo se convertiría en máximo accionista sin necesidad de esperar la resolución del TAS, lo no dejaría otro camino que ambas partes tuvieran que acudir a la justicia ordinaria. El problema es que un club que apenas puede respirar por las deudas no tiene margen de tiempo y todo lo que sea estirar la telenovela corre en contra de los propios intereses de un club rodeado de incertidumbre tan grande que tiene muy preocupados a sus aficionados.

Fue el propio Gálvez el que sacó a relucir un proyecto urbanístico con la creación de hoteles y una ciudad deportiva, una cuestión que en el Ayuntamiento de la capital levanta cierto sarpullido teniendo en cuenta todas las informaciones y polémicas que sigue generando un proyecto aprobado hace más de una década como el de la creación del estadio Nueva Condomina como para meterse ahora en otro lío de esta envergadura. En cualquier caso, Víctor Gálvez no es de los que se muerde la lengua y mañana seguro que deja buenos titulares sobre sus intenciones al frente del Murcia. El problema es que, diga cada parte lo que diga, nadie sabe de quién es el Real Murcia.