Por si la derrota en el estreno liguero del pasado domingo ante el Écija no fue suficiente, el público de Nueva Condomina se sorprendió nada más acceder al recinto deportivo del lamentable estado que presentaba la hierba de Nueva Condomina. Los meses de verano siempre han sido los que más han dañado el tapete del estadio de la centenaria entidad, pero el aspecto que presentó en el tropiezo del pasado domingo no se había visto desde la inauguración del recinto, hace más de diez años. Además se trata de un problema grave en lo que se supone que debe ser un aliado para los pupilos de Manolo Sanlúcar y que ahora se ha vuelto más o menos un enemigo en toda regla. Algunas zonas del campo presentaban directamente espacios en los que no había rastro de césped, mientras que en en otras se advertía sin dificultad la actuación a la desesperada de incluso algún que otro método poco ortodoxo para darle colorido a un par de zonas que presentaban el peor aspecto de toda la superficie del terreno de juego.

El primero en hablar del club sobre este tema fue el propio técnico, Manolo Sanlúcar, cuando fue preguntado en rueda de prensa por el mal estado del césped. «No voy a poner como excusa ni mucho menos el campo, porque encima sé que los jardineros están trabajando a destajo para solucionar esto cuanto antes». Las palabras del máximo responsable del banquillo murcianista no sonaron a lamento, pero ponían de relieve que ni el propio cuerpo técnico, ni tampoco los jugadores, se esperaban comenzar la competición en una superficie que no ayuda absolutamente en nada.

Algunos aficionados también mostraron su sorpresa a través de las redes sociales de que el equipo haya estado entrenando la última semana en Nueva Condomina, lo que seguramente tampoco ha ayudado mucho a que haya podido mejorar su aspecto en las últimas fechas. El tema del césped es una cuestión que en el caso del coliseo grana, desde su inauguración, ha sido motivo de crítica porque los meses de verano siempre le pasan factura a la superficie del campo, aunque la peor noticia de ayer, después de la derrota, es que el césped del coliseo necesita una solución urgente, ya que de no solucionarse de manera rápida puede convertirse en un problema con el que nadie contaba.

Como el Murcia visita la próxima jornada al Recreativo de Huelva el domingo, no será hasta el siguiente fin de semana cuando Nueva Condomina tenga que albergar otro encuentro de los granas, por lo que los próximos quince días serán claves para tratar de 'reanimar' un césped que no terminó la temporada ni mucho menos en tan mal estado y que ahora necesita una cura urgente para no convertirse en otro hándicap para un equipo que solo ha necesitado una jornada para llenar de dudas a sus aficionados.

Los más optimistas se aferran a que la primera jornada no sirve para hacer conjeturas y los más pesimistas asumen que no se vio reflejada sobre el campo la superioridad abismal entre el presupuesto del Murcia y de su verdugo el domingo, un Écija que hace tres meses jugaba en Tercera División y que mantiene la base del bloque del curso anterior, justo lo contrario que ha hecho un Real Murcia que ha vuelto a revolucionar con catorce fichajes a base de talonario una plantilla que no dio la talla ante un rival muy inferior en todos los sentidos, aunque sobre el campo los sevillanos hicieron los méritos suficientes como para que los tres puntos viajaran directamente a la capital hispalense.

Los nuevos dirigentes del Real Murcia, con Raúl Moro a la cabeza como presidente, está acumulando demasiados problemas para un proyecto deportivo que, a tenor de cómo el Murcia ha 'reventado' el mercado con contratos muy por encima de la media en Segunda B, no ha comenzado ni mucho menos como soñaban los valientes que se acercaron al estadio el domingo por la tarde.