Jesús Samper está dispuesto a hablar con el alcalde, Miguel Ángel Cámara, pero no en estos momentos, cuando la hoguera entre el Ayuntamiento y el máximo accionista del club está ardiendo,ni tampoco para atender para su petición de que se marche. El madrileño, en declaraciones que realizó ayer a esta redacción, admitió que llegará el momento en el que ambos se sentarán en una mesa para debatir, pero prefiere que sea más adelante, cuando se vuelva a instalar la calma en una ciudad convulsionada por el descenso a Segunda División B de su Centenario club.

La primera autoridad municipal anunció el pasado lunes en rueda de prensa que tratará de convercer a Samper para que se marche, pero éste ratificó ayer a LA OPINIÓN que no lo hará, que es "muy optimista de cara al futuro" y que tiene en su mente los cambios que va a realizar en la estructura de la entidad para volver por la vía rápida a Segunda División.

"Hablaré con Cámara cuando las aguas vuelvan a su cauce", expresó el máximo accionista, quien también ratificó que nadie se ha dirigido a él para hacerle una oferta por el club.

La insistencia del alcalde en pedir su marcha no ha hecho mella en Samper, que se mantiene firma, como ya expresó en la carta que dirigió a los aficionados: "Mi compromiso con el club sigue intacto, a pesar de que 'los de siempre' instalen el miedo ante el posible abandono de la nave, y los 'salvapatrias' se empeñen en buscar supuestas alternativas a no se sabe qué, sin el menor rubor y haciendo caso omiso a la historia de nuestro club, en cuantos intentos baldíos han protagonizado, guiados por oscuros intereses y con el mismo final, abandonar el club a su propia suerte", decía en la misma el madrileño, quien sostuvo ayer que "vamos a hacer un equipo para salir rápidamente de la Segunda B".

Mañana, reunión

Samper tenía previsto viajar a Sudáfrica, pero ha cancelado todos sus planes para acometer rápidamente la remodelación del club. Será mañana cuando los hombres fuertes del consejo de administración se reúnan en Madrid. Junto al máximo accionista estarán su hermano Juan Antonio, Romeo Cotorruelo, José Ángel Serantes y Santiago del Río.

El principal punto del día será la contratación de un secretario técnico. Éste tendrá plenos poderes y sustituirá a José Antonio García Franco. Elegir el entrenador que reemplazará al gaditano José González y realizar los fichajes serán los primeros cometidos del nuevo responsable de la parcela técnica.

Otra de las cuestiones que tiene encima de la mesa el consejo de administración es la resolución de los contratos con los jugadores. Del equipo que ha descendido hay veintidós futbolistas con compromisos para el próximo ejercicio. La mayoría de sus contratos son inasumibles en una categoría como la Segunda B, en la que se reducirán ostensiblemente los ingresos, pero desde la entidad son conscientes de que un buen número de futbolistas buscarán una salida por su cuenta y que muchos de ellos ya están hablando con otros clubes. En cualquier caso, los casos se analizarán uno a uno, estudiando tanto los intereses deportivos como los económicos de la entidad.

La contratación de un gerente será otro de los pasos, ya que el consejero delegado, Santiago del Río, dejará su puesto después del verano, una vez planificada la temporada. El murciano pasará a asumir nuevas funciones en Madrid dentro de las empresas de Samper.

También se estudiará a fondo la estructura del club, ya que el descenso va a provocar algunos despidos. Al margen de los encargados de la parcela técnica, también pueden perder su puesto otros trabajadores. En definitiva, que el descenso va a dejar varios damnificados en el camino.