José Miguel Campos y Luis Casas se verán esta mañana las caras con el Real Murcia en un acto de conciliación en el que ambas partes intentarán llegar a un acuerdo tras la demanda que los técnicos interpusieron al club después de ser despedidos.

El que hasta hace tres semanas era entrenador de la entidad grana y su ayudante reclaman al club murcianista una cantidad superior a los doscientos mil euros, cifra que no consideran válida los responsables de la entidad grana, quienes piensan que el finiquito que corresponde a los técnicos es menor.

"Los motivos de la demanda son que el Real Murcia no nos ofrece una cantidad que se ajuste a lo establecido en el contrato y a que no nos dan una solvencia en los pagos", explica José Javier Conesa Buendía, abogado de ambos técnicos, cuyas demandas van por separado.

Por ello, esta mañana se llevará a cabo un acto de conciliación, en el que ambas partes intentarán llegar a un acuerdo y resolver la demanda de despido de una forma amistosa, ya que de lo contrario se iría a juicio.

Según fuentes del Real Murcia, no creen que haya problemas para alcanzar un acuerdo y solventar la situación por una cantidad menor a la que reclaman ambos técnicos, que superaría los doscientos mil euros.

Resolución que no ve tan fácil el abogado José Javier Conesa, quien explicaba a esta redacción que "el Murcia conoce nuestras pretensiones y hasta ahora no se han puesto en contacto conmigo, por lo que es complicado que se llegue a un acuerdo en este acto de conciliación".

Si finalmente no se llega a un acuerdo, el proceso de demanda de Campos y Casas seguiría su curso en el Juzgado de lo Social.

José Miguel Campos, quien fue renovado a finales del pasado mes de marzo después de cambiar el rumbo de un conjunto grana hundido en la clasificación, tenía contrato en vigor con el Real Murcia hasta el final de la presente temporada y una ficha cercana, según fuentes del club, a los 170.000 euros, cantidad a la que hay que sumar la prima por mantener al equipo en la categoría la pasada campaña y de la que sólo ha recibido la mitad.

Junto al despido de Campos se llevó a cabo el de Luis Casas, ayudante del mazarronero en el banquillo murcianista.

Ambos técnicos, pese a las aparentes buenas relaciones con los responsables del club tras su despido, no están conformes con el finiquito ofrecido por la entidad de Jesús Samper, que también les ha propuesto fraccionar los pagos en bastantes plazos.

Esta última condición sí sería aceptada por los demandantes, "siempre y cuando un banco garantice esos pagos", señalaba ayer el abogado de los técnicos.