Darío Vigueras es tajante cuando se le pregunta si el arte urbano puede ser un reclamo turístico para la ciudad de Murcia: «No es que pueda serlo, es que ya lo es». El galerista, que regenta un espacio para el arte y las antigüedades en la Plaza Yesqueros de Murcia, decidió sumergirse hace unos años en un terreno, entonces, pantanoso: el del grafiti y los murales callejeros. Entonces era una disciplina marginada, incluso criminalizada, pero él, experto en la pintura murciana del siglo XX, vio claro que este era «el arte del siglo XXI», y que en la Región había un buen puñado de artistas con un talento descomunal que, en su mayor parte, trabajaban en la clandestinidad. Así que se tiró a la piscina y se posicionó como cabeza visible de Murcia Street Art Project, una plataforma –en inicio, colectivo de coleccionistas– que ha hecho posible que en los últimos años hayan pasado, tanto por la capital del Segura (Mubam) como por Cartagena (Muram), obras de Blek le Rat, Obey y Banksy, por citar solo a algunos. Y junto a ellas, piezas de autores locales como Kraser, Carlos Callizo, Pigüo, Toren, Raúl Estal, Nels, Amado, Goyo 203...

La cuestión es que Murcia Street Art Project –que cuenta con una colección de en torno a seiscientas obras– no ha restringido su ámbito de actuación en relación con los límites del museo, sino que ha salido a la calle. Principalmente porque Vigueras entiende que es en los muros donde este movimiento puede mostrar todo su potencial, donde estos artistas pueden expresarse con verdadera libertad. Así, muchas veces en comunión con la Oficina Municipal del Grafiti, han servido muros (y licencias) para que estos artistas inunden con sus colores la ciudad, ayudando a recuperar tapias desconchadas y fachadas envejecidas. Pero también han logrado traerse a firmas de gran prestigio internacional como las del británico Dale Grimshaw, el marfileño Mederic Turay y el brasileño Kobra, incluso cuando alguno de ellos no había trabajado nunca en nuestro país. «Lo que queda por venir el mucho y muy bueno –adelante el galerista–, pero, a día de hoy, en Murcia tenemos murales muy importantes; suficientes como para que merezca la pena hacer una buena parada por aquí», asegura Vigueras.

De hecho, el impulsor de Murcia Street Art Project asegura que la ciudad ya estaría entre las diez principales capitales españoles en términos de arte urbano (teniendo en cuenta que la dimensión de Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga es mastodóntica), con lo que no le sorprende que sean muchos los turistas que se dirigen a él para encontrar las joyas escondidas que guardan sus muros. «A menudo nos escribe gente a través de nuestras redes sociales para pedirnos asesoramiento: nos dicen que van a visitar Murcia y que quieren saber la ubicación de nuestras mejores piezas. Y hace poco tuvimos por aquí a una importante cuenta del mundillo del grafiti que estuvo subiendo a su Instagram algunos murales y que nos pidió ayuda para poder ir etiquetando a los artistas», recuerda Darío, quien hace ya unos años que proyectó un mapa y un recorrido por los principales puntos de interés: «Se hizo un estudio y se empezó a trabajar en ello junto con el Ayuntamiento, pero la cosa quedó en standby. Es una pena porque nosotros tenemos todos más o menos esbozado e, incluso, hemos hecho algún tour privado cuando agencias o particulares nos lo han pedido, pero a nivel institucional desconozco cómo está el tema porque no hemos vuelto a tener noticias», lamenta.

Para el galerista, el Consistorio está dejando pasar la oportunidad de sacarle verdadero partido a este museo urbano que poco a poco están construyendo entre ellos y la Oficina del Grafiti; algo que sí ha hecho, por ejemplo, Alcantarilla, donde el año pasado Dale Grimshaw firmó –de la mano de Murcia Street Art Project– el que posteriormente fue considerado como el quinto mejor mural del mundo de 2021. «Ellos sí tienen un mapa con una ruta que se puede consultar en tanto en la web del Ayuntamiento como en la Oficina de Turismo, y nos consta que la gente ha mostrado mucho interés al respecto», asegura Vigueras, que ya está trabajando en otros municipios como Molina. En esta última, la solicitud llega por medio de los presupuestos participativos, que gestionan los propios vecinos: «Es un ejemplo más de que a la gente le gusta, de que apuesta por el arte urbano. Y en Murcia ocurre igual –añade–: la exposición que hicimos en 2017 en el Mubam fue visitada por 23.000 personas, una cifra inigualable por ninguna otra muestra que haya pasado por el museo».

Pero, mientras eso llega, Murcia Street Art Project sigue trabajando para «promocionar este movimiento y a sus artistas, para acercar el arte a la gente, que muchas veces es reacia a entrar en los museos porque entienden que allí no hay nada que les represente». Y para seguir ampliando ese hipotético mapa que hoy esbozamos en La Opinión: «Ya tenemos en las calles de Murcia obras de artistas que venden sus piezas por más de 100.000 euros, pero queremos más. Ya tenemos firmada alguna nueva intervención realmente potente y que más pronto que tarde anunciaremos, pero seguimos trabajando para llenar de murales las calles de Murcia, para seguir sumando al patrimonio artístico de la ciudad. Porque apostamos por este arte, por el arte del siglo XXI», concluye.