La Opinión de Murcia

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Rock Imperium Festival

Tom Angelripper: "No somos estrellas del rock, sino metaleros haciendo la música que nos gusta"

Cuarenta años después de su fundación -y de que abrieran la senda europea del thrash metal-, el ahora cuarteto germano sigue dirigido por el enérgico Tom Angelripper, y actuarán en menos de dos semanas en la primera edición del Rock Imperium de Cartagena.

Tom Angelripper

Tom Angelripper es una institución. Lo normal es presentarle como el cantante y bajista de Sodom, uno de los proyectos fundadores del thrash metal europeo, pero en realidad es mucho más que eso... Es el compositor y líder del cuarteto germano -otrora trío-, y aún incluso esta descripción no le hace del todo justicia. Porque Sodom es Tom Angelripper, y Tom Angelripper es Sodom. Ni siquiera él mismo es capaz de negar que nadie encarna mejor la esencia de la banda como él; al fin y al cabo, es el único que permanece de los miembros originales del grupo, que cada vez más se presenta casi como un proyecto personal del metalero de Gelsenkirchen.

Él hace y deshace, tomas las decisiones importantes y las más difíciles (estricta o no estrictamente musicales) y busca a los complementos perfectos para mantener la máquina bien engrasada, y viva tras cuarenta años de local, estudio y carretera. Esa es su obsesión: demostrar que Sodom no se estanca, que sigue avanzando, mejorando. Bueno, eso y no defraudar nunca a los fans. Por eso, aunque tienen varios lanzamientos recientes que presentar -la pandemia ha sido fructífera en lo creativo para ellos-, Tom nos ha garantizado en una entrevista telefónica que en el Rock Imperium de Cartagena sonarán también sus grandes clásicos. Será el viernes 24, en la jornada inaugural de esta primera edición del festival de Madness Live!

Tom, por fin de vuelta a los escenarios.

Sí, por fin. Creo que fueron dos años prácticamente sin conciertos. Tuvimos dos o tres shows en Alemania, pero poco más... Por suerte, parece que la situación ha mejorado y ya hemos hecho un par de presentaciones en este 2022.

Ojalá pronto podamos volver a actuar en Rusia y en Ucrania, pero para que eso ocurra debe reinar la paz. Ese es el mensaje que quiero que manden nuestras canciones

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¿Qué tal estas primeras actuaciones? ¿Qué se siente al volver a enfrentarte al público después de tanto tiempo?

Han sido increíbles. Porque..., ya sabes, es mi trabajo, pero también sigue siendo el sueño de mi vida. Así que estamos deseando hacer las fechas que tenemos programadas para estos próximos meses y muy pendientes de la gira que tenemos prevista para finales de este año. Ojalá la podamos hacer, pero tenemos miedo de que esto no se haya acabado y de que la covid vuelva a extenderse en otoño e invierno... Hay mucha gente que está haciendo fortunas con esto de la pandemia, pero los músicos solo podemos ganar dinero actuando; hoy en día no se puede vivir de la venta de discos. Por suerte, nosotros hemos agotado entradas para casi todos nuestros concierto, lo cual es increíble.

Después de tanto tiempo, la gente tiene ganas de volver a ver a Sodom en directo. De todas formas, durante el parón han aprovechado bien el tiempo: desde que llegó el virus, han sacado un disco, Génesis XIX (2020) y dos EP’s: A handful of bullets (2020) y Bombenhagel (2021).

Sí, eso fue lo único bueno de la pandemia. Pudimos pasar más tiempo trabajando en nueva música y grabando en el estudio. Antes, cuando teníamos conciertos casi cada fin de semana era muy difícil dedicarle tiempo a componer..., así que durante estos meses nos hemos reunido unas tres veces a la semana para escribir y probar cosas en el local de ensayo. 

Suponemos que estos últimos conciertos y los siguientes, incluido el que tienen dentro de unas semanas en Cartagena, en el Rock Imperium, están sirviendo y servirán para presentar estos trabajos, ¿no?

Así es. Dentro de dos semanas estaremos por allí, ¿no? Ahora tenemos otro festival, luego un par de conciertos en Alemania y después iremos para allá. Casi todos los años tenemos algún concierto en España, y estamos encantados porque en vuestro país tenemos un público muy fiel.

¿Tocarán para ellos algunos clásicos de Sodom?

Sí, por supuesto. Aunque eso siempre es un problema a la hora de preparar un espectáculo, ¿sabes? Ahora mismo no sé de cuánto tiempo dispondremos en Cartagena -quizá, cuarenta y cinco minutos o una hora-, y cuando quieres presentar tus nuevas canciones y a la vez incluir algunos clásicos (sobre todo teniendo en cuenta que, después de tantos discos, tenemos unos cuantos...) este tipo de conciertos se te quedan algo cortos. Pero los fans pueden estar tranquilos: tenemos claro lo que la gente quiere escuchar, y tenemos claro que hay algunas canciones que siempre deben estar en un concierto de Sodom, pase lo que pase.

Por cierto, este año se cumple el cuarenta aniversario de Witching metal (1982), su primera maqueta, una obra considerada de culto por los amantes del metal. ¿Cómo han sido estas cuatro décadas sobre los escenarios?

[Ríe] ¡Una locura! Nunca pensé que podríamos estar en este negocio durante tanto tiempo; es increíble ver lo que hemos conseguido. Creo que el secreto es que seguimos siendo los mismos, en cierto modo; que aunque haya habido cambios en la formación, la música de Sodom ha permanecido. Otras bandas sí se han dejado llevar por otros estilos, pero nosotros podemos decir orgullosos que tenemos el metal underground más importante y famoso del mundo. Además, todavía somos una banda de amigos que se divierten tocando. Se lo digo siempre a nuestros seguidores: nosotros no somos estrellas del rock, somos metaleros haciendo la música que nos gusta.

Lemmy siempre decía que él quería morir sobre un escenario, pero yo eso es justo lo que no quiero hacer; yo quiero morir en una cama

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Pero supongo que no ha sido fácil mantener el proyecto durante tanto tiempo. Además, como decía, la banda se ha enfrentado a muchos cambios de formación a lo largo de su historia. ¿Cuál es la esencia de Sodom?

Pues te diría que… yo [Risas]. En parte, al menos. He cambiado la formación a menudo y siempre han sido decisiones difíciles, pero sé que las he tomado por el bien del grupo. De hecho, me siento muy afortunado de haber podido trabajar con tanta gente tan buena en este tiempo. Ahora mismo, por ejemplo, tenemos en la batería a Toni Merkel, que en mi opinión es uno de los mejores de la historia. Pero no importa quién tengas las baquetas o quién toque la guitarra, mientras yo esté sano y creativo, Sodom seguirá vivo. Y el año que viene cumpliré 60 (que son muchos años), pero me sigo sintiendo con fuerza y energía para seguir adelante.

Hablando de la formación de Sodom: en los dos últimos discos y giras ha trabajado con dos guitarristas, algo que en su momento supuso una gran novedad (teniendo en cuenta que la mayor parte de tu carrera la has desarrollado al frente de un trío). ¿Qué aporta esa guitarra extra al grupo?

Me gustan las bandas de tres como los antiguos Motörhead, que fueron mi mayor inspiración, pero llegó un momento en el que me di cuenta de que una segunda guitarra me daba un montón de posibilidades a la hora de escribir canciones. Y, sinceramente, creo que ahora tenemos un mejor sonido sobre el escenario. 

Creo recordar que una vez dijo que no le gustó demasiado que Motörhead incluyera a un segundo guitarrista. ¿Ha cambiado esta experiencia su opinión?

La verdad es que en un primer momento me sentí algo decepcionado, pero con el tiempo creo que sí, que fue un acierto; de hecho, aquello también nos sirvió a nosotros de inspiración y acicate a la hora de incluir una segunda guitarra. Y, como te digo, estoy muy contento con haber tomado esta decisión porque parece que ha gustado. Acostumbro a estar en constante contacto con los fans y sus comentarios al respecto son muy positivos, y eso para mí es primordial. ¡Ellos son primordiales! Trabajamos para ellos, no queremos decepcionarles; les debemos todo.

Imagino que Lemmy [cantante y bajista de la banda londinense] es un referente para usted. ¿Qué le debemos al líder de Motorhead? O, mejor: ¿Qué le debe, en particular, Tom Angelripper?

Sí... Lemmy fue una inspiración total para mí. A todos los niveles: música, estilo de vida..., todo. Pero, fíjate: la última vez que le vi fue en Düsseldorf, poco antes de morir, y por un lado era como: «¡Guau!», ver a Motörhead en directo era una locura, pero, por otro lado, él ya estaba muy débil; apenas podía cantar. Y le dije a un amigo: «Ey, yo no quiero terminar así». Lemmy siempre decía que él quería morir sobre un escenario, pero yo eso es precisamente lo que no quiero hacer; yo quiero morir en una cama. Estaba tan implicado que no podía parar, pero yo quiero ser capaz de tomar mis propias decisiones, quiero poder dejar la música cuando sienta que ha llegado el momento. No necesito un manager que me diga cuándo tengo que salir o no al escenario; me conozco, sabré cuando parar. Pero bueno, él sigue siendo un referente para mí, eso no lo dudes. De hecho, pienso en él todos los días.

Alguna vez ha confesado que la música le permitió escapar de las minas de carbón de Gelsenkirchen, donde trabajaba (e imagino que no era un curro fácil...).

Se me daba bien, y tenía buenos amigos allí, pero sí, era muy duro... Y Sodom me dio la oportunidad de dejarlo después de diez años en las minas. Mi padre me decía: «Quédate, es lo más sensato; recibirás tu nómina cada mes», pero yo quería hacer canciones, y ahora puedo decir que fue la mejor decisión que he tomado en mi vida. Hoy estoy viviendo mi sueño, tío; tal vez nunca vaya a ganar mucho dinero, pero puedo vivir de la música. Y tampoco es un trabajo sencillo, ¿eh? Odio los aeropuertos, odio tener que facturar, odio los problemas con las maletas y con nuestros instrumentos, odio los hoteles y no descansar, pero disfruto tanto sobre el escenario... Ir a Estados Unidos, por ejemplo, es una paliza, pero merece la pena por cada segundo que vamos a pasar ahí arriba.

Tom, hoy es un referente del thrash metal a nivel internacional, por lo que sin duda puede ejercer como una voz autorizada a la hora de hablar de este género. Sé que no es muy fan de las nuevas bandas, pero... ¿qué opina del revival thrash que estamos viviendo en los últimos años, con cada vez más bandas que recuperan la esencia de la música que se hacía en los ochenta y noventa?

Me gustan muchas de estas bandas, pero no se puede repetir hoy lo que se hizo entonces. La música creada en los ochenta pertenece a los ochenta; intentar imitarla en 2022 no tiene mucho sentido porque nunca vas a conseguir ese espíritu. Cuando me cruzo con algunos de ellos le digo que está bien inspirarse en todos aquellos grandes grupos, pero que ellos deben crear nuevos sonidos. Es que hay miles de bandas que suenan igual... Joder, ni siquiera nosotros podemos estar repitiendo siempre la misma fórmula. Incluso intentamos renovar en la medida de lo posible algunos de los viejos temas.

Bueno, de hecho, en este último trabajo reinterpretan un clásico de la banda como Bombenhagel.

Para muchos fans de Sodom es una de sus canciones favoritas, y no sé por qué [Risas]. La cuestión es que cuando hemos tocado esta canción con Toni sonaba distinta; es la misma, pero diferente... Creo que porque él es muy preciso en sus golpes, y si conoces la versión original sabrás que la batería de aquella no es tan certera. Por eso hemos decidido regrabarla. Además, creo que es un buen síntoma: dice que la banda sigue viva y que puede mejorar.

También son dados a versionar algunos himnos nacionales...

Sí. El alemán, el norteamericano y el ruso. Pero eso era antes de que estallara la guerra en Ucrania; ahora me niego. Y tenemos muchos fans en Rusia, incluso teníamos un par de conciertos previstos allí en otoño, pero no queremos tocar allí ahora. Es nuestra pequeña forma de decirle al mundo que queremos que cesen los ataques. Y no es una opinión política, simplemente la guerra nunca es una buena idea. Porque somos una banda antibelicista; nuestras letras así lo dicen. Ojalá pronto podamos volver a actuar en Rusia y en Ucrania, pero para que eso ocurra debe reinar la paz. Ese es el mensaje que quiero que manden nuestras canciones, en lo que pienso cuando me pongo a escribir el nuevo material. Sé que no va a servir de nada, que no vamos a poder cambiarlo, pero lo gritaremos igualmente: ¡Parad ya esta guerra!

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