Se está volviendo a la recuperación de las tradiciones en la música. Un ejemplo es Rodrigo Cuevas, cuyo folk electrónico astur lo está petando. Así, con la intención de acercar la tradición folclórica murciana a nuevos estilos como la música electrónica y el folk anglosajón, surgían hace unos meses Maestro Espada, dúo formado por los hermanos Alejandro (Álex Juárez) y Víctor Hernández (Rey Lobo), que se llevan a su terreno el folk murciano a ritmo de castañeta y sintetizadores.

Álex Juárez, conocido por sus diversas influencias y proyectos experimentales, fue el cantante de Vespertine. Tras aparcar el proyecto, se embarcó en otro con su propio nombre, que ganó el CreaJoven de ‘Canción de Autor’ en 2014. Por su parte, Rey Lobo es el proyecto de Víctor Hernández, compositor de canciones para las bandas sonoras de películas como Ahora o nunca y No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas. Tras terminar sus estudios de cine en Barcelona, volvía a Murcia, donde conectó con la herencia de la canción de autor recibida por su padre, y que él mezcla con estructuras de pop experimental.

Para llevar a cabo el proyecto de Maestro Espada, los hermanos se han encontrado durante estos últimos meses con luthiers de Tarragona, Murcia y Lorca con el fin de conocer los instrumentos tradicionales, y han conectado con artesanos y miembros de cuadrillas que les han enseñado a tocar la castañeta y la pandereta, explorando el Cancionero popular murciano antiguo de Pedro Díaz Cassou y los artículos de José Martínez Tornel, entre otros documentos. Con este aprendizaje han puesto en marcha una iniciativa que contó con el impulso del programa ‘Reactivos Culturales’ del Ayuntamiento de Murcia. Fruto de ello, han dado a conocer sus primeros temas: Los carriles, Murciana y Estrellita, y ahora trabajan con Refree para la publicación de su primer trabajo. Esta tarde ofrecen un concierto didáctico en el Centro Cultural de Corvera (20.30 horas, con invitación) y el viernes se presentan en el aula de la Fundación Mediterráneo en Murcia (20.30 horas, 10 euros). 

Álex, Víctor, ¿qué tal? hicisteis una presentación en el Centro Párraga.

Álex Juárez: Sí, como parte de la presentación del proyecto para ‘Reactivos Culturales’, pero aquello fue una cosa en petit comité. Luego ya probamos en concierto este nuevo formato, para rodar y encontrar el tono, y empezar el camino.

Sois dos hermanos compartiendo proyecto musical, como los Gallagher, los Davies… Espero que todo siga bien.

A. J.: [Risas] De momento sí. De hecho, llevamos toda la vida haciendo música juntos, aunque ahora ha cristalizado en un proyecto más concreto, pero sí que llevamos entre guitarras y voces toda la vida.

En el concierto La noche más corta que disteis en el Víctor Villegas, estuvisteis actuando ambos junto a familiares y amigos. Yo no sé si ahí surgió esta historia, o fue a través de ‘Reactivos Culturales’ y a partir de ahí os pusisteis en marcha con Maestro Espada.

A. J.: Nosotros teníamos ya esta curiosidad por el folclore murciano cuando vivíamos fuera. Veníamos aquí en Navidad o en vacaciones, nos interesábamos cada vez mas por la música de huerta; empezó a ser, digamos, una curiosidad compartida. Y llegó un momento en el que empezamos a tocar y a integrarlo en nuestra música; quiero decir: a no solo a ver esos discos o a las cuadrillas como si fueran una reliquia, sino a incorporar en nuestro trabajo esos ritmos, esas melodías. También fue una manera de tender un puente entre nosotros.

Víctor Hernández: Nosotros queríamos desde hace un tiempo empezar un proyecto en común. Como ambos tenemos proyectos en solitario, no habíamos tenido todavía la oportunidad de materializarlo, y siempre nos planteamos desde el inicio que fuera algo diferente a lo que nosotros hacemos por separado, y en ese momento pensamos que el folclore murciano era lo más alternativo que podíamos hacer.

Es otra vía la que abrís con este proyecto. ¿Qué relación tenéis vosotros con la huerta, con la cultura huertana?

A. J.: Nosotros crecimos en la huerta. Mis padres viven aquí, y el paisaje lo llevamos dentro, pero a nivel musical no es una cosa con la que nos hayamos criado: lo hemos escuchado en casa, en grabaciones, hemos visto actuaciones de pequeños por la ciudad, en las festividades... y la curiosidad estaba ahí, pero nunca hemos sido parte de cuadrillas, por ejemplo;meternos de lleno, nos estamos metiendo ahora. Es simplemente curiosidad, ya digo; casi como la que podría tener un visitante, o alguien que está buscando sus raíces. Es un descubrimiento para nosotros mismos.

¿Qué os estáis encontrando en esta incursión, aparte de quizá viejos instrumentos que no habíais tenido oportunidad de usar?

V. H.: Pues nos hemos encontrado con una comunidad superabierta, que nos abre las puertas de su casa y nos lo enseñan todo. Mira, en un momento determinado queríamos saber lo que era una castañeta, y un contacto que teníamos de la cuadrilla de Patiño nos hizo dos sin conocernos. Ellos ven ese tipo de interés como una oportunidad para que todo esto no se pierda, y eso quizás en otros estilos musicales, en otras escenas, no se da.

"La cuadrilla de Patiño ha entrado en nuestras listas de reproducción al mismo nivel que Sufjan Stevens o grupos electrónicos como Smerz"

Recomendáis escuchar la Murciana, parte 1 de la cuadrilla de Patiño para seguir la pista de lo que os ha inspirado. Me he llevado una sorpresa. Yo pensaba que lo que más os unía a vosotros era Sufjan Stevens, Björn Ivens o gente así.

A. J.: De hecho, ahora en nuestras listas musicales de influencias, en las cosas que escuchamos, la cuadrilla de Patiño ha entrado al mismo nivel que Sufjan o que grupos electrónicos como Smerz. Es un poco el giro en la mirada. Escuchando esa música, de repente vemos ritmos que son increíbles, y no solo me refiero a los instrumentos rítmicos, sino a los de cuerda, que hacen punteos y redobles increíbles. Son palos que tenemos muy escuchados aquí en Murcia, pero cuando te pones a tocarlos o a analizarlos de verdad... tienen sus complejidades.

Por supuesto, el mundo del folk y de la canción de autor está ahí, y otro artista que me comentabais que os había inspirado para este primer trabajo de Maestro Espada es Atahualpa Yupanqui, pero no elegíais Los ejes de mi carreta, sino Le tengo rabia al silencio. Al margen de todas sus virtudes, el título de la canción es toda una declaración de intenciones.

V. H.: Bueno, sí, este tipo de canción de autor tan desgarrada y desnuda también la hemos escuchado siempre en casa, y Atahualpa es uno de nuestros referentes sobre todo a nivel de letras: con la sencillez de sus estrofas te dice muchísimo. Es algo que también tiene un poco el folclore murciano: con la sencillez de dos frases ya te está diciendo un montón de cosas, no hace falta ser tan rococó. Es algo que nos une: esta manera de entender las letras.

Me lo ponéis en bandeja para preguntaros por la parte lírica o temática. ¿Habéis tenido que explorar archivos?

A. J.: Hemos estado leyendo a Díaz Cassou, el Cancionero popular murciano. En la Biblioteca Regional de Murcia hay una parte, está digitalizada, y ahí hay joyas del Diario de Murcia, de siglos atrás, y muchas referencias donde se puede encontrar un poco el tono, las costumbres de la época, libros de leyendas… Todo esto es bastante accesible, y hemos estado navegando en esas referencias, en esa forma de escribir, y en cierto modo está calando –siempre con nuestras preocupaciones– en nuestro propio estilo; algo está quedando (aparte del acento murciano).

Es cierto, no lo habéis ocultado. En vuestros proyectos en solitario sí, pero aquí no.

A. J.: Es una cosa más de estilo. Con otros estilos parece que chirría un poco, y aquí no hubo discusión. 

Casi preparasteis una especie de tesis para ‘Reactivos Culturales’.

V. H.: La verdad es que sí, lo vemos realmente como una investigación, sobre todo porque no hemos nacido en un ambiente directo de una cuadrilla. Lo vivimos todo con mucha curiosidad y ganas de saber más, porque hay muchas cosas que no sabemos todavía, y nos gustaría investigar más. 

A. J.: Pero estamos al principio, Ángel, estamos tocando la superficie, y, por suerte, los folcloristas y los miembros de las cuadrillas son súper generosos y superabiertos. Ojalá nuestro trabajo también sirva para dar visibilidad al suyo, ojalá gente quizá de otra generación o de otro background musical encuentre también un valor en lo que ellos hacen, que es alucinante.

Llama la atención eso que decís, porque no sois precisamente vosotros unos devotos de la línea más purista, y en cambio, por lo que contáis, estáis recibiendo las bendiciones del sector.

A. J.: Bueno, de momento. Yo entiendo que las comunidades al final son complejas y hay distintas sensibilidades, pero, por ahora, solo estamos encontrando cariño, generosidad y cercanía. Al final, ver a un señor tocando una castañeta, hacérsela con una caña de río, es lo más radical, lo más brutal y lo más extremo con lo que tenemos contacto, y se hace aquí. Puede parecer purista, pero al final muchas de esas melodías, de esas letras, son lo más extremo y lo más auténtico a lo que nos podemos acercar.

Yo que viví junto al río en mi niñez, una de las cosas que hacíamos era fabricar castañetas y tocarlas, sobre todo para los aguilandos.

A. J.: Claro. Tenemos que aprender a hacerlas nosotros mismos, que ya hemos hecho algún intento, pero no nos salen muy bien... 

V. H.: De hecho, también las tocamos nosotros a nuestra manera, imitando los ritmos tradicionales, pero también flipando con la sonoridad que se le puede sacar a eso de repente con otras bases electrónicas o combinado con otro tipo de canción.

Aquí es donde sale a la palestra otra de vuestras inspiraciones al emprender este trabajo: Smerz. Es la visión más contemporánea que también aportáis al proyecto.

A. J.: Exacto. Hay toda una vena en el proyecto que es mucho más electrónica, que tiene un poco que ver con esa parte de sonoridades más oscuras y que toca a veces lo industrial (otras veces se va más hacia el ambient, con pasajes de sintetizadores más atmosféricos). Pero fíjate, Ángel, que el ritmo y los redobles los podría tocar una cuadrilla. Es verdad que los timbres son algo diferentes, pero, cuando ves a las cuadrillas, es un volumen y una intensidad acojonante. ¡Heavy metal! Hay tres laúdes, cuatro castañetas, panderetas y una muralla de sonido que se te echa encima, y en ese sentido no está más lejos de una base industrial, o de un bombo brutal. Pensamos que hay más puentes de los que a simple vista se pudieran ver.

"Queríamos hacer algo diferente y pensamos que el folclore murciano era lo más alternativo a lo que nos podíamos agarrar"

En estos momentos hay mucha gente que está mirando a la tradición. Hablaba hace poco con los músicos de Fetén Fetén; decían que no se puede mirar al presente, al futuro, sin echar un vistazo a la tradición. Estoy pensando en C. Tangana y contemporáneos, gente que está empeñada en esa labor en la que vosotros también estáis.

V. H.: Sí, es posible que últimamente haya un interés por recuperar más la canción tradicional... Nosotros nos damos cuenta de que si esas canciones han sobrevivido tanto y las llevan tocando tanto tiempo las cuadrillas es por algo, son tan pegadizas por algo, y sus letras transmiten cosas que otras canciones más modernas quizás no.

¿De dónde habéis sacado el nombre de Maestro Espada?

V. H.: Era el nombre de la calle donde vivían nuestros abuelos en Librilla, y al mismo tiempo, el maestro Espada fue la persona que, por así decirlo, llevó la música al pueblo, porque fundó la primera banda musical de la zona. Nos hacía gracia por lo familiar y lo musical. 

En ‘Reactivos Culturales’ presentasteis tres canciones. De momento es una maqueta que está en SoundCloud, pero creo que estáis pensando ampliar ya a un par de singles en los que estáis trabajando con Raúl Refree.

V. H.: Sí. Estas canciones las hicimos dentro del programa de Reactivos, pero están en estado de maqueta, y lo guay es que mi hermano conoce a Raúl y le pasó todas estas demos, y le fliparon, y nosotros saltando, como te puedes imaginar. De los productores a los que podíamos tener acceso es el que más nos entraba, por estilo y por todo, y justo hemos terminado de grabar con él. Hemos estado dos semanas con dos singles, y ha sido súper guay, la verdad. A ver si las termina pronto y las podemos compartir.

Raúl Refree ha sido el artífice de los éxitos de Rosalía o Silvia Pérez Cruz, o sea, en la línea de lo que buscabais, entre tradición y vanguardia.

A. J.: Al mismo tiempo, cada proyecto suyo suena diferente, y le encanta experimentar y meterse hasta la cocina, así que nunca sabes por donde van a salir. Eso también nos interesaba, ya que lo que hacemos no es otra cosa que indagar, con lo que es genial que haya componentes inesperados que suenen potente y que merezcan la pena más allá de un mero revisionismo formal.  

¿Qué horizonte le veis a Maestro Espada? ¿En qué circuito tenéis pensado moveros?

V. H.: Yo supongo que es un proyecto que puede interesar o inspirar a gente diferente o que venga de diferentes estilos. Nosotros estamos más acostumbrados a movernos en un circuito de música más contemporánea, pero ya veremos lo que pasa..., no nos cerramos a nada. Y lo que queremos es llevarlo al directo, compartir y hacerlo, eso sí, de la forma más potente y más emocionante posible.