Bely Basarte se reinventó con su último disco, El camino que no me llevó a Roma (2020). Se trata del segundo álbum de estudio de la joven cantante, que tras debutar con Desde mi otro cuarto en 2018, ahora apuesta por nuevos ritmos; de hecho, posiblemente una de las claves de su éxito haya sido su afán por buscar caminos alternativos en los que mostrar su talento. Empezó haciendo versiones de artistas conocidos y, a la vez, subiendo a la red canciones propias. Una de sus fórmulas de mayor éxito fue la de los hoy ya famosos vídeos en los que respondía a las preguntas de sus seguidores cantando.

En El camino que no me llevó a Roma, Bely Basarte muestra un sonido más oscuro, más maduro y sin límites. Habla del amor incondicional y de ese momento en el que sabes que todo se está empezando a romper. Se adentra en la oscuridad, en el sentimiento de abandono de una ruptura, en el despecho, incluso en el delirio. Así muestra su crecimiento como persona, pero también como artista, hablando del renacer y del perdón.

En el proyecto, Bely ha trabajado con Garabatto con quien ha conectado a la perfección. Juntos en la producción, han jugado, se lo han pasado en grande y han obtenido un resultado con el que ella se muestra ilusionada y más que satisfecha. Esta noche lo presenta dentro del ciclo ‘Live the Roof’ en el Auditorio El Batel de Cartagena.

Psicotropical.

¿El camino que no me llevó a Roma presenta a una nueva Bely Basarte? ¿Ha habido una evolución, a nivel personal y artístico, en temática de canciones y en sonido?

Sí, y creo que es buena señal que haya cambio y evolución constante en el camino. Tanto a nivel profesional como personal, ¿eh? Y todo eso es inevitable que se vea reflejado en la música y el sonido que te sale de dentro.

Es tu segundo álbum. ¿Qué historia cuenta?

Es un disco que tiene una magia distinta escuchado en orden, porque las canciones van narrando una historia de amor que se convierte en tragedia y termina transformándose en un aprendizaje. Pasa de hablar de un amor de dos al amor propio.

Has trabajado con Garabatto, con quien pareces haber conectado a la perfección. ¿Te lo has pasado bien grabando este disco?

¡Mucho! Javi es un tío fantástico y un artista de los pies a la cabeza. Tiene muchas ideas, y se preocupa por estar al día de todo lo que sale. Además entendía perfectamente lo que pasaba por mi cabeza, y lo convertía en sonidos que han dado otra dimensión a las canciones.

¿Tu pasado como creadora en YouTube ha hecho que te puedas enfrentar mejor que otros artistas a las críticas?

Supongo que algo ha ayudado a la hora de leer un comentario, digamos, ‘innecesario’. Aunque no tengo recuerdo de haber recibido más que algún mensaje puntual, sí que exponerse a Internet ayuda a entrenar eso de que todo te dé igual.

Tus canciones, de hecho, suelen ser bastante tristes. ¿Dirías que te inspiras más en la tristeza?

Sí, sin duda.

Creo que la necesidad de cantar cosas más alegres es, en cierto modo, para compensar la situación que estamos viviendo con la covid».

¿La pandemia te ha hecho ser más positiva? ¿Es lo que tratas de proyectar en Tomando tequila?

No creo que me haya hecho ser más positiva, porque yo siempre he sido una persona muy optimista y con ganas de hacer cosas y vivir. Pero sí creo que la necesidad de cantar cosas más alegres es, en cierto modo, para compensar la situación que estamos viviendo con la covid.

En tu Instagram dices: «Bienvenidxs a la era psicotropical». ¿A qué te refieres con esta frase?

Psicotropical es el título de mi nuevo EP, que se publica este 10 de septiembre. Una nueva época con un nuevo sonido y una nueva imagen (más alegres, como decíamos antes).

Con la cantidad de formatos y plataformas que los artistas tienen a su disposición para compartir su música, ¿por qué has elegido ser más activa en Twitch? ¿Cómo empezó lo de tu canal?

Comencé en Twitch durante la cuarentena porque Instagram estaba hasta arriba de directos, y llegaba a fallar de la sobrecarga de gente emitiendo a la vez. En Twitch descubrí una comunidad preciosa y la posibilidad de hacer mis acústicos online con mucha mejor calidad que la que me podía ofrecer el móvil.

¿Consideras que coincides con los estereotipos de cantautora (persona nostálgica, intensa, etc.)?

Pues... depende. Hay días que soy la más cantautora que existe y otros soy una estrella del rock.

¿Eres muy de innovar, de pensar cosas que no se hayan hecho antes? ¿Qué has probado?

Lo último hasta ahora ha sido el videoclip de Tomando tequila, el single de mi nuevo EP. Está grabado en formato vertical para ser visto desde el móvil, y busca hacer partícipe al espectador con giros a lo largo del vídeo.

La pandemia ha cambiado las prioridades de mucha gente. ¿Te ha pasado a ti?

Sí, los abrazos y las cañas con amigos ahora han ganado muchos puestos en mi lista de prioridades.

¿Crees que el poder de la música es capaz de cambiarlo todo?

Creo que sí. Es indiscutible que la música tiene el poder de calar en nuestras emociones; alimenta el alma.

¿Qué le dirías a los que no asumen con su actitud el cumplimiento de normas (mascarillas, botellones ,etc.) para intentar poner fin a la pandemia?

No es mi trabajo decirle a la gente que cumpla las normas.

Ahora, con las restricciones, muchos conciertos se tienen que ver sentados. Intuyo que hay ganas de salir a tocar. ¿Qué tal lo de llevar este sonido más electrónico al directo? ¿Ha pasado la prueba?

Sí. Junto a mi director musical, Alberto Torres, hemos logrado adaptar el nuevo sonido al directo muy satisfactoriamente. Estamos deseando que terminen las restricciones para poder ver al público saltando. Ahora mismo me estoy moviendo por la península con un formato acústico, cercano e íntimo, que casa estupendamente con un público sentado que quiera disfrutar de mi música como nació en casa.