Del griego hysteron (útero), define según la RAE a la enfermedad nerviosa crónica, más frecuente en la mujer que en el hombre, caracterizada por gran variedad de síntomas, principalmente funcionales y a veces por ataques convulsivos. El texto médico más antiguo que alude a ella se encuentra en un papiro egipcio del año 1900 a. C., y Platón en el Timeo se refiere del mismo modo al estado de la mujer cuyo ánimo se altera por no tener hijos. También los célebres médicos Hipócrates y Galeno lo utilizan para mencionar distintas patologías femeninas.

En la Edad Media adquiere connotaciones religiosas y se persigue a las que se consideran endemoniadas, condenándolas en muchos casos a la hoguera, cuando no pueden ser sanadas de su mal por medio de la gracia divina que supuestamente pueden conceder los sacerdotes.

En el Renacimiento el tema vuelve a ser tratado desde el punto de vista científico, y hasta finales del siglo XIX se realizaban distintos tratamientos y terapias que iban desde las sufumigaciones, en las que la paciente debía sentarse sobre un quemador del que emanaban humos que se pensaba tenían efecto relajante, hasta la hidroterapia o los masajes pélvicos. Joseph Mortimer Granville es el nombre del médico británico que creó el primer vibrador con forma fálica en 1870 a fin de aliviar de forma más rápida y eficaz a las pacientes que acudían a su consulta. A día de hoy sigue utilizándose el término como insulto, referido mayormente a la mujer de carácter inestable.