«He llegado a un momento en mi vida en que se han juntado mis dos pasiones», apunta la veterana Pilar de Yzaguirre cuando se le pregunta por El grito, obra que presenta esta noche en el Auditorio Parque Almansa dentro del Festival de Teatro, Música y Danza de San Javier. Productora barcelonesa –aunque criada en Murcia, a donde llegó con su familia de pequeña–, se define, sobre todo, como «feminista» y «enamorada del teatro». Desde «muy jovencita» ha luchado por los derechos de la mujer, y ese compromiso fue, de hecho, el que le llevó hasta su último montaje. «Me llegó por la prensa, en forma de sentencia. Se estaba cometiendo una injusticia terrible contra una mujer que se pasó ocho años de juicios porque nadie le creía. Pensé: ‘Esto no es una historia, esto es una obra de teatro’», confiesa De Yzaguirre sobre esta pieza, creada en plena pandemia. «No tenía dinero, no tenía tiempo..., no tenía nada. Pero al final salió», añade.

Pero es que, a sus 85 años, trabajar a contracorriente no es algo nuevo para De Yzaguirre. En 1975, cuando aún estaban prohibidos los anticonceptivos, fundó el primer centro de planificación familiar en España, en el madrileño barrio de Vallecas. «Las mujeres llegaban con muchos problemas porque no podían controlar ni su maternidad ni su cuerpo», relata sobre aquellos años en los que combinaba su activismo feminista con un trabajo en el Círculo de Arte Dramático. Y todo ello, además de criar a sus pequeños. «Crecer con ella fue un privilegio. Es muy valiente y tiene mucha energía», afirma con orgullo su hija Mónica García, que le acompaña a la entrevista.

Ambas coinciden en la necesidad de la savia nueva. «Me parece muy bien que Shakespeare esté todos los días en todos los teatros del mundo, pero hay que dejar sitio para la gente nueva. Las nuevas ideas son el futuro», afirma con rotundidad De Yzaguirre. Esta es su filosofía, y su motivación para continuar como productora y promotora teatral después de tantos años. Directora histórica del Festival de Otoño, una de las citas más importantes del teatro en nuestro país, y fundadora de la agencia Ysarca, esta incansable luchadora es la culpable de traer a España a creadores como Wadji Mouwad, así que sabe de lo que habla.

Pero ahora lo que le ocupa es El grito, una obra «modesta» que pretende dar voz a la lucha de las mujeres y que está siendo un éxito de crítica y taquillas aunque acabe de comenzar a girar. Sobre el papel, es la historia de una mujer maltratada por la sociedad machista patriarcal; una mujer a la que le tocó aguantar, uno tras otro, los embates del destino, y que se vio obligada a luchar con todo lo que tenía y no tenía para salir a flote. Escrita por Itziar Pascual y Amaranta Osorio –la cuarta pieza que escriben juntas– y dirigida por la argentina Adriana Roffi, cuenta con un reparto conformado por Ana Fernández, Nuria García, Óscar Codesido, Lucía Barrado, Alberto Iglesias, José Luis Alcobendas y Carlota Ferrer.

El grito –según apunta el festival– habla de «sueños, de amor y superación; de la importancia de no dejarnos amilanar y seguir luchando por todas las personas que nos apoyaron y nos ayudaron a crecer». Pero, muy especialmente, la idea de De Yazaguirre era «rendir homenaje a esas mujeres tenaces que han sabido enfrentar grandes dificultades en el proceso de su maternidad», y para ello pretende compartir algunas preguntas esenciales con el público de San Javier: ¿Por qué la sociedad es incrédula ante los testimonios de las mujeres? ¿Por qué duda de sus intenciones y sospecha de sus conductas?

En cualquier caso, De Yaguirre no se detiene, sigue abriendo camino, y, aunque sea de reojo, ya está pensado en su próximo proyecto: una obra de Mouwad que protagonizará Nuria Espert. Porque, afirma, no dejará de impulsar las vanguardias del arte «hasta que no pueda más». ¿La razón? «Para mí el teatro es la felicidad total».