Ver actuar a Gema Segura, colgada en el aire a 50 metros de altura es todo un espectáculo inolvidable. Pero lo mejor viene cuando ella baja a tierra, como hacen de vez en cuando las diosas, y te mira con sus ojazos verdosos mientras te cuenta su pasión por el teatro o por Leonardo Da Vinci. Me he encontrado con Gema en la base de operaciones del Grupo Puja, un espacio de estilo circense, con una altísima cúpula metálica, situado justo al lado del naufragio de La Conservera en Ceutí (¿Qué fue de aquélla ‘meca del arte’?). No me ha dado tiempo a caer en la tristeza ni la nostalgia porque enseguida me ha recibido la cordialidad de la artista y de Luciano Trevignani, su pareja y socio en esta compañía teatral. Puja ha dado varias vueltas al mundo, actuando con desbordante éxito en más de 50 países, pasando por Rusia, Francia, Australia, Corea, México, China o Canadá. La pandemia, las restricciones a los espectáculos y el cierre de fronteras, han supuesto la reducción al mínimo de la compañía y el repliegue a sus cuarteles de invierno en Ceutí.

Gema es de Murcia, estudió en la ESAD y trabajó en la Compañía La Ferroviaria y posteriormente en otras de Alicante y Valencia. En 2006 entró en el Grupo Puja y ascendió. Pasó de actuar en las tablas a hacerlo en el aire, con atrevimiento, poderío físico y elegancia de bailarina. Con el tiempo se ha implicado más en los proyectos y en los últimos montajes ha sido dramaturga, directora, actriz y hasta encargada del vestuario.

«Nosotros somos como los cómicos de la legua, pero con GPS», me dice, contándome que tras unas actuaciones en Roma, pasaron por La Toscana y Vinci. Su admiración por Leonardo se desbordó. Así que la pandemia la ha dedicado a leer decenas de libros sobre el genio renacentista y a preparar un original espectáculo del que dice: «Me inspira Leonardo porque quiso hacer volar al hombre, que es lo mismo que intentamos todos los que nos dedicamos a cualquier disciplina del arte», Con menos actores pero con la misma creatividad y espectacularidad, han estrenado con éxito Leonardo, la mía fábrica y están deseando solventar las enésimas cortapisas municipales para continuar con las representaciones: «En estos duros tiempos, hemos tenido que invertir hasta el último céntimo en adaptar nuestras instalaciones a todas las normativas posibles, pero en lugar de fiarnos, nos piden fianzas».

Éxitos mundiales de público, premios y reconocimientos por doquier y, sin embargo, la actriz se lamenta de que «es muy difícil ser profeta en tu tierra, que te valoren o que simplemente te conozcan en tu Región o en tu mismo puebl». Está preocupada por la salida de esta crisis: «No sé lo que quedará de las compañías de teatro, tal vez los pequeños formatos hayan venido para quedarse».

Gema está deseando volar: «En el aire te sientes poderosa, hasta arriba llega la energía del público, es un subidón, pero el dolor del arnés hace que no pierdas la concentración ni que olvides que la realidad es dura».