Sofá Paraíso (Son Buenos, 2018), el segundo disco de los murcianos Claim, llamó la atención, además de por su música, por sus nueve portadas tapizadas a mano. Firmaron contrato editorial con Warner, lanzaron una segunda edición del álbum, fueron seleccionados para el programa ‘Girando por Salas’ (GPS), estuvieron en la lista de discos más vendidos la primera semana de su estreno, y han pasado por festivales como el Warm Up, el Sonorama Ribera o La Mar de Músicas, entre otros. Con un directo muy solvente, Claim se suben de nuevo al escenario de El Batel de Cartagena. Todo vuelve a arrancar. Hacemos balance con Gonzalo Magaña.

Esta fecha en Cartagena parece como el anuncio de un nuevo despertar después de la epidemia. ¿Cómo lo veis vosotros?

No te imaginas hasta qué punto, Ángel… A principios de 2020 ya comenzábamos a reconducir el proyecto a muchos niveles. En cierto modo, la crisis del covid nos ha ayudado a ganar tiempo. Nosotros nos vemos ante un nuevo comienzo y todo arranca este sábado en la terraza del Batel.

El nuevo disco estaba previsto para primavera. ¿Llegamos a tiempo? ¿Cómo está la cosa?

Por el momento no va a haber disco como tal, pero sí que comenzaremos a mostrar cosas esta primavera. Durante el parón nos hemos permitido el lujo de experimentar un poco a nivel musical. Esto hace que cada canción requiera más tiempo, pero el resultado no está dejando indiferente a quienes ya lo han escuchado.

¿Qué está saliendo? ¿Por dónde van los tiros?

Preferimos no condicionar la opinión del público. Falta muy poco para que veáis en qué hemos estado trabajando. Solo diremos que ha habido cambio, y quienes nos venían escuchando van a notar la diferencia.

Supongo que se os hará raro recuperar la actividad promocional después de tanto tiempo alejados por las circunstancias.

Por supuesto. Han sido demasiados meses de desconexión total. Por un lado nos ha venido muy bien. Por otro, no nos acordamos ni de la clave de nuestro Instagram.

Hoy en día los grupos tienen que preocuparse más que nunca por muchas cosas más allá de la música, como el marketing, la comunicación, las redes sociales… ¿Se corre a veces el riesgo de no centrarse en las canciones, que son lo que realmente importa?

Nos ha pasado. Y como músico es una de las peores sensaciones que se puede tener. No nos malinterpretéis, no solo nos gusta hacer canciones. Pensar un videoclip o una sesión de fotos es muy estimulante cuando puedes dedicarle el tiempo suficiente. Pero la sensación de sentirte tan absorbido por las tareas complementarias que, cuando te quieres dar cuenta, llevas meses sin componer un tema, no es agradable.

En 2020 despedisteis Sofá Paraíso casi sin daros cuenta por culpa de la pandemia, y habéis hecho un pequeño resumen de la gira con un vídeo.

Bueno, fue un pequeño ataque de nostalgia motivado por la situación de confinamiento. Quisimos decir que, aunque no estuviéramos dando muchas señales de vida, seguíamos activos y con ganas de volver a la carretera.

Claim fuisteis una de las bandas elegidas en ‘Girando por Salas’. ¿Qué significó para vosotros esta oportunidad? Sin apoyos como este, ¿es posible girar por todo el país más allá de ciudades como Madrid?

Para nosotros, el GPS significó saber que teníamos público en Bilbao. O en Logroño. O en Cádiz. En Mallorca, no mucho. Salir de gira sin ayuda es posible. La mayoría de bandas que salen de gira lo hacen a pesar de no entrar en el GPS. Lo que hace imposible girar es el miedo a salir. La incertidumbre. Pensar que igual estás destinando todos tus ahorros en algo que no va a servir de nada. Pero si superas eso, se puede hacer. El dinero te va a volar de entre las manos igualmente, pero los recuerdos de una gira… ¡Eso no se va nunca!

En vuestro Instagram habéis estado ocupados lanzando versiones: Xoel López, C. Tangana… ¿Qué os parece el éxito de este çultimo? ¿Cuál creéis que es la clave de su éxito?

¡Eso depende de a quién de nosotros le preguntes! Tangana nos tiene en Claim tremendamente divididos, pero si me preguntas a mí, la clave de su éxito reside en dos cosas: un descaro sobrehumano y un criterio supino para saber cómo conectar con una generación.

Vuestros últimos trabajos tienen largo recorrido. ¿Van más allá del disco/gira de un par de años y tardan tiempo en madurar?

Realmente, el largo recorrido de los dos trabajos que hemos publicado se ha debido más a circunstancias externas que a voluntad propia. Siempre ha surgido algo o alguien que nos ha recomendado retrasar un lanzamiento, pero eso va a cambiar.

En vuestras letras se respira cotidianidad. ¿Es en el día a día donde nacen vuestras canciones? ¿Cual es el motor que inspira a Claim para componer canciones?

Claim somos una banda que aspira a hacer himnos generacionales. Que habla del camino de una generación que ha sufrido el desengaño de unas expectativas que no se han visto cumplidas, y de la necesidad de adaptación; pero no en plan reivindicativo, ni tremendista. Tan solo abrazamos nuestras virtudes y caricaturizamos nuestros defectos. Con un tono despreocupado, quitándole hierro al asunto y riéndonos de nosotros mismos.

Podría decirse que sois un grupo multidisciplinar, que os gusta crear espacios en donde combinar vuestras habilidades. ¿Cómo nutre cada elemento vuestra forma de entender la música?

Como bien sabes, además de músicos, la mayor parte de nosotros somos arquitectos (crear espacios es lo nuestro). Eso nos ha dado una predilección por el diseño, pero también por la exploración de disciplinas desconocidas para nosotros. Unas ganas tremendas de saber un poco de todo, pero mucho de nada. Puede que sea ese el motivo por el que hay un salto de estilo entre cada trabajo discográfico, o por el que hasta ahora hemos tenido los packagings más extraños de toda Europa Occidental.

¿Qué artistas os han influido más en la forma de componer?

Esta es una pregunta muy complicada de responder. Musicalmente somos una banda que nos gusta fijarnos en tendencias actuales para obtener recursos que podamos adaptar a nuestro estilo, pero si hubiera que destacar algunas bandas que nos hayan acompañado durante varios años, podrían ser The Killers, Moon Taxi, Haim… En las letras, probablemente hayan sido más bien Mario Benedetti o Quique González.

Barbados (2016) fue vuestro debut. ¿Cómo ha evolucionado Claim desde entonces?

Claim transita por un sendero eterno que parte del indie y su destino es el pop. Muchos dirán que no arrancamos ese sendero desde el principio. Otros que nunca lo recorreremos hasta el final.

¿Cuáles han sido los mejores momentos que habéis vivido como grupo?

Hay muchos. En Claim nos reímos mucho, y una noche en un hotel de mala muerte puede dar para tantas risas que se acabe convirtiendo en un gran momento. Prácticamente todo lo vivido en 2019 como banda fue para enmarcar.

Sofá Paraíso Remix, con la ayuda de Lalo Gómez-Vizcaíno (Ayoho), marcó el aniversario del álbum. ¿Era algo que teníais pendiente? ¿Cómo valoráis el resultado? ¿Habéis incorporado esta forma de crear a vuestro disco?

Sofá Paraíso ha sido un disco y una canción muy importantes para nosotros. Quisimos hacerle un homenaje, y para nosotros el trabajo de Lalo fue alucinante, aunque también es cierto que ese homenaje tendría que haber salido en colaboración de Diego Arroyo, de Veintiuno... Teniendo la colaboración ya grabada, tuvimos que retirar sus tomas, y eso nos dejó un sabor muy agridulce. Surgieron problemas que nada tuvieron que ver ni con él ni con nosotros. En cuanto a la forma de crear, no. Lo nuevo no va por ahí.

Este concierto los anunciáis como una fiesta. ¿Qué habéis preparado?

Como aún no estamos en disposición de enseñar todo lo nuevo que tenemos, hemos preparado algo agradable para disfrutar de la terraza del Batel. Tocaremos algún tema nuevo, temas que hace años que no tocamos y temas de los de siempre, pero de una manera en la que nunca se han escuchado.

Si tuvierais que elegir una canción que definiera este año pandémico…

Que lo defina, no sé, pero ahí van tres de las mejores canciones que han salido en 2020: Imploding the mirage, de The Killers; If you’re too shy (let me know), de The 1975, y René, de Residente.

«Fluye y olvida, esto es el sur». ¿Qué sentimientos alberga esta frase?

No hay garantías. Nos sobra luz. Es un sentimiento de identidad. Para Raffaella, al sur había que venir para hacer bien el amor. Para nosotros, al sur se viene a fluir. Al sur no se viene con los planes hechos. Al sur se viene a dejarse llevar.