Hallado en 1994, se trata de un pecio único por su excepcional estado. Es un navío que transportaba un cargamento de plomo, un mineral muy explotado en la sierra cartagenera. Con ocho metros de eslora, se encuentra a tan solo 2,5 metros de profundidad. En 2000 se decidió cubrirlo con una caja de acero para protegerlo de los temporales marítimos. La intención del Gobierno regional era extraerlo el año pasado. Despues del temporal Gloria, los técnicos comprobaron que afortunadamente el barco no sufrió ningún daño.

En el mismo sentido, se temía que el desplazamiento de las arenas moviera el sarcófago hacia el barco y lo dañara. En consecuencia, para evitarlo, técnicos de la Consejeria de Cultura acometieron un refuerzo del anclaje de la caja al lecho marino. Estos trabajos estuvieron paralizados por la pandemia, hasta que el pasado junio terminaron. Mientras, el barco espera a ver si se retoma su extracción.