El pasado fallido es la mayor fuerza en lo individual y en lo colectivo, sostiene Juan Mayorga, autor de El cartógrafo, la obra ambientada en el gueto judío de Varsovia que busca luchar contra el olvido y apelar a la responsabilidad y que protagonizan Blanca Portillo y José Luis García Pérez.

Tras su estreno en Valladolid en noviembre, Portillo y García Pérez llegan mañana al Teatro Romea de Murcia, en el que asumirán el reto de representar solos a los doce personajes que aparecen en la obra. Sin embargo, lejos de presumir de malabarismo actoral, Portillo insistió en una reciente visita de la obra a Madrid en que ella y García Pérez se han esforzado por ser «transparentes» para que prevalezca el mensaje, y en que tenía sentido y lógica dramatúrgica que lo hicieran ellos solos.

La obra transcurre en dos épocas. Una, la Varsovia de los años cuarenta. Una niña atrapada en el gueto decide trazar un mapa del mismo con la ayuda de un anciano cartógrafo. La otra, en la misma ciudad, pero en la actualidad. Una mujer acompaña a su esposo destinado en la embajada y emprende la búsqueda de ese mapa legendario. Este documento en concreto muestra un lugar en peligro, con 400.000 condenados a muerte confinados en su interior, algo que, según el autor sólo un niño podría ser capaz de trazar.